UNA ENORME INJUSTICIA
Paraguay ganó 5-3 en los penales y jugará la final con Uruguay
Paraguay volvió a ligar durante el partido y en el reglamentario, y ganó otra vez en los penales. Venezuela, que mereció ganar por más de dos goles, no pudo conseguir el sueño. Así es el fútbol, así la historia. Venezuela debe quedarse tranquilo porque hizo una gran Copa aunque la final la jugará Paraguay con Uruguay el domingo en el Monumental.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Hay algo para destacar en el inicio del comentario, que servirá de ayuda para entender el porqué este partido no fue lucido y porqué el nivel de intensidad no fue el esperado. Al menos para nosotros.
Este fue el choque en una instancia decisiva que no permite errores entre un inexperto en estas arenas y uno con un poco más de oficio que no pasa su mejor momento. Esta claro que nos referimos a Venezuela y Paraguay respectivamente.
Da la impresión que el ciclo de Gerardo Martino en Paraguay está en su curva decreciente que tuvo su pico máximo allá por el Mundial de Sudáfrica. A partir de ahí, da la impresión que este Paraguay se va para abajo.
Los primeros minutos del partido mostraron a Venezuela muy atado y errático. El equipo de César Farías estuvo lejos de mostrar en los primeros 25’ su mejor imagen. La que lo llevó a estar dónde está y sorprender gratamente a más de uno.
Los pases los dio a casi todos mal, la defensa estuvo desconcertada y errática pero todo esto no pudo ser aprovechado por un Paraguay que le cuesta horrores dar dos pases seguidos. La verdad, así es imposible jugar al fútbol y generar situaciones de peligro.
Y ni que hablar si los medio campistas no van al ataque para oxigenar un poco a los solitarios delanteros porque prefieren defender antes que atacar. Váldéz y Barrios se murieron de inanición en la primera parte.
A partir de los 30’, Venezuela empezó a sacarse de la espalda los nervios que lo ataron, y se vio un poco el equipo sorprendente de esta Copa. El que le ganó a Chile, por citar un ejemplo más cercano.
Venezuela copó el medio y se volcó decididamente al ataque y casi se va al descanso en venatajas. Venezuela terminó dominando de forma absoluta el juego y mereció sacar un gol de ventaja que no se dio de milagro.
Al equipo venezolano el anularon bien un gol de cabeza al zaguero Vizcarrondo y luego el travesaño y después Villar, salvaron la caída del arco paraguayo.
El cabezazo de Moreno dio en el horizontal y de rebote Rondón le rompió las manos a Villar que estaba para justo donde salió el disparo del delantero venezolano Rondón. Esos minutos fueron una ráfaga de Venezuela que casi lo pone en ventaja.
De todos modos, los nervios, las ataduras, las imprecisiones y las limitaciones propias, conspiraron contra el espectáculo en la primera media hora de juego. El tramo final salva un poco la ropa, por llamarlo de algún modo, gracias a lo hecho por Venezuela en esos 15’ finales.
Cuando las acciones del complemento se trataban de acomodar, Paraguay fue quien estuvo cerca de marcar. Una corrida aislada de Valdez a los 6’ terminó en un remate muy esquinado que tapó el arquero Vega, luego de un quedo defensivo y una salida tardía del uno a tapar el remate del delantero paraguayo.
A los 15’, quien estuvo cerca fue Venezuela en otra jugada tirada de los pelos y extraña. Lo concreto fue que González pateó y le rompió el pecho a Villar que estuvo bien parado.
Al menos, si lo comparamos con la primera mitad, este tramo del complemento, fue superior y ganó en intensidad y emoción. En definitiva, las acciones mejoraron.
A medida que corrieron los minutos, cada movimiento estuvo estudiado y el partido perdió en espontaneidad. Ni siquiera los errores fueron espontáneos. El miedo a pifiar fue ganando terreno y por eso el nivel del juego volvió a entrar en un pozo.
Por eso mismo empezaron a llegar las variantes. Paraguay mandó primero adentro a Estigarribia y salió Barreto. Lo mismo hizo Venezuela que mandó a la cancha a Fedor en lugar de Moreno.
Martino no se quedó tranquilo y sacó también a Valdéz para hacer ingresar a Roque Santacruz, un delantero importante que tienen los paraguayos. Pero el problema fue que a los 10’ de ingresar debió dejar el campo por un dolor muscular. Martino agotó los cambios cuando le dio ingreso a Martínez.
Había que mover un poco el tablero porque el partido iba para atrás. Y los entrenadores se dieron cuenta e intentaron mandar un mensaje positivo.
Pasando los 30’ Paraguay mostró cansancio. El alargue y la intensidad del partido con Brasil en cuartos hizo mella en lo físico. No fue el caso de Venezuela que jugó menos minutos porque a Chile lo despachó en tiempo reglamentario. Son detalles que pesan en este tipo de instancias.
A los 3', casi de carambola, Venezuela anota su gol. Un tiro de Maldonado fue desviado involuntariamente en el camino por Fedor y la pelota dio en el poste derecho del vencido Villar. Físicamente Venezuela se mostraba mejor que su rival y quedaba bastante por jugar.
Y a los 4', la suerte ya estaba del lado de Paraguay,. Un trio libre de Arango dio en el ángulo y el reboteno favoreció a ningún jugador de Venezuela cuando los jugadores de Paraguay ni sabían donde estaban parados. Paraguay seguía ligando y por ende tenía vida. Lo de Brasil titilaba en el consciente colectivo. ¿La suerte del campeón?.
Decididamente Venezuela arroyó a Paraguay en el primer tiempo del alargue y no lo dejó pasar la mitad del campo. De no ser por la fortuna, difícil presagiar que Paraguay iba a resistir hasta el final. Venezuela sentía el olor a sangre e iba por su presa, La tenía cerca. Más cerca que nunca. Aunque el problema es que esta se escabullía.
Jonhatan Santana de Paraguay vio la segunda amarilla a los 11' del suplementario y a Paraguay se le empezó a caer de veras la estantería. A esta altura, para Paraguay, llegar de nuevo a los penales era un negocio redondo.
A los 3' del segundo mini tiempo, una gran jugada de Fedor casi termina en gol venezolano pero esta vez Villar tapó el remate, Si se le escapaba esta oportunidad a Venezuela era para suicidarse. PAraguay no daba más y lo único que hacía era pelear y discutir con sus rivales.
La suerte ayudó de nuevo a Paraguay y de milagro llegó a la tómbola de los penales. Creános que esta historia debió haberse terminado antes de esta instancia en favor de Venezuela. Paraguay seguía con vida y estaba a un paso de la final cuando mereció perder y sin ganar un sólo partido en todo el Torneo. Increíble.
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