POLÍTICA / CLAVES - OPINIÓN
por EDGAR MAINHARD
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Jornada histórica la del domingo 25/10:
- acabó el mito del 'aparato' peronista en el Gran Buenos Aires,
- fue liquidada la leyenda de que con el presupuesto municipal más una ayuda de la Nación se compran las voluntades necesarias para imponer candidatos,
- resultó el final del cuento de que el peronismo no puede perder en su bunker del 2do. cordón electoral del GBA.
El paso siguiente será el derrumbe de la ficción que dice que sólo el peronismo garantiza gobernabilidad en la Argentina, una aberración que ha usufructado el Frente para la Victoria durante 12 años.
La política tradicional adora falsos dioses que la realidad está destruyendo uno a uno.
Tenian que ser los Montoneros quienes terminaran de aniquilar el peronismo. Notable la limitación intelectual de esta gente autodenominada 'progresistas', 'revolucionarios' y 'militantes'. Basta.
El Partido Justicialista se encuentra muerto desde 2003, cuando Eduardo Duhalde decidió partirlo para impedirle a Carlos Menem regresar al poder. Néstor Kirchner creyó que le convenía un PJ debil porque podía dominarlo, y por eso evitó recuperarlo.
Ni hablar de concederle bríos. Ni siquiera le actualizó la agenda y prioridades. Daniel Scioli creyó que podía reflotarlo para enfrentar a Cristina Fernández de Kirchner pero los resultados se encuentran a la vista: imposible.
El PJ se encuentra muerto pero nadie le hizo un acta de defunción. Nadie lo sepultó tal como corresponde. Todos prefieren la ficción. Sin embargo es un problema aceptar como ciertas las mentiras propias...
El rey está desnudo pero casi nadie quiere aceptarlo. Sin embargo, llegó el día cuando el PJ, fofo y escuálido, fue destrozado en un comicio. Le ganó un frente electoral muy heterogéneo, con un mensaje que parecía harto voluntarista pero ha resultado creíble para muchos electores: Cambiemos.
Es evidente que el hartazgo provoca deseos de cambio. Al peronismo le molesta cualquier cambio y no se trata tanto de su ADN conservador popular sino que su prioridad es mantenerse en el poder sin renovar ni personas ni ideas ni usos ni costumbres.
Cuando la sociedad argentina se encuentra harta del peronismo en sus múltiples variantes y en su ebullición reclama modificar el 'statu-quo' imperante, ¿quién encarnará esa necesidad de cambio? Quien se atreva, podría quedarse con la torta completa.
El colapso del Partido Justicialista es posterior al colapso de la Unión Cívica Radical. Pero ambos protagonistas del bipartidismo se encuentran a la deriva. Ha llegado el momento de refundar el sistema democrático y sus prácticas. Es el mensaje de los electores a los líderes de la sociedad.
¿Hay futuro para nuevos partidos políticos argentinos?
No hay impedimentos aparentes para ese intento pero, probablemente, ya no resulten necesarios los partidos políticos tal como se los conoce hoy día. Hay nuevas formas de participación, otros códigos y relacionamientos. Diferentes lenguajes y protagonistas. Refundación de culturas y prácticas. Por ejemplo, las redes sociales.
Los partidos políticos convencionales no se encuentran preparados para el nuevo escenario. Son dinosaurios en el cambio de época.
Están condenados porque no lideran el cambio.
Una mujer joven, sin 'aparato', de sonrisa diáfana, gana hasta en el GBA al aguerrido, desafiante y machista Aníbal Fernández: no estaba en las previsiones de casi nadie. Pero acaba de suceder.
Y ya nada volverá a ser igual.
Hay mucho por analizar, revisar y rediscutir. Quien mejor lo entienda ganará el balotaje, y comenzará a reestructuar la Argentina.
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