miércoles, 6 de julio de 2011

FÚTBOL

HAY QUE HACER CAJA

River tiene que vender a Lamela para ponerse al día con los jugadores

Según informaciones, Erik Lamela está muy cerca de convertirse en nuevo jugador de la Roma, equipo que estaría dispuesto a desembolsar 12 millones de euros por el pase. En las últimas horas quedaron muy avanzadas las negociaciones, por lo que Daniel Crespo, abogado del club, viajará a la capital italiana para cerrar la operación.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Increíble esto del fútbol. Un jugador que desciende con un equipo al que no logra salvar, puede terminar 'salvado' en todo sentido.

Con esto no queremos decir que debemos caerle con todo a Lamela, ya que no es el único culpable de los males de River y el primero que se toma otro buque una vez hundido el suyo.

Otro ejemplo, Rinaudo en Gimnasia que también ya pasó al Fútbol español a pesar del descenso de su equipo. Para que vea que miramos todo, por las dudas.

El tema, si entramos a hilar fino, es que Rinaudo le rindió mucho más a Gimnasia que Lamela a River. Lamela es un jugador fino, con mucho talento, aunque para nosotros todavía no mostró semejante valor para que se pague ese monto por su transferencia.

Si bien es cierto que el producto tiene el valor de lo que se lo paga, hay que tener en cuenta que el fútbol es un negocio y que hay muchos actores que quieren tajada grande. Cuanto mayor valor, mayor los porcentajes.

Y entonces capaz se pueda entender la cotización del jugador de River, exagerada, a pesar de ser un mediocampista ofensivo casi sin marcar goles (si se hace el promedio de partidos jugados completos, ya que con muchos jugadores se incluyen partido en su historial que sólo pudieron participar pocos minutos) ni tampoco sin muchos pases-gol para sus compañeros.

Extraña cotización para el número 10 con el que River terminó yéndose al descenso y que de ahora en más tiene la chance de saltar del barco una vez hundido.

Y siguiendo con el tema de las ventas, otra vez hay que desprenderse de un joven proyecto, muy mejorable a futuro, por las malas gestiones. Siempre hay que tapar pozos de las malas administraciones desprendiéndose de proyectos que podrían seguir mejorando y rindiéndole a la vez al club. Ejemplos en River, sobran. Recordemos sólo el más emblemático de los últimos tiempos.

En 2001, Javier Saviola fue transferido de River al Barcelona por 35,9 millones de euros (entonces, un dólar valía un euro). Se trató de la transferencia más cara de la historia de un club argentino. Increíble. Hoy River está fundido.  

Las malas administraciones se devoraron los beneficios, como River o Huracán. Y luego se encuentran otras instituciones, como Rosario Central, que dilapidaron su capacidad para formar futbolistas también por malas decisiones dirigenciales.

Ya ya que estamos en detalles, fíjese lo siguiente. A partir de 2002, año en el que José María Aguilar se erigió como presidente, el club comenzó un derrotero de contrataciones sin sentido: fueron 116 jugadores que llegaron a River, en una tendencia que continuó Daniel Passarella desde su asunción en 2009.

Con el primero fueron 103 los futbolistas que se pusieron la camiseta de River, aunque sea para la foto de presentación. Con el "Kaiser" llegaron 13, lo que hace un promedio de casi 13 contrataciones por año.

Algunos nombres dan risa. Algunas caras, puestas todas juntas en una foto, serían muy difíciles de identificar ante lo desconocido: Daniel Fonseca, Jerrsson González, Martín Del Campo, Máximo Lucas, Kilian Virviescas, Alejandro Faurlin, Juan Carlos Toja, Marcelo Sosa, Omar Merlo, René Lima, Carlos Valencia, son sólo algunos de ellos.

Entre los que se fueron, en tanto, los nombres causan nostalgia por una cantera que ya no es y, sobre todo, por los más de u$s300 millones que el club recibió entre las transacciones más importantes.

Difícil de entender, entonces, el pasivo de hoy que exhibe $220 millones. ¿Cuantos Lamela se vendieron y River nunca solucionó nada al respecto?. Esperemos que esto cambie algún día. Es que tampoco queda margen para seguir con el descalabro.

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