lunes, 20 de junio de 2011

EN EL CONURBANO


Delincuentes 2.0: roban con GPS y radar

Lejos de la mística de Juan Bautista Vairoletto o de David Segundo Peralta –más conocido como “Mate cosido”- los nuevos bandidos rurales no sólo no reparten sus ganancias sino que emplean en sus golpes a las zonas rurales del Conurbano y la provincia de buenos Aires tecnología de punta. El diario Tiempo Argentino recopiló casos y consultó a especialistas sobre el tema.

Lugar, General Rodríguez, año, 2000. Famosa banda de asaltantes de ganado –se les adjudica más de 400 vacas robadas– escapa de la policía como en las películas del Oeste, a caballo y disparando desde la montura. Los oficiales los ven perderse de vista tras los montes envueltos en una estampida de tierra y pólvora.

Guernica, año 2010. Una familia de quinteros apellidada Cecarini denuncia a unos ladrones que los retienen durante siete horas presionándolos para entregarles el dinero por la venta de una hacienda. Como el padre de la familia no habla –la transacción se hizo ocho meses atrás, nada queda de ella–, emplean un arma de tortura que, estiman, es más efectiva: el rebenque.

25 de Mayo, 2011. Un grupo de ocho delincuentes actúa como plaga de langostas: arrasa con cada cosa que encuentra en las quintas. Tras un asalto en 25 de Mayo, la policía encuentra unas huellas curiosas en el lugar del hecho: restos de un asadito.

“Hoy en día los delincuentes de campo son gauchos modernos”, reconoce un comisario del centro de la provincia de Buenos Aires. “Hasta existen bandidos rurales de guante blanco. Hace poco, detuvieron una banda que había robado 400 animales. El equivalente a varios millones de pesos. Tenían firlots truchos, recibían ganado para engorde. Y luego se iban con todo y dejaban el campo vacío. Tuvieron negocios en Luján, Mercedes, Lobos y Trenque Lauquen. Era una red con una supuesta sociedad que no existía.”

En tiempos de Facebook, los ladrones en el campo incorporan GPS, falsificación de documentos, y hasta, se cree, poseen tecnología de contrainteligencia para impedir que los radares localicen a los camiones de ganado, una vez que los roban.

Siempre hay alguien que conoce el paño: saben qué cotización tiene un par de espuelas, riendas, cuchillería, y rastras del gaucho –a veces incluyen plata y terminaciones en oro–. En los robos, embolsan lo que saben que tiene valor, el resto lo descartan.

Ahora bien, ¿quiere saber cómo actúa un bandido rural? Sencillo y, aún hoy, artesanal. Si usted es dueño de un campo, y alguien le pide permiso para pasar y le dice que viene a cazar pájaros. O se acerca un hombre a pedir agua, mientras sus compañeros dan círculos por la zona como revoloteo de águilas. Pare la oreja. Los ladrones chequean dónde está el ganado. A veces, los más atrevidos, hacen preguntas al cuidador para conocer los movimientos de hacienda. En la mayoría de los casos, son de la zona. Si no, usan GPS. Aprovechan los días de lluvia que los dueños están dentro para dar el golpe. El barro y el agua cubren las huellas.

 “En la ciudad, vos podés darte cuenta quién tiene dinero con sólo ver la fachada de la casa. Pero en el campo, las chacras son todas parecidas. Es por eso que, en más del 70% de los robos, los bandidos rurales tienen un entregador”, advierte José Luis Quarleri, comisario inspector. Sabe el hombre del tema: es coordinador del programa de delito contra el campo en el noroeste de Buenos Aires y autor de dos libros con material de estudio sobre robo de ganado.

“Lo más llamativo que vemos es la facilidad con que falsifican documentos de traslado para animales. El sello del SENASA, al apretarse, debería cambiar de color. Pero nadie lo usa, con lo cual falsificar los documentos es algo habitual. El año pasado, tuvimos seis robos de ganado con más de 100 cabezas. Todos venían de la misma banda, que falsificaba los certificados de SENASA.”

Para ponerse a tono con los bandidos rurales cibernéticos, el Ministerio de Seguridad y Justicia de Buenos Aires anunció el desembarco de un flamante equipo de la policía rural. Una superintendencia que centra, regula el trabajo de las regiones que operan en la provincia. “El cuerpo tendrá móviles camuflados y uniformes de policía color verde y arena para ocultarse entre la maleza con mayor facilidad”, explicaron en la presentación. En las fuerzas, sin embargo, algunos interpretan que el anuncio tiene sabor a poco.

Fuente: 24com

No hay comentarios:

Publicar un comentario