domingo, 2 de octubre de 2016

CÓMO FUNCIONA EL JUEGO CLANDESTINO BONAERENSE QUE MUEVE $50 MIL MILLONES

POLÍTICA / INFORME 



El fiado, el delivery y las apuestas telefónicas son sólo algunos de los elementos claves de la industria del juego clandestino en la provincia de Buenos Aires que mueve $50 mil millones por año. 


El negocio está aceitado, arraigado y, para garantizar su éxito, hay connivencia política y policial. Según publicó el diario Clarín, “por lo menos” hay 90 cabecillas de apuestas ilegales. Pero para que el negocio sea rentable,las apuestas “fuertes” se vuelcan en los sistemas oficiales.

Para eso, el capitalista debe tener algún vínculo con un local habilitado. Así entra en juego la familia o los prestanombres como puede ser un familiar o socio. De esta manera, los premios grandes, abultados, los paga el Estado.

Por esto, hay 12 dueños de licencias que hoy están sometidos a auditorías por esta sospecha. Además, seis fueron clausuradas en los últimos meses. Tres estaban a nombres de familiares de Adrián Almaraz, el famoso "rey del juego" bonaerense que fue desmantelado hace unas semanas.

En los últimos seis meses del Gobierno de Daniel Scioli se otorgaron 160 licencias desde el Instituto de Loterías de la Provincia. Ese otorgamiento se hacía –según reconocen fuentes actuales del organismo– mediante el pago ilegal de hasta 50 mil dólares para conseguir la licencia. Ahora está suspendido el otorgamiento de habilitaciones.

“No se abrirá ni una agencia más en toda la Provincia”, es el criterio del actual presidente del Instituto, Eugenio Melitón López, según el matutino.

Pero, ¿cómo funciona el sistema?

Cada engranaje es clave para su éxito. En el primer eslabón están los “pasadores” de juego quienes “levantan quiniela”.

¿Cómo lo hacen? Recorren los barrios en bicicleta, caminando o mediante contactos telefónicos para convocar a los jugadores.

¿Por qué el cliente no lo hace por la vía legal? “Se maneja mucho el fiado; está la comodidad del ‘delivery’ y también es relevante el hábito o la costumbre arraigada en muchos barrios o pueblos del interior”, explicaron en Loterías a Clarín.

La “clandestina” y la oficial pagan lo mismo: 690 veces lo apostado por acertar las “dos cifras” de la quiniela. Pero el ganador de la paralela elude –si tiene mucha suerte– el 30% de impuesto a las Ganancias que debe tributar a partir de los 15 mil pesos de premio, tal como estipula la ley.

El sistema cuenta además con la complicidad de autoridades policiales y/o punteros políticos que avalan el mecanismo. O miran para el costado. Y se enriquecen.

Es una labor artesanal, pero multiplicada por miles representa un botín casi incalculable.

“Después de derrumbar el imperio de Almaraz, las agencias de la zona donde operaba aumentaron su recaudación un 170%”, admitió a Clarín Melitón López. El juego legal está compuesto por 4.200 agencias oficiales para apuestas de quiniela y los juegos de Buenos Aires y otras provincias (Loto y Quini 6, entre otros).

También hay 46 bingos, por donde ingresan unos 800 millones de pesos por mes. Además de los cartones, allí permanecen encendidas 600 tragamonedas a toda hora. Y hay 12 casinos (donde están instaladas 5.500 máquinas slots) y 5 hipódromos, que operan en línea con las 186 agencias hípicas para hacer apuestas a los caballos mediante conexión satelital con los circos hípicos.

En total por estos medios el Estado recauda 150 mil millones de pesos por año. Una fortuna que, luego de descontar premios, sueldos y la logística para el funcionamiento, deja millones que por ley deben ir a las arcas de Desarrollo Social y Educación. (TN.com)

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