Robocoop
La banca que va por todo
Tras una fachada de solidaridad y objetivos sociales, el banco Credicoop les cobra más del cien por ciento a familias de bajos recursos para acceder a su casa propia. El emprendimiento mutualista de 68 viviendas premoldeadas en la localidad bonaerense de Junín
El origen etimológico de la palabra crédito nos remonta al latín creditum, que significa “cosa confiada”. Por lo tanto, la noción de “crédito” aparece vinculada con “tener confianza”.
Un acuerdo entre dos partes, claro, supone un pacto de confianza entre los interesados. Ahora bien, cuando un acuerdo comercial está dado entre un acreedor y un deudor, y esa relación es claramente asimétrica porque uno es un banco importante, y el deudor una familia de sectores medios o medios bajos, es necesario parar la pelota y mirar el asunto más de cerca.
En este caso, la revista Desafío Económico tuvo acceso a una información que compromete al Banco Credicoop CL presidido por el diputado nacional Carlos Heller (Partido Solidario en Nuevo Encuentro), con negocios relacionados con créditos para viviendas de núcleos familiares de sectores medios bajos en Junín.
La historia es así: en el marco de una serie de planes de viviendas, recientemente la mutual AMCIPA de la ciudad de Junín anunció la planificación, cons-trucción e instalación de 68 viviendas premoldeadas (el premoldeado consiste en fabricar paneles de hormigón en una fábrica y posteriormente se arma la casa) de 78 m2 cada una.
Estas viviendas están destinadas para gente de bajos recursos que quiere acceder a su primera casita premoldeada en los pagos del intendente Mario Meoni.
La dirigencia de la mutual, incluso, se mostró recientemente en varias fotos con el ministro de Asuntos Agrarios Ariel Franetovich, con el intendente Mario Meoni y otros dirigentes políticos, en la inauguración de la fábrica de viviendas del sistema PRE MOLD, Iniciativa Construcciones, en el parque industrial de la ciudad.
Se anunció, en esa oportunidad, que el costo del metro cuadrado de estas viviendas premoldeadas será de $ 2.835. Entonces se está hablando, para una casa de 78 m2, de $ 221.130 al contado. En tanto, el terreno en las afueras del casco céntrico se paga aparte.
La mutual compró 12 hectáreas distribuidas en el barrio Los Almendros, Almirante Brown y Nuestra Señora de las Mercedes. Los lotes adonde se instalarán las unidades habitacionales promedian los 10 metros de frente por 30 de fondo.
Pero para poder acceder a estos terrenos, la mutual consiguió que el municipio y el Concejo Deliberante se sumaran al proyecto, a partir de la firma de convenios urbanísticos conforme a los cuales se fueron declarando sectores residenciales a terrenos que antes que-daban fuera del ejido urbano. Es decir que la mayor inversión la realizó el municipio.
Pues bien, se procedió a la subdivisión en terrenos más chicos que se venden a 15 mil dólares, financiados en 60 cuotas de mil dólares cada una. El terreno termina costando, aproximadamente, $ 62.400 pesos.
Entonces, un núcleo familiar si pudiera pagar al contado, debería desembolsar un total de $ 283.530. Aunque, claro, los planes están pensados para ser pagados a un monto de $ 2.500 mensuales durante 10 años, a una tasa del 14,44% anual, lo que termina encareciendo el costo.
Finalmente, el último anuncio dice que la única entidad bancaria que participa en este plan de viviendas será el Credicoop. El banco presidido por el diputado Carlos Heller financiará el 84% del crédito, y el resto lo hará la mutual con fondos propios.
El ciudadano desprevenido, o confiado, no encontraría ninguna irregularidad hasta aquí. Pero Desafío se encargó de averiguar cuál es el costo de una vivienda premoldeada en el mercado.
Después de consultar a varias firmas, el presupuesto más caro resultó ser el de Viviendas Anahí, que por 80 m2 pide $ 140.000. Según Viviendas Roca, una de las empresas referentes en el ámbito de la construcción de viviendas prefabricadas y premoldeadas, el costo de una vivienda de 75 m2 es de $ 110.000.
En tanto, para la firma Alegretti, con 20 años en el mercado de la construcción, el costo es aún más bajo, tan sólo de $ 90 mil pesos. El cuarto y último presupuesto consultado fue el de la empresa Viviendas El Rey, que por 78 m2 cobra $ 69.840 pesos.
Entonces, repasando cuentas, podemos decir: una persona que pretenda acceder a una de las viviendas que financia el Banco Credicoop en Junín deberá pagar $ 221.130. En tanto, cualquier ciudadano del país que decida comprar una vivienda a una empresa del mercado, hoy paga $ 140.000 por 80 m2, $ 110.000 por una de 75 m2, $ 90.000 por las mismas dimensiones, o $ 69.840 pesos por una de 78 m2.
Ante el mismo producto, por lo que el Credicoop se encarga de cobrar $ 2.835 el metro cuadrado, en el mercado se puede conseguir por $ 1.750, $ 1.467, $ 1.200, o $ 895. A todas luces, hay algo que no cierra.
El Credicoop, como bien se encargó de radiografiar la revista La Tecla en su edición del 14 de julio pasado, es uno de los pocos bancos integrados por capitales nacionales, y el único de raíz cooperativista pero que, detrás del eslogan de “banca solidaria”, esconce intereses espurios, incumplimientos a convenios colectivos, persecuciones, censuras, y publicidades engañosas.
Pues bien, el caso de las viviendas en Junín sobrevaluadas hasta un 100% más, fortalece la idea de que el banco que dice representar los intereses solidarios y colectivos, actúa en un mismo sentido: el de recaudar dinero para la corona.
El Credicoop es quien se está prestando al juego perverso de hacerle desembolsar miles y miles de pesos de más a sectores a los cuales, supuestamente, representa.
El provecho para pocos
Como si todo lo hasta aquí relatado fuera poco, el escenario en que se monta este negocio inmobiliario es en una de las ciudades de la Provincia con un alto déficit habitacional. Si bien no hay cifras oficiales, se estima que el faltante es de entre 3.000 y 6.000 viviendas. Agravado por el hecho de que la ciudad tiene 300 propiedades usurpadas (entre viviendas y terrenos).
La grave situación que se vive en esa ciudad de la provincia de Buenos Aires llevó a que en mayo de este año un grupo de vecinos que no tiene un techo propio presentó un pedido, con tres mil firmas, ante el Consejo Municipal para que se declare la emergencia habitacional.
Las autoridades de Junín reconocen ante los medios que la situación es preocupante. Pero, como siempre, los más perjudicados son los que menos tienen.
Una de las situaciones que resulta favorable a la mutual y que podría redundar (pero no redunda) en un abaratamiento de las casas, es que AMCIPA tiene su propia fábrica de casas con el sistema PRE MOLD.
Si se saca la cuenta del costo de mercado de las viviendas, se puede decir que con el financiamiento “solidario” de las 68 viviendas, el banco se está quedando con varios miles de pesos más.
El Credicoop, por ser único banco cooperativo del país, se queda con la mayoría de los negocios relacionados con cooperativas y mutuales. Y a partir de lo que se acaba de relatar, este banco se ve envuelto -otra vez- en irregularidades en el tema viviendas.
El Banco “amigo” de los Schoklender
Uno de los primeros antecedentes del Credicoop en el delicado asunto que combina necesidades habitacionales con intereses espurios fue el “caso Schoklender”, que actualmente se encuentra en la Justicia por presunto lavado de dinero y posible asociación ilícita, entre otros delitos.
Según consta en los registros, la Fundación Madres de Plaza de Mayo con CUIT 30-70947163-1, tenía una cuenta abierta en el Credicoop, y aunque le fueron rechazados varios cheques, el banco le siguió operando a su favor sin hacer ningún movimiento que pudiera perjudicar a sus clientes.
En la actualidad, la fundación tiene numerosos pedidos de quiebra y demandas judiciales, además de cheques re-chazados pendientes de pagos cercanos a los 100 mil pesos. Eso no quita que el banco Credicoop siga manteniendo a la Fundación con la ca-tegoría “1”, es decir, un cliente ejemplar. Cómo se sentirá el resto de los mortales, que por atrasados en el pago de sus tarjetas de crédito o no cubrir sus descubiertos a tiempo, pasan a engrosar categorías “2”, “3”, es decir clientes no confiables para el sistema financiero y automáticamente van al Veraz.
Según registros del Banco Central, entre 2006 y 2007, los apoderados Hebe de Bonafini y Sergio Schoklender acumulan 13 cheques que fueron rechazados por $ 259.902, además de otros 16 por
$ 195.112,09 librados a través de la “Asociación Rebeldía y Esperanza”, otra entidad a su cargo, y cuya cuenta estaba abierta en el Credicoop.
También Pablo Schoklender, hermano menor de Sergio y ex apoderado de la fundación Madres de Plaza de Mayo en el proyecto “Sueños Compartidos” para la construcción de viviendas sociales, tenía una cuenta en la entidad presidida por Heller.
Además lo consideraban “excelentes clientes” que le otorgaron créditos personales e hipotecarios a los hermanos parricidas.
La investigación por presunto lavado de dinero y posible asociación ilícita está en vías judiciales, pero cabe la pregunta de porqué “la Banca Solidaria” no accionó y dejó hacer estos movimientos de dinero de los Schoklender.
En otra de las maniobras en que se vio implicado el Banco presidido por Carlos Heller fue en el subsidio que el Instituto (INAES) le otorgó a la Federación de Cooperativas de trabajo (FECOOTRA) en los últimos días de 2009, por medio de la resolución Nº 5.188/09.
En este caso, FECOOTRA recibió la suma de $ 161.513.467 que el banco Credicoop se encargó de recibir, bancarizar a los beneficiarios y distribuir el dinero a partir de cuentas de ahorro.
El tema es que FECOOTRA agrupa a 93 cooperativas en todo el país de las cuales de algunas, no se sabe nada. Y el banco cooperativo, así se halla envuelto en la trama que implica desembolsar dinero para cooperativas “fantasmas”. Desafío le consultó al banco por este tema, que en palabras de su gerente de Relaciones Institucionales, dijo desconocer “los alcances de la relación INAES-FECOOTRA”.
Las cosas poco claras
Desafío Económico le preguntó a las autoridades del banco sobre los sobreprecios en las viviendas que financiará en Junín, tras lo cual se recibió una respuesta a través de su gerente de Relaciones Institucionales, Marcos Fabaz, quien respondió que “se trata de un proyecto de una Mutual de Junín que opera con el banco, para la construcción de 26 viviendas, en una primera etapa. El banco ofrece a los mutualistas adjudicados la posibilidad de financiar el 84% del costo de la construcción a una tasa del 14,44% y a un plazo máximo de 10 años. A la fecha no se ha realizado ninguna operación”.
También se le dio la oportunidad de expresarse públicamente mediante un derecho a réplica al intendente Mario Meoni, pero aunque prometieron devolver el llamado, él y sus funcionarios se mantuvieron en el silencio.
Por último, consultado el presidente de la Mutual AMCIPA de Junín, Horacio Ferrari, al respecto del alto valor de las viviendas, negó lo que a todas luces resulta evidente. Dijo que “es un valor muy inferior en comparación con los precios de mercado para este tipo de viviendas”.
El banco Credicoop, una entidad que dice defender los derechos de los ciudadanos de bajos recursos y sectores medios, que dice ser “solidario” y que tiene una larga trayectoria en el mundo cooperativo, queda una y otra vez empantanado en negocios poco claros. CNA
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