BOLETTIERI / GIUSTOZZI |
POR DANIEL BILOTTA
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Daniel Bolettieri, intendente de Almirante Brown, se aferra a la última invención de Rubén Darío Giustozzi -su antecesor- para justificar las medidas con que amenaza si el gobierno bonaerense no le garantiza una salida decorosa a la administración municipal que compartieron los últimos 8 años y que entregarán a quienes lo sucedan con un pasivo de US$30 millones que representan el 15% del Presupuesto: el suyo no es un gobierno de transición y permanecerá en pleno ejercicio del poder hasta el próximo 10/12.
Pero el inconveniente que plantea la nueva lógica argumentativa de su principal socio político es que replica una falla de origen: multiplica el aislamiento de ambos en medio de un vacío de consenso político para las medidas que pretenden tomar sobre el final del mandato y que profundizarían a futuro las dificultades de financiamiento que padece el Municipio.
Se lo hizo notar el concejal del Frente para la Victoria Roberto Bastanza el 14/09 al mediodía, en la reunión a la que convocó en su despacho a los 18 representantes del bloque oficialista en el Concejo Deliberante, a quienes comunicó la inminente suspensión de los 100 litros mensuales de combustible que reciben como parte de un recorte que involucraría también a los Bomberos Voluntarios y la policía pero que podría resultar insuficiente para garantizar el pago de salarios y aguinaldo hasta fin de año.
Una semana después de las PASO, Bastanza intentó anunciarle a Aníbal Fernández que ya no respondía a Giustozzi pero debió conformarse con ser recibido por Daniel Gurzi, que no integra el círculo íntimo del jefe del Gabinete pese a haberlo representado como candidato en las primarias que perdió contra el intendente Francisco “Barba” Gutiérrez.
La visita a Quilmes intentó subsanar los inconvenientes para dar con Mariano Cascallares, oficializado como candidato a intendente del FpV en Almirante Brown por quien se interesó Ana Geneira. “¿Mariano sabe?” preguntó sin candidez la secretaria de Desarrollo Social, que también participó de la reunión con el Intendente quien planteó la inquietud por la demora a la única salida que planteó a sus problemas: un anticipo de coparticipación impositiva por $17 millones que debía recibir de la Provincia.
Bolettieri negocia con Cascallares emigrar a un puesto de tercer orden en la jerarquía del ministerio de Infraestructura bonaerense luego de jurar como concejal y facilitar el ingreso al Legislativo de Diego Fernández Garrido. El jefe del Gabinete Municipal tiene en crisis su principal activo: presentarse como amigo de Aníbal. Algo que el candidato a gobernador se encargó de relativizar con Cascallares, el único de los dos candidatos a Intendente que lo acompañó en la visita de campaña que efectuó en Almirante Brown.
Fernández Garrido es la conexión entre dos episodios políticos recientes: la toma de la Casa de Empleo por 600 cooperativistas que reclamaban salarios adeudados y el ajuste de casi $70 millones que exige por mayores costos Hesurmet, la firma responsable de la recolección de residuos.
Al funcionario se le atribuye el ingreso de “El topo” a una de las 2 cooperativas creadas en lo formal para limpieza pero en los hechos dedicada a destruir la propaganda de la oposición. Sindicado como jefe de la barra brava del club Témperley, “El topo” golpeó a empleados municipales para sustraer 2 computadoras con los datos de esos emprendimientos: especialmente, los descuentos que se le practican a los trabajadores por indumentaria y herramientas. Lo que no impidió que se les practicasen una semana después cuando se efectivizó el pago.
Según el Municipio, gracias a Hesurmet que adelantó unos $5 millones a cuenta del ajuste que debe convalidar el Concejo Deliberante para dar institucionalidad a una operación que cubre todas las apariencias de la irregularidad. Fernández Garrido es el responsable del área de higiene urbana. Bolettieri instó a los concejales a votar con urgencia el ajuste. Pero con la respuesta a Geneira, el Intendente puso en práctica el segundo tramo del argumento provisto por Giustozzi: “No tengo por qué consultarlo a Cascallares. Todavía no ganó nada.”
La afirmación lleva implícita la duda que pretende instalar el diputado nacional sobre las posibilidades del oficialismo de imponerse sin su ayuda. Algo que omitió comentarle a Daniel Scioli en la cumbre del peronismo bonaerense en Mar del Plata donde compartieron un diálogo reservado junto un par de intendentes del Conurbano y cuando aseguró tener la fórmula para ganar las presidenciales en primera vuelta ante la mirada incrédula de sus interlocutores. El diálogo abierto con Mauricio Macri de Emilio Monzó y del que se jacta Giustozzi no es un secreto.
Abonado además por las misiones que semanalmente cumpliría en la ciudad de Buenos Aires una estrecha colaboradora: la secretaria de Gobierno Leila Lazota. Las pintadas que “El indio” viene firmando para el macrismo en muros estratégicos del distrito alimenta esa suspicacia. Se trata del mismo contratista responsable de realizarlas para el oficialismo municipal en las primarias. Con otro antecedente: fue parte del auxilio de Giustozzi a Julián Domínguez en la disputa con Aníbal Fernández.
Esas supuestas maniobras siembran dudas en la administración bonaerense acerca de la calidad y tipo del auxilio que reclama el Intendente: con poco margen en sus propias finanzas, no son pocos los que opinan en reservarla para Cascallares. De ganar las elecciones, debería hacer frente al pago de aguinaldo y sueldos de diciembre. Fue el titular del Instituto de Previsión Social (IPS), Casacallares, el responsable de quebrar esa resistencia e interceder ante la ministro de Economía, Silvina Batakis. Una gestión que derivó en que el mismo 14/09, la suma reclamada estuviese depositada en la cuenta corriente del Municipio.
Tal vez sumergido en la aflicción por la suerte del expediente de Hesurmet, Bolettieri olvidó transmitir la novedad a los concejales pero también a su gabinete, al que reunió horas más tarde para advertirles de una baja salarial del 50% derivada de la supresión del pago por ocupación a tiempo pleno. Aunque adelantó que se la aplicará a sí mismo, la medida luce desigual: cada secretario pasará a cobrar en promedio $22 mil contra los 33 mil actuales.
Mientras que el Intendente dejará de percibir casi $190 mil para pasar a $130 mil. Módica contribución al ahorro luego de dilapidar el superávit de $10 millones recibidos en las arcas municipales que dejarán con un pasivo de casi $200 millones para llevar el déficit que heredará la próxima gestión hasta los 30 millones de la moneda estadounidense sin beneficio de inventario: no hay inversión pública municipal en obras de envergadura que sirva para justificar semejante marasmo. Toda es plata quemada en Almirante Brown.
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