Lucas Laspina, titular de la comisión de Presupuesto |
La reforma de Ganancias está lista para ser tratada en el recinto de la Cámara de Diputados el próximo martes 6/12, tras el debate en la comisión de Presupuesto que concluyó con la firma de cinco dictámenes.
El de mayoría fue el de Cambiemos, con las cinco modificaciones al proyecto oficial adelantadas ayer: un fuerte gravamen al juego de azar; inclusión de deducciones por alquileres, por cónyuge y por viáticos (un viejo pedido de varios gremios de la CGT), y una suba finalmente del 50% de los topes de facturación del monotributo.
Para financiar el costo fiscal de las nuevas deducciones, se propone un “sablazo” al juego: un gravamen directo al “capital” es decir a las 80 mil máquinas tragamonedas que funcionan en el país, y otro impuesto indirecto a la ficha-apuesta de 0,75%.
El Gobierno estima recaudar unos $5.700 millones por esta vía. Hubo una fuerte movilización de protesta al Congreso motorizada por los sindicatos del juego, que denuncian que se perderán miles de fuentes de trabajo.
La suba de los topes del monotributo (que no se tocan desde 2013) permitirán que más personas sigan en el régimen simplificado sin pasar al excederse al régimen general, donde afrontan IVA y Ganancias. Pero vendrá acompañada -siempre si triunfa la propuesta oficialista- de una “actualización” del componente impositivo del monotributo (que hace años no se modifica, el kirchnerismo recaudaba más al no tocar escalas y obligando a la gente a subir de categoría) con el que el Gobierno espera recaudar unos $1.500 millones adicionales.
El Gobierno dio marcha atrás y subió sólo 50% los topes del monotributo, cuando anteanoche en reunión de interbloque Cambiemos habían anunciado que sería 100%.
Por eso, hubo una mini rebelión de los radicales, que terminaron firmando el dictamen en disidencia parcial. “Fue un gesto nada más”, minimizó un diputado de la UCR.
El segundo dictamen en minoría fue del Frente para la Victoria, defendido por Axel Kicillof, con la propuesta de renombrar Ganancias “impuesto a los altos ingresos”, a cobrar al 10% de los trabajadores registrados que ganan más.
Posteriormente siguieron los dictámenes del Frente Renovador de Sergio Massa junto al peronismo del bloque Justicialista y la socialista Alicia Ciciliani; del Frente de Izquierda, y del aliado K Carlos Heller.
En ese orden deberán ponerse a consideración en el recinto el martes. Todos podrían caerse y no haber reforma. Pero, aunque el oficialismo aparece endurecido y salvo gravar el juego, rechazó impuestos a la minería o a la renta financiera que reclama el massismo, se esperan negociaciones el fin de semana para buscar un acuerdo.
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