EL ESTADO AUSENTE
De Candela a Mariela: 2 víctimas inocentes de la mafia argentina
Pasaron 8 años y la triste historia se repite. Ahora fue Candela Rodríguez, antes Mariela Martínez, inocentes víctimas de la mafia que convive con las instituciones de la República Argentina. Hay deficiencias en cuestiones en las que los investigadores policiales necesitan de la decisión política de los funcionarios.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- El crimen de Candela Rodríguez recuerda el caso de 'Marela', apodo de la niña Yesica Mariela Martínez, de 9 años asesinada en 2003 por un ajuste de cuentas a su padre, también involucrado en una causa de piratas del asfalto.
'Marela' desapareció en octubre de 2003 tras salir de su casa en el municipio de Avellaneda para ir a comprar un regalo para el Día de la Madre. Y nunca más regresó.
El cuerpo de la niña fue hallado recién en febrero de 2004, en un pozo ubicado en la casa de un vecino, Héctor Sánchez, apodado 'el Nene', quien había sido el 1er. detenido en la causa.
En ese predio los investigadores desenterraron también el cuerpo de su prima, Mónica Vega, de 13 años.
Sánchez señaló a otro sospechoso, Santiago Martínez Almada, quien reveló que todo se había tratado de una venganza contra el padre de 'Marela'.
El ajuste de cuentas en el 'caso Marela' se habría realizado contra Víctor Martínez, padre de la niña, quien se habría quedado con un supuesto cargamento que pertenecía a una organización de 'piratas del asfalto'.
Por eso Santiago Martínez se la tenía jurada, y 'el Nene' Sánchez ayudó a ejecutar la venganza.
Héctor Sánchez confesó en 2004 que estranguló a 'Marela' por odio a su padre.
Y a su prima Mónica la ahorcó, la violó y la arrojó a un pozo ciego. Murió ahogada.
Fue condenado en 2006 a la pena de reclusión perpetua, la pena máxima que prevé el Código Penal.
Este miércoles 31/08 se difundió por 1ra. vez el llamado extorsivo de los asesinos de Candela a su mamá Carola, en la que aseguran que "nunca más la van a encontrar".
En la escucha telefónica, que fue difundida por televisión, un hombre le anuncia a Carola que no encontrará "nunca más a Candela".
Y ante la repregunta de la mujer sobre si efectivamente nunca más iba a volver a ver a la niña de 11 años -desaparecida desde el 22/08-, el hombre respondió: "Hasta que ese conchudo no devuelva la guita, no la van a encontrar".
De este modo, se presume, el asesino se refería al padre de la niña, Alfredo Rodríguez, quien purga una condena por un caso de "piratería del asfalto" en el penal de Magdalena.
La muerte de Candela habría tenido que ver, precisamente, con un nuevo ajuste de cuentas de las mafias argentinas.
El Estado tiene mucha responsabilidad en todo esto:
> ¿por qué siguen funcionando hasta con impunidad las bandas de piratas del asfalto?
> ¿Por qué el Estado no pagó el dinero, como señuelo, hasta llegar a los captores, tal como se hizo en otras oportunidades?
> ¿Por qué el Estado prefiere ampararse en la cuestión de "disputa entre mafiosos" cuando es su responsabilidad velar por los inocentes como Candela?
# Los datos, entre la muerte de 'Marela' y la de Candela
En el año 2006, se conocieron números alarmantes: cada 6 horas los piratas del asfalto robaban un camión, previa inteligencia y con alta tecnología para apropiarse de cargamentos millonarios.
En ese momento, la industria de los piratas del asfalto ya se había convertido en uno de los emprendimientos delictivos más rentables y alarmantes del país: las organizaciones que se dedican a saquear camiones robaban por año mercaderías valuadas en unos US$200 millones, según informaban empresas y compañías de seguros vinculadas con la actividad.
Pero el asunto no se agota en los US$ 200 millones pues, los delitos obligan a transportistas y clientes a invertir otros US$500 millones de dólares anuales en seguridad y otros 50 millones adicionales en la contratación de seguros de mayor valor.
En general, según los expertos, los ladrones saben que el valor de la mercadería transportada en los camiones previamente elegidos por ellos oscila entre los "US$ 20.000 y 50.000", botín más rentable y menos riesgoso que asaltar una sucursal de banco.
En la provincia de Buenos Aires se observó en el primer cuatrimestre del año 2006 una preferencia por los robos de camiones de cigarrillos, de gran valor, escaso volumen y fácilmente revendibles.
Las bandas de piratas del asfalto se organizan con el jefe, que es un empresario de buen nivel social y económico que recibe los pedidos. Una vez que está el pedido, la organización contrata a los "gatilleros", encargados de hacer el robo. En ese momento, se pagaban "$ 800 y $12.000". Si es un camión con un auto de custodia, se necesitarán 6 hombres armados y dos autos de apoyo. Si es un camión con dos vehículos de custodia, se utilizan tres autos de apoyo con nueve hombres.
Cada auto intercepta su objetivo. Los delincuentes se apoderan de la carga y liberan al chofer y a los custodios. El camión es trasladado a un depósito donde la carga cambia de trailer y en general el camión aparecía. Luego, el robo de camiones también se extendió para la obtención repuestos. La carga es reubicada en un máximo de tres a cuatro horas. Invierten en sistemas de comunicación y tecnología para neutralizar los rastreadores satelitales.
En el Gran Buenos Aires, las zonas del delito son los partidos más peligrosos: Lomas de Zamora, San Martín, La Matanza, la ciudad de Zárate, Campana y La Plata, y por también Morón.
Ya en ese momento, la policía afirmaba que los delitos de este tipo estaban en baja.
La provincia señalaba que se habían reducido un 3,8% si se comparaba el primer cuatrimestre de 2005 con el mismo período de este año, con 10 robos menos. Los números de la Policía Federal eran más erráticos. Contaban que entre julio y noviembre del año 2005 los robos habían sido entre 35 y 48 por mes, luego bajaron a 23, subieron al mes siguiente a 46 y volvieron a bajar a 23.
Para los empresarios sucedía todo lo contrario: "Lo que falta es una decisión política para resolver este problema. Hay diez robos por día", reclamaba Héctor Foresi, de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), a la que pertenece el 80% de las empresas del sector, según reproducía en ese entonces el diario 'La Nación'.
"Para entender este negocio hay que pensar que los jefes de las organizaciones son empresarios del delito. Gente que tiene empresas, anotada en la AFIP con facturas, que recibe pedidos de distintos comerciantes que se proveen de lo robado", explicaba Gabriel Iezzi, del estudio de abogados Iezzi y Barone, especializado en este tema, y señalaba que el 80% de estos robos son programados, con información previa de la ruta del camión y el contenido de la carga que está vendida antes de ser robada.
Las bandas actúan con información previa y buscar la filtración es la clave para prevenir la seguridad. Según Iezzi, "hay que estudiar la historia delictiva y cada caso. En una empresa de electrodomésticos, analizados 50 robos de los últimos años, descubrimos que tenían en común que en los camiones atacados la carga siempre salía de la misma playa. Se hicieron cambios en el personal que trabajaba allí y el problema se acabó".
Hace menos de un año, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli destacaba, en diálogo con la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, las acciones provinciales para luchar contra este delito específicamente: "Estamos llevando adelante una dura ofensiva contra este tipo de organizaciones. Estamos secuestrando droga, armas y tecnología que utilizan para el mal", dijo.
Hoy, las consecuencias de este delito son las mismas que en 2003.
'Marela' desapareció en octubre de 2003 tras salir de su casa en el municipio de Avellaneda para ir a comprar un regalo para el Día de la Madre. Y nunca más regresó.
El cuerpo de la niña fue hallado recién en febrero de 2004, en un pozo ubicado en la casa de un vecino, Héctor Sánchez, apodado 'el Nene', quien había sido el 1er. detenido en la causa.
En ese predio los investigadores desenterraron también el cuerpo de su prima, Mónica Vega, de 13 años.
Sánchez señaló a otro sospechoso, Santiago Martínez Almada, quien reveló que todo se había tratado de una venganza contra el padre de 'Marela'.
El ajuste de cuentas en el 'caso Marela' se habría realizado contra Víctor Martínez, padre de la niña, quien se habría quedado con un supuesto cargamento que pertenecía a una organización de 'piratas del asfalto'.
Por eso Santiago Martínez se la tenía jurada, y 'el Nene' Sánchez ayudó a ejecutar la venganza.
Héctor Sánchez confesó en 2004 que estranguló a 'Marela' por odio a su padre.
Y a su prima Mónica la ahorcó, la violó y la arrojó a un pozo ciego. Murió ahogada.
Fue condenado en 2006 a la pena de reclusión perpetua, la pena máxima que prevé el Código Penal.
Este miércoles 31/08 se difundió por 1ra. vez el llamado extorsivo de los asesinos de Candela a su mamá Carola, en la que aseguran que "nunca más la van a encontrar".
En la escucha telefónica, que fue difundida por televisión, un hombre le anuncia a Carola que no encontrará "nunca más a Candela".
Y ante la repregunta de la mujer sobre si efectivamente nunca más iba a volver a ver a la niña de 11 años -desaparecida desde el 22/08-, el hombre respondió: "Hasta que ese conchudo no devuelva la guita, no la van a encontrar".
De este modo, se presume, el asesino se refería al padre de la niña, Alfredo Rodríguez, quien purga una condena por un caso de "piratería del asfalto" en el penal de Magdalena.
La muerte de Candela habría tenido que ver, precisamente, con un nuevo ajuste de cuentas de las mafias argentinas.
El Estado tiene mucha responsabilidad en todo esto:
> ¿por qué siguen funcionando hasta con impunidad las bandas de piratas del asfalto?
> ¿Por qué el Estado no pagó el dinero, como señuelo, hasta llegar a los captores, tal como se hizo en otras oportunidades?
> ¿Por qué el Estado prefiere ampararse en la cuestión de "disputa entre mafiosos" cuando es su responsabilidad velar por los inocentes como Candela?
# Los datos, entre la muerte de 'Marela' y la de Candela
En el año 2006, se conocieron números alarmantes: cada 6 horas los piratas del asfalto robaban un camión, previa inteligencia y con alta tecnología para apropiarse de cargamentos millonarios.
En ese momento, la industria de los piratas del asfalto ya se había convertido en uno de los emprendimientos delictivos más rentables y alarmantes del país: las organizaciones que se dedican a saquear camiones robaban por año mercaderías valuadas en unos US$200 millones, según informaban empresas y compañías de seguros vinculadas con la actividad.
Pero el asunto no se agota en los US$ 200 millones pues, los delitos obligan a transportistas y clientes a invertir otros US$500 millones de dólares anuales en seguridad y otros 50 millones adicionales en la contratación de seguros de mayor valor.
En general, según los expertos, los ladrones saben que el valor de la mercadería transportada en los camiones previamente elegidos por ellos oscila entre los "US$ 20.000 y 50.000", botín más rentable y menos riesgoso que asaltar una sucursal de banco.
En la provincia de Buenos Aires se observó en el primer cuatrimestre del año 2006 una preferencia por los robos de camiones de cigarrillos, de gran valor, escaso volumen y fácilmente revendibles.
Las bandas de piratas del asfalto se organizan con el jefe, que es un empresario de buen nivel social y económico que recibe los pedidos. Una vez que está el pedido, la organización contrata a los "gatilleros", encargados de hacer el robo. En ese momento, se pagaban "$ 800 y $12.000". Si es un camión con un auto de custodia, se necesitarán 6 hombres armados y dos autos de apoyo. Si es un camión con dos vehículos de custodia, se utilizan tres autos de apoyo con nueve hombres.
Cada auto intercepta su objetivo. Los delincuentes se apoderan de la carga y liberan al chofer y a los custodios. El camión es trasladado a un depósito donde la carga cambia de trailer y en general el camión aparecía. Luego, el robo de camiones también se extendió para la obtención repuestos. La carga es reubicada en un máximo de tres a cuatro horas. Invierten en sistemas de comunicación y tecnología para neutralizar los rastreadores satelitales.
En el Gran Buenos Aires, las zonas del delito son los partidos más peligrosos: Lomas de Zamora, San Martín, La Matanza, la ciudad de Zárate, Campana y La Plata, y por también Morón.
Ya en ese momento, la policía afirmaba que los delitos de este tipo estaban en baja.
La provincia señalaba que se habían reducido un 3,8% si se comparaba el primer cuatrimestre de 2005 con el mismo período de este año, con 10 robos menos. Los números de la Policía Federal eran más erráticos. Contaban que entre julio y noviembre del año 2005 los robos habían sido entre 35 y 48 por mes, luego bajaron a 23, subieron al mes siguiente a 46 y volvieron a bajar a 23.
Para los empresarios sucedía todo lo contrario: "Lo que falta es una decisión política para resolver este problema. Hay diez robos por día", reclamaba Héctor Foresi, de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), a la que pertenece el 80% de las empresas del sector, según reproducía en ese entonces el diario 'La Nación'.
"Para entender este negocio hay que pensar que los jefes de las organizaciones son empresarios del delito. Gente que tiene empresas, anotada en la AFIP con facturas, que recibe pedidos de distintos comerciantes que se proveen de lo robado", explicaba Gabriel Iezzi, del estudio de abogados Iezzi y Barone, especializado en este tema, y señalaba que el 80% de estos robos son programados, con información previa de la ruta del camión y el contenido de la carga que está vendida antes de ser robada.
Las bandas actúan con información previa y buscar la filtración es la clave para prevenir la seguridad. Según Iezzi, "hay que estudiar la historia delictiva y cada caso. En una empresa de electrodomésticos, analizados 50 robos de los últimos años, descubrimos que tenían en común que en los camiones atacados la carga siempre salía de la misma playa. Se hicieron cambios en el personal que trabajaba allí y el problema se acabó".
Hace menos de un año, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli destacaba, en diálogo con la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, las acciones provinciales para luchar contra este delito específicamente: "Estamos llevando adelante una dura ofensiva contra este tipo de organizaciones. Estamos secuestrando droga, armas y tecnología que utilizan para el mal", dijo.
Hoy, las consecuencias de este delito son las mismas que en 2003.
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