lunes, 14 de diciembre de 2015

EN EL BCRA, EL INICIO NO FUE BUENO... ESPEREMOS...

ECONOMÍA / NOTA DE OPINIÓN 


por EDGAR MAINHARD 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Sorprendió a todos la Administración Macri, a punto de cometer su 1er. error a horas de haber asumido prometiendo cambiar la historia reciente de los argentinos. 


 Por un lado, la sorpresa fue porque Mauricio Macri convocó al diálogo como una nueva cultura política pero la reacción inicial tanto del Banco Central como del Ministerio de Hacienda y Finanzas no fue de diálogo.

Es cierto que pudo existir cierta desesperación, posible origen del maltrato, pero no fue lo que se esperaba horas después de haberse presentado ante la sociedad una imagen amigable... bien PRO... 

Por otra parte, la sorpresa fue porque ni Federico Sturzzeneger ni Alfonso Prat Gay desconocían lo que había sucedido acerca de la venta de contratos de dólar a futuro, desatino del directorio último del Banco Central con Alejandro Vanoli como titular, reportando al hoy diputado nacional Alex Kicillof como ministro de Economía.

No era un misterio y había información disponible tanto en el Rofex rosarino como en el MAE porteño. Ni siquiera necesitaban llegar al BCRA para obtener un diagnóstico acertado. En ese contexto, es llamativo que hubiera que advertirles a las nuevas autoridades acerca del error significativo de incurrir en un incumplimiento o default como medida N°1 de la Administración Macri.

Una economía en default no es equivalente a una economía sin default, y resulta increíble tener que explicarlo luego de 12 años y medio de default ininterrumpido, calamidad que le provocó enormes consecuencias a la economía argentina, tal como lo saben Prat Gay y Sturzzeneger.

 Probablemente no hay que ser tan severos, y especular conque a ellos 2 (Sturzzeneger y Prat Gay) les fallaron los reflejos como consecuencia de las considerables tensiones de asumir en las condiciones tan dramáticas que le han tocado a Cambiemos, con una economía destrozada y una inexistente transición entre la Administración Cristina y la de Mauricio Macri.

 Sin embargo, de confirmarse que fue tan sólo un mal reflejo, también es preocupante porque ¿qué ocurrirá en otras situaciones de estrés que tengan que enfrentar los funcionarios? En esta ocasión, ellos contaron con la decisión unánime del mercado de no obstaculizar, de llegar a un entendimiento, de darle toda su buena voluntad a quienes comienzan la difícil tarea de remontar la crisis.

Pero no siempre será así... Hay una sospecha aún peor: ¿el propio Mauricio Macri les concedió autorización a Sturzzeneger y a Prat Gay para avanzar en el mal inicio? Sí se conoce, según la prensa gubernamental, que luego Macri cambió su punto de vista sobre el tema y desandó el choque inminente.

 El ya ex presidente del BCRA, Vanoli, había aceptado vender dólar a futuro por US$ 15.000 millones, a $ 10 por unidad, a través del Mercado Abierto Electrónico (MAE) y el Rofex,– con el objetivo de desinflar expectativas de devaluación del peso. El día (inminente) cuando se disponga una nueva paridad cambiaria, el BCRA deberá afrontar un quebranto millonario porque se especula con una reunificación del mercado a $14 o $ 15 por dólar estadounidense.

 O sea que el BCRA deberá perder entre $ 60.000 millones y $ 70.000 millones por la diferencia entre la cotización a la que vendió y la cotización próxima de la divisa. Ya es muy grave la expansión monetaria sin control pero ahora se sumaría más emisión que iría directamente a precios. Un horror. Es imprescindible impedirlo.

Pero ¿cómo hacerlo? Prat Gay y Sturzenegger pretendían pagar sólo una parte a quienes compraron contratos de dólar futuro después de septiembre. El escenario previsible era de muchísimos juicios cruzados: de quienes compraron esos contratos a los bancos, y de los bancos al BCRA.

Obviamente que parecía una coyuntura apropiada para los días K pero no para un escenario de cambio. Muy diferente es comprometer a los bancos a utilizar los $ 70.000 millones que recibirán del BCRA como un anticipo del Impuesto a las Ganancias, y le pagarían a sus clientes con sus propios fondos, evitando la enorme expansión monetaria.

 O emitir un bono calzado al pago del BCRA y así bloquear la mayor liquidez. Ideas no faltarán, y menos cuando hay buena voluntad de las partes, pero nunca un default. Ese concepto debería prevalecer en todos: no más incumplimientos de parte del Estado argentino, en cualquier circunstancia. Siempre hay una alternativa.

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