CARLOS BERNARDO GONZALEZ PECOTCHE, creador de la LOGOSOFÍA
por Mony Chiappino
Consagró su vida a la obra que realizó en “pro de la superación humana” desde 1930, cuando fundó su primera escuela de Logosofía en Córdoba, a la que más tarde le seguirían incontables otras, todas aún existentes además de las decenas que se fueron fundando aún después de su fallecimiento.
Mencionamos muy sintéticamente alguno de los hitos de su exuberante actividad:
Creó la Logosofía, disciplina que con su propia metodología, da al hombre la oportunidad de promover y dirigir su propia evolución en forma consciente.
Haciendo escuela de su pensamiento, creó, dirigió y orientó la Fundación Logosófica en Argentina (fundada en 1930), Uruguay (fundad en 1932) y Brasil (fundada en 1935). Encomendándole la creación del Centro de Estudios logosóficos de Mexico a estudiantes de Logosofía uruguayos en 1963.
Expuso su pensamiento en una extensa bibliografía de varios géneros literarios, que incluye libros, revistas ("Aquarius" y "Logosofía") y un periódico ("El Heraldo Raumsólico") editados bajo su dirección, y en más de un millar clases y conferencias que pronunció en diferentes países de América.
En 1960 propició uno de los más importantes hitos en la historia de la éxpansión del movimiento logosófico, el primer Congreso Internacional de Logosofía, realizado en Uruguay, que recibió amplia cobertura mediática y tuvo mucha repercusión en el ámbito social así como interno a la institución, proponiéndose en ese ámbito un considerable volúmen de iniciativas para la Fundación Logosófica, incluyendo la creación de centros educativos logosóficos.
Impulsó la formación de centros educativos a nivel primario y secundario para aplicar la pedagogía logosófica desde la niñez, inaugurando la primera Escuela Primaria en Montevideo, en 1962. Existen hoy más de una decena de escuelas con estas características en el mundo.
Trabajó incansablemente en su obra, recibiendo el reconocimiento de destacadas personalidades de la cultura.
Vivió hasta el 4 de abril de 1963, dejando una obra de superación humana que continúa creciendo y expandiéndose por el mundo. Los cientos de estudiantes que pudieron conocerlo de cerca atestiguan lo que él mismo tantas veces expresó y que por cierto constituyó la característica más prominente de su genial acción pedagógica: Raumsol fue un ejemplo vivo de todo lo que enseñó, dejando a la humanidad el gran legado de sus trascendentes enseñanzas dirigidas a alcanzar la "edificación de una nueva vida y de un destino mejor".
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