DEUDA PÚBLICA DE USA
Obama anuncia que hay un acuerdo para evitar el cese de pagos
El presidente de USA, Barack Obama, anunció que los líderes del Congreso y la Casa Blanca han llegado a un acuerdo para elevar el techo de la deuda, y evitar así que el país entre en suspensión de pagos el martes 02/08. "Los líderes de ambas cámaras han llegado a un acuerdo que reduce el déficit y evita la moratoria", dijo Obama.
Se ha alcanzado un acuerdo sobre la deuda pública en Washington. Pero Barack Obama ha recordado que aun hay que someterlo a votación en el Capitolio el lunes 01/08: "Aun no hemos acabado. Pido a ambos partidos que apoyen ese plan con sus votos para evitar el impago de nuestras deudas"
El presidente Obama, ha anunciado que los líderes del Congreso y la Casa Blanca han llegado a un acuerdo para elevar el techo de la deuda, y evitar así que el país entre en suspensión de pagos el martes 02/08.
"Los líderes de ambas cámaras han llegado a un acuerdo que reduce el déficit y evitar la moratoria", dijo Obama en una alocución en la Casa Blanca.
John Boehner, líder republicano en la Cámara de Representantes pidió un apoyo unánime en la votación del lunes 01/08. "Son sólo recortes al gasto público. Nada en ese acuerdo viola nuestros principios".
Cada líder someterá este acuerdo a sus respectivos grupos parlamentarios con esperanza de que pueda ser aprobado en ambas cámaras el mismo día, justo 24 horas antes del plazo establecido para la declaración de quiebra.
No se trata, sin embargo, de una trámite fácil, al menos en la Cámara de Representantes.
En el Senado, la postura anunciada por Reid y McConnell permite dar casi por seguro que el acuerdo pasará con unos pocos votos en contra. Pero en la Cámara, donde el Tea Party es capaz de aglutinar a cerca de un centenar de representantes y la izquierda tiene alrededor de 70 miembros, es necesaria una votación conjunta de los moderados de ambos partidos para sacar adelante la votación.
En el Senado, la postura anunciada por Reid y McConnell permite dar casi por seguro que el acuerdo pasará con unos pocos votos en contra. Pero en la Cámara, donde el Tea Party es capaz de aglutinar a cerca de un centenar de representantes y la izquierda tiene alrededor de 70 miembros, es necesaria una votación conjunta de los moderados de ambos partidos para sacar adelante la votación.
Boehner dijo que no incluye "aumentos de impuestos considerables".
Después numerosas filtraciones sobre la consecución de un principio de acuerdo en la crisis de la deuda, Harry Reid, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, había confirmado minutos antes su existencia. Y no sólo eso, también había asegurado haberlo firmado ya.
Obama ha afirmado que el acuerdo incluye la reducción inmediata de US$ 1 billón de gastos y no descarta, en un 2da. fase, la posibilidad de algunas subidas de impuestos, aunque esto queda condicionado a posteriores negociaciones en los próximos meses.
Las reducciones del gasto serán significativamente mayores que las que proponían los demócratas: ascenderán a US$ 3 billones en 10 años y afectarán a los programas sociales más necesarios para los pobres, incluida la asistencia sanitaria y las ayudas a impedidos físicos o las familias con escasos recursos.
"¿Es este el compromiso que yo hubiera preferido? No", ha confesado el Presidente. "Pero es un acuerdo que permita afrontar seriamente el problema del déficit y termina una crisis que hubiera tenido efectos devastadores".
Minutos antes, ante el pleno del Senado, el líder demócrata, Harry Reid, señaló que este pacto "probablemente no satisface a los republicanos y desde luego no hace felices a los demócratas, pero el Congreso va a actuar unido ante una situación crítica".
El líder republicano, Mitch McConnell, aseguró, por su parte, que "el peligro de una suspensión de pagos ha desaparecido".
El resultado se aproxima a las exigencias republicanas: que el levantamiento del límite de deuda, imprescindible para evitar la quiebra, se haga de forma escalonada y sea por una cantidad idéntica al volumen de recortes públicos que se acepten.
En ningún caso, al menos en un inicio, se aplicarán subidas de impuestos a las mayores fortunas.
Obama consigue, a cambio, que la extensión de la deuda no tenga que ser de nuevo votada en el Congreso en enero de 2012, tal como querían los republicanos, sino que se hará de forma automática hasta comienzos de 2013, pasadas las elecciones presidenciales del año próximo.
De forma inmediata se aplicarán recortes por US$ 1 billón -sin afectar a los programas sociales- y se extenderá el límite de deuda por una cantidad idéntica, lo que le permite al Gobierno pagar sus facturas por lo que queda de año.
Simultáneamente, se pone en marcha una comisión bipartidista con plenos poderes para decidir recortes suplementarios en torno a los dos billones de dólares. La cifra que finalmente decida esa comisión tendrá que ser aceptada sin enmiendas por el Congreso este mismo año y, entonces, se elevaría de nuevo la deuda de forma automática por la misma cantidad que los recortes que se fijen.
De esta manera, los republicanos consiguen imponer su principio de que la deuda, que actualmente asciende a US$ 14,3 billones , no aumente ni un dólar por encima de la reducción del déficit.
Y Obama obtiene dinero para que la Administración siga funcionando normalmente hasta el final de su mandato.
Obama ha cedido en el principio de aceptar recortes de gastos sociales sin una compensación de aumento de impuestos a los ricos. Es de esperar en los próximos días una ola de furia de parte de la izquierda por esa razón.
Pero el Partido Republicano ha transmitido una imagen de radicalismo e irresponsabilidad que genera dudas sobre su capacidad para gobernar y puede alejarle de los votantes independientes.
Atrapado en las redes del Tea Party, la unidad del partido se ha visto amenazada y sus principales líderes, particularmente el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, se han debilitado.
El perdedor indiscutible, por el momento, es USA: el mundo se preguntar si se puede dejar en manos de estos políticos estadounidenses otras decisiones cruciales para la estabilidad global.
Las naciones no alcanzan la categoría de potencias dominantes solo por poseer grandes economías o poderosos ejércitos. Ellas deben actuar acorde con los intereses genéricos del resto de los países, a favor de la prosperidad y de la paz mundial.
Esta crisis provoca dudas razonables de que, en su actual situación política, USA sea capaz de hacerlo, por lo que las consecuencias más graves de lo ocurrido aquí en las últimas semanas pueden sentirse en los años venideros.
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