viernes, 29 de enero de 2016

LA GOLPISTA DE BONAFINI Y LA COBARDÍA DE AVRUJ, GARAVANO Y PEÑA

CLAVES / LA MENTIRA DE LOS 30.000 DETENIDOS-DESAPARECIDOS 

CARLOTTO - CFK - BONAFINI


por EDGAR MAINHARD 

El ladriprogresismo (Hebe de Bonafini es un ejemplo al respecto, fiel exponente desde Sueños Compartidos y otros emprendimientos de la decadente Era K, de los beneficios del abuso de las supuestas virtudes del progresismo) ha decidido apostar al golpismo, al menos en su discurso, por ahora. 


 ¿O acaso no es golpismo afirmar que Mauricio Macri no concluiría su mandato constitucional cuando el Presidente elegido por el voto popular todavía no cumplió 60 días de gobierno?

 En verdad, tanto Hebe de Bonafini como Estela de Carlotto, quien también abundó en críticas a la nueva Administración porque la sospechada de corrupta Milagro Sala se encuentra detenida, comparten el enojo porque ellas temen que los subsidios, prebendas y excesos que obtuvieron durante la Era K sean interrumpidos en la nueva etapa institucional.

 Es triste pero no puede ocultarse la verdad: los llamados 'organismos defensores de derechos humanos' fueron corrompidos durante más de 1 década, prostituidos, convertidos en una complaciente extensión del poder político, utilizados para la construcción de un discurso partidario, al punto de perder de vista su misión, y ahora terminan desgarrándose las vestiduras en defensa de 'la caja'.

 La coyuntura confronta a Mauricio Macri con los límites verdaderos de su discurso de no confrontación y búsqueda de consensos. En verdad sólo se puede acordar con quien desea hacerlo. Así como para pelear hacen falta, por lo menos, dos, para armonizar se precisa que las partes acepten un denominador común.

Es evidente que con el Mundo K resultará imposible convivir porque ellos han esbozado una estrategia de conflicto permanente desde los días cuando gobernaban la Argentina, y decidieron mantenerlo como oposición. No conocen otra forma de desenvolverse en la política.

 Hasta ahora, Macri ha intentado huir de cualquier conflicto con el ladriprogresismo. ¿Hubiera llevado Macri a prisión a Milagro Sala, tal como hizo el gobernador jujeño Gerardo Morales?

A Macri le quedan 45 días para llevar a prisión a alguna gente K. Luego, al cumplir 90 días sin corruptos detenidos, no faltará quien comience a acusarlo de cómplice, y la propia opinión pública lo responsabilizará por cuestiones que provocaron los K.

 ¿Por qué sucede esto?

 Por un lado, porque el Presidente carga con ese falso estigma que le transmite Jaime Durán Barba acerca de lo negativo que resultaría para su imagen pública la percepción de que él es de derechas. El marketinero ecuatoriano daría casi una porción de sus importantes ingresos mensuales si así obtuviera un Macri socialdemócrata, y ha insuflado a varios del PRO ese sentido de culpa por adherir a ideas conservadoras.

 Por otra parte, porque el Presidente carece de una política alternativa sobre derechos humanos. El estilo de Macri es intentar presentarse como un pragmático que trabaja sobre medidas concretas de acción, en vez de elucubrar planes o formulaciones amplias.

La demostración más evidente de que no hay un discurso sobre derechos humanos acaba de ocurrir: Darío Lopérfido reivindica lo que ya dijo Rosa Graciela Castagnola de Fernández Meijide en su libro "Eran humanos, no héroes" (2013, Editorial Sudamericana).

Pero Lopérfido fue desautorizaro por la propia Administración Macri.

 La ex líder de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos comprobó los casos de 7.030 personas como víctimas de desaparición o ejecución sumaria y 924 con datos incompletos que resultan 7.954 registrados.

En el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, en la Costanera porteña, son 8.875 personas, porque hay nombres anteriores al golpe de Estado de 1976.

 Sin embargo, el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, con la aprobación del ministro de Justicia, Germán Garavano, y del jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña, desautorizó a Lopérfido, aceptando participar de un enorme error histórico que pone en duda su idoneidad para el cargo.

 Avruj, ex director ejecutivo de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), debería leer cierto artículo que hace tiempo escribió el periodista e historiador Ceferino Reato sobre este tema, cuando él precisó: "(...) A esta altura, sostener que los desaparecidos fueron 30 mil es convertir a ese problema en insoluble, en una bandera que sirve para hacer política con los derechos humanos pero nada más. Además de esa razón de política práctica, hay una cuestión de fondo para saber cuántos fueron los desaparecidos: es la verdad. (...)".

 La cuestión de los 30.000 es parte de la construcción del relato K, y si Avruj/Garavano/Peña lo legitiman, y provocan que Macri adhiera al error, se frena la deskirchnerización imprescindible que necesita transitar la sociedad argentina.

La deskirchnerización no es un debate sobre economía, tal como pretende presentarlo el Mundo K. La deskirchnerización es una formidable batalla cultural que, si la Administración Macri no se atreve a dar, se encontrará condenada a la erosión de gente como Bonafini, situación que pronostica un final abrupto, maldad que apunta a comparar al Presidente con Fernando De la Rúa.

 Por lo tanto, el golpismo de Bonafini no debería pasar desapercibido. Pero tampoco la ausencia de comprensión del fondo de la cuestión que evidencian Avruj/Garavano/Peña.

Además, una lástima porque es un tema que la base electoral de Macri (que trasciende a Macri) sí estaría dispuesta a debatir.

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