domingo, 15 de mayo de 2016

LAS AGUAS TURBIAS DE LA POLÍTICA: LAS HISTORIAS VERDADERAS

CONFIDENCIAL / INUNDACIONES EN ENTRE RÍOS 



PARANÁ. Ha estado allí el gabinete social entero, hace unos días. Estamos trabajando con todos los instrumentos que tenemos desde el Estado nacional, desde la Seguridad, con el Ejército, con Prefectura; desde Desarrollo Social, con la presencia permanente en estas zonas que son de las regiones más afectadas; con el Ministerio del Interior, con asistencia de ATN; en Salud, con PAMI, además de trabajar para que no se generen epidemias y enfermedades que tienen que ver con meses bajo el agua en una zona tan grande", señaló este jueves 12/05 el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, durante su visita a Paraná y agregó: “yo he estado varias veces en Islas del Ibicuy, tengo mi casa en Villa Paranacito y estamos trabajando de una manera muy estrecha con el intendente Gabriel García”. 


A pesar de los dichos y de las promesas del ministro, la realidad de los habitantes de la zona expresa otra cosa, acerca de los daños al medioambiente, la falta de infraestructura y de obras correctamente realizadas y de los mega emprendimientos inmobiliarios que llevan adelante empresarios relacionados con la política (el propio ministro Frigerio y el diputado provincial Martín Anguiano, por ejemplo), es bien diferente a lo que afirman los funcionarios.

Lo que sigue son testimonios recogidos por la Agencia AIM de Paraná, que recorrió la zona buscando conocer las opiniones de los habitantes del Delta entrerriano.

Dicha Agencia, aprovechando la visita del ministro Frigerio, lo consultó acerca de que no llegan los resultados que esperan los damnificados en el Delta, a lo que el funcionario sugirió que el Estado nacional ya hizo su parte, dejando el problema en manos de los intendentes: “Estuvo el gabinete social entero en Paranacito hace 10 días. Me parece que a esto lo tienen que hablar con los intendentes García y Murilla en Ibicuy”, señaló desentendiéndose del problema.

LA REALIDAD

Familias evacuadas, animales muertos, caminos cortados, casas y vehículos tapados por el agua forman una de las postales que hoy por hoy puede verse en la zona de Puerto Ibicuy, Mazaruca, Paraje La Argentina y Villa Paranacito, que constituyen los lugares más afectados por la creciente.

Las inundaciones en el Delta entrerriano no dan respiro: el agua del Paraná creció y arrasó con lo que encontró a su paso. En enero pasado, cerca de 20 familias de Paraje La Argentina debieron abandonar sus viviendas por las inundaciones.

La mayoría, como la de José Gómez, un ciudadano rural que no reniega de su condición de isleño, se instalaron en Ibicuy. “Paraje La Argentina está a 26 kilómetros de Ibicuy”, relató Gómez, quien agregó que la zona está desde hace 4 meses bajo agua.

“Habitantes, no quedó ninguno, y en lo que a mí respecta, el 26 de diciembre tuve que salir con los animales para otro lugar porque de lo contrario, se ahogaban. En enero ya estábamos bajo agua, el río bajó, después volvió a crecer, e hizo desastres”.

Gómez llevó a su familia a Ibicuy, el único lugar que le ofreció un resguardo a la furia del río. “Vivo y trabajo en Paraje La Argentina, pero en enero tuve que salir con la familia, con todo, moviéndome por mis propios medios porque desde el Estado no hemos recibido ninguna ayuda, hemos tenido que auto evacuarnos, nosotros y los vecinos”, se quejó.

Aunque el agua ya bajó 80 centímetros desde el pico más importante de la creciente, Gómez calculó que recién en septiembre u octubre podrán retornar al Paraje, siempre y cuando el río no vuelva a crecer.

“Todo está devastado y no sé si cuando volvamos vamos a tener las casas, porque los últimos vientos y la furia del agua, se llevaron varias viviendas; aunque la mía todavía está en pie, ya hay una parte que está destruida. Eso significa que habrá que empezar de cero”.

El panorama que pinta es desolador, pero a pesar de la terrible situación, Gómez no reniega de su condición de isleño. “Mi padre también tuvo que soportar varias inundaciones, y ahora soy yo, y aunque el río se enloquezca, siempre volvemos porque este es nuestro lugar. Estamos acostumbrados, siempre debimos rehacernos solos porque el Estado brilla por su ausencia; eso también se repite”, denunció.

Para el isleño “será un desastre volver a empezar, porque no quedó nada, ni alambrados ni casas, todo se llevó el agua y lo que no, con tanta furia, habrá que restaurar desde cero. Es triste reconocer que en Paraje La Argentina, los vecinos estamos desamparados, porque el lugar es tierra de nadie. Siempre, y en cada situación, la reconstrucción estuvo a cargo de los vecinos porque el gobierno nunca nos ayudó. Estamos acostumbrados a que venga la creciente, se lleve todo, y después tengamos que reconstruir todo nosotros solos. Ojalá alguna vez fuera distinto, pero hoy por hoy, esa es la realidad”, se lamentó.

Las familias muchas veces marcharon con lo puesto a refugiarse en lo de sus parientes o en centros acondicionados para atravesar la situación, y algunos resolvieron alquilar una vivienda en Ibicuy hasta que baje el agua. Quienes tienen menor capacidad adquisitiva se agolparon en clubes, casas de vecinos y hasta en terraplenes donde construyen casillas precarias o instalan carpas para esperar que las aguas desciendan y no abandonar lo que tanto trabajo les costó conseguir.

Juan Díaz Molina, otro habitante de la zona, aseguró que “el río está bajando muy despacio, porque en la zona del Paraje La Argentina hay más de un metro ochenta de agua en la calle, como así también en Villa Paranacito”.

“La gente está evacuada en Ibicuy y los daños fueron muy cuantiosos, se perdieron animales y en nuestro caso el agua se llevó todo: mesas, sillas, los quinchos, la cocina y la heladera que apareció flotando en el río”, describió y agregó: “hasta ahora no aparece ninguna ayuda y tampoco hicieron una evaluación de los inundados, por lo menos a mí no me tocó declarar nada”.

 “La gente se fue a vivir a las casas de sus parientes, de sus amigos y algunos alquilaron en refugios”, explicó y recordó que una creciente de este tipo no se registraba desde 1982: “pero a nosotros nunca nos había golpeado de esta manera, pudimos salir pero no pudimos regresar a buscar nuestras pertenencias porque en medio el temporal el río creció mucho y tapó todo”.

En ese sentido dijo que el panorama “es desolador: el agua no pudo romper las paredes de nuestra casa, pero sí arrancó las aberturas que no alcancé a sacar, en cuatro días el río creció cerca de un metro setenta y el temporal se prolongó durante cuatro semanas que fueron terribles, todo está lleno de barro”.

Aunque el agua baja, se pronostica que la creciente continuará durante los meses de frío: “esto va para largo, porque el río de La Plata se mantiene crecido y el agua no corre mucho, tampoco cambian los vientos que favorecerían el descenso”, explicó.

“Esto nunca nos ocurrió, el río nos llevó todo, no nos dejó ni las pilchas, ni la cama ni los colchones. Sólo recuperé una heladera que encontraron flotando en el río y como tenía fotos de mi nieta y sobrinos la reconocieron y me la acercaron, pero seguramente no funciona más. Es muy triste”, aseveró.

El ministro de la Nación le transfiere la responsabilidad a los municipios. La solución estructural no está al alcance de los municipios. Es un problema regional al que por su magnitud se le debe dar salida por medio de organismos y fondos nacionales.

Por eso lo que se espera del ministro es que precise cuándo volverá con los equipos técnicos necesarios para hacer el proyecto y definir las obras que resuelvan el problema.

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