miércoles, 11 de noviembre de 2015

NO QUEDAN DUDAS: LA ACTIVIDAD MÁS PERJUDICADA ES LA AUTOMOTRIZ

AGENCIA / ECONOMÍA 



CIUDAD DE BUENOS AIRES (Abeceb). La pérdida de competitividad producto fundamentalmente por el atraso cambiario, la restricción de divisas y puntualmente a las exportaciones y por otro lado; causas exógenas como la recesión en Brasil, la baja del precio del crudo y los alimentos impactaron directamente en la rentabilidad de los sectores cuyo mayor porcentaje de producción se vende externamente. 


Se prevé que 2015 termine con una retracción del 11% en la industria automotriz, del 7% en la siderurgia, del 10 en la exportación de cueros y del 2% en los lácteos, según un informe de Abeceb. Entre beneficiados y perjudicados, se encuentran dos sectores dinámicos que este año exhibieron mejoras:

- el agropecuario, con una previsión de crecimiento del 6,2% (considerando los tres principales cultivos) producto de una campaña récord de soja y el mencionado repunte de la ganadería bovina; y 

- el energético en el que se estima una alza del 0,5% en petróleo y una recuperación del 3,2% para el gas.

 Las economías regionales también se encuentran en una situación muy complicada, afectadas por la pérdida de competitividad de la economía que reduce sus posibilidades de exportar. Así, los productores deben decidir entre ajustar la producción o vender a un precio inferior, perdiendo rentabilidad.

Entre los más afectados, se encuentran la y los productores de frutas, tanto peras y manzanas en Río Negro como cítricos en el norte del país. En algunos casos, los productores están optando por desechar su cosecha, dado que el precio que reciben por el producto ni siquiera alcanza para cubrir los costos de comercialización.

 “Los principales ganadores son aquellos sectores que orientan su producción al mercado interno, especialmente si no dependen en forma crucial de insumos importados. El consumo local presenta una tendencia alcista producto de un leve repunte en el salario real y los planes de estímulo a la demanda impulsados por el gobierno”, explicó Mariano Lamothe, gerente de Análisis Económico de Abeceb.

 Lamothe precisó que “con las importaciones restringidas, estos sectores no enfrentan la competencia internacional, por lo que no ven comprometido su porción de mercado incluso ante la suba de los costos internos”. Al analizar detenidamente algunos de los sectores, se destaca que la actividad más perjudicada es la automotriz que tras una merma de la producción del 21,2% en 2014 se encamina hacia otro año complejo que podría terminar con una caída en torno al 11% interanual.

Las terminales enfrentan grandes dificultades debido a la menor demanda de Brasil, por lo que se espera que las exportaciones totales se contraigan más del 12,7% este año. Por su parte, las ventas al mercado interno mostrarían un repunte pero esto no generará un alivio significativo, ya que la demanda se enfrentará con el cuello de botella que generan las restricciones para acceder a las divisas que enfrentan las terminales locales (acentuadas por las menores exportaciones a Brasil).

 En tanto, los efectos son dispares en lo que respecta a la producción agropecuaria y la industria de alimentos y bebidas. Por un lado, la industria láctea se prepara para otro año negativo, producto de la pérdida de rentabilidad generada por el derrumbe del precio de la leche en polvo en el mercado internacional y los controles de precios en el mercado interno.

 A su vez, los menores precios internacionales de los granos, la apreciación cambiaria y las restricciones a la exportación impactan negativamente en los márgenes de los productores agrícolas. En este caso, el único alivio viene dado por condiciones exógenas a la política económica: las excelentes condiciones climáticas permitieron obtener rendimientos récord.

 Sin embargo, los efectos de la pérdida de rentabilidad comienzan a sentirse en el comienzo de la campaña 2015/16, que se estima mostraría una caída del 12% en el área sembrada de trigo y 20% en la de maíz, los productos más afectados por las restricciones a la exportación. En cambio, los menores precios de los granos reducen los costos de alimentación del ganado, beneficiando especialmente a los productores porcinos y avícolas, cuya producción cerraría el año con un fuerte aumento impulsada por el consumo interno.

En el caso de la industria avícola, el aumento del consumo local alcanzó incluso a compensar el derrumbe de las ventas a Venezuela, principal destino de exportación hasta 2014, que cayeron un 90% en lo que va del año. Finalmente, merecen un párrafo aparte las actividades relacionadas a la explotación de hidrocarburos.

En un contexto en que el derrumbe de los precios internacionales del crudo afecta las inversiones a nivel global, el impulso de YPF, y en menor medida los programas de estímulo a la producción, permitirían revertir más de una década de caída en la extracción de petróleo y siete años de merma continuada en el caso del gas.

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