(Urg.24) - Finalmente, para la Justicia, ni el viudo Carlos Carrascosa había resultado ser el asesino de su esposa María Marta García Belsunce, ni tampoco Ibar Pérez Corradi fue quien ordenó matar a los 3 empresarios cuyos cadáveres aparecieron en la localidad de General Rodríguez (la misma de los bolsos arrojados por José López al monasterio), en lo que se conoce como el triple crimen.
Uno estuvo preso 14 años, el otro prófugo desde 2012. Da la impresión que los tribunales argentinos se nutren hasta un punto del input mediático en casos que se convierten en resonantes y, al necesitar los datos objetivos que avalen la condena prematura de los personajes señalados por la prensa para materializarla en los fallos, carezcan de mérito judicial.
El show periodístico que se montó en torno del triple crimen y sus vinculaciones con la política se enriqueció con los roles protagónicos que cobraron desde “la Morsa” que echó a rodar el exitoso colega Jorge Lanata (a quien el pope “hegemónico” de Clarín, Héctor Magnetto, debería hacerle una estatua y ponerla en el hall de Canal 13, tal como hizo Rácing con Mostaza Merlo) y el tocayo de las 2 “t” Cristian, sindicado como el autor de los homicidios de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, le aportó las escenas de la cinematográfica fuga de la cárcel de máxima seguridad de General Alvear y el posterior raid que finalizó con su detención en Santa Fe.
Pero el mismo día que Pérez Corradi resultó no ser culpable para el martillo judicial, sí lo es para para las togas jujeñas la dueña de la Tupac Amaru, Milagro Sala, hasta el relevo gubernamental “mandamás”, aunque sin validación electoral, de la provincia norteña y alrededores, y la sentenciaron a 3 años de prisión por un escrache en 2009 al ahora gobernador Gerardo Morales.
Se costearon hasta el palacio de Justicia jujeño referentes kirchneristas, entre quienes se destacaba el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, para “hacerle el aguante”, e hicieron notar que se trataba de una derrota política.
Cualquier observador imparcial, por estas horas, podrá imaginar que quizá cuando cambien los vientos en la cúspide provincial o nacional, la líder indígena administradora social de fortunas que le derivaba el Estado podrá terminar absuelta y limpia de polvo y paja.
Se lo advirtió ella misma a los miembros del Tribunal Oral Federal, Mario Juárez Almaraz, Maria Alejandra Cataldi y Federico Santiago Díaz, antes de escuchar la sentencia: “Les pido, señores jueces, que no se dejen apretar por el poder político, dicten lo justo”.
Y quién mejor que ella conoce de estos menesteres…
Página/12 le pone letra a esa música: #MadeInMorales, titula para encuadrar el caso en un frívolo hashtag.
Como ahora para la Justicia no hay pruebas que demuestren que Pérez Corradi ordenó a sicarios consumar el triple crimen de General Rodríguez, ni que acrediten fehacientemente que Carrascosa mandó a matar a su mujer María Marta en el country Camel, no faltará oportunidad para que Milagro termine siendo declarada inocente de la agresión sufrida por el ahora gobernador, ya que no estaba presente en la turba y el testimonio de un empleado de la Tupac Amaru la incrimina por haber dado presuntamente la orden.
“Yo no fui” y oídos proclives a creerlo desbaratan cualquier argumentación que no esté avalada por una minuciosa arquitectura de pruebas y evidencias.
El 'caso Nisman' es el paradigma de la “contaminación” de los procesos de instrucción y posterior vuelcos de los elementos recogidos por la investigación primaria en los expedientes judiciales. De ahí el latiguillo que suele escucharse de los abogados que hacen declaraciones a los medios cuando se tiran hipótesis al voleo: “no está en la causa”, por lo tanto, no existe.
El incomparable cineasta británico Sir Alfred Hitchcock se devanó los sesos imaginando tramas para los guiones de sus películas que confundieran de tal modo al espectador que terminaran atrapando su atención en el desarrollo de una trama de suspenso que solía derivar en el inesperado desenlace de un crimen.
El mérito era lograr que el público traspusiera la pantalla e hiciera sus propias lucubraciones y finalmente la mayoría se sorprendiera cuando se descubría que el mayordomo era el asesino.
En Argentina, la arquitectura de la impunidad invirtió los términos: el apuro por saber quién fue termina edificando causas predeterminadas sin cimientos que las sostengan. O por que no plantándolas, chi lo sa.
Si ni el Presidente puede caminar seguro…
El desconcierto ha llegado a tal punto que el propio Presidente, quien supuestamente debería contar con una seguridad extrema en cada uno de sus desplazamientos diarios, ha sido objeto de ataques en plena vía pública, a la vista de todo el mundo, que no se pudieron evitar ni tampoco capturar de inmediato a los autores.
En el que está más fresquito, en Neuquén, donde dañaron la van en la que se trasladaba a un acto, se practicaron algunas detenciones pero nadie quedó preso.
En Mar del Plata lo habían apedreado, insultado y hecho piquetes, lo que dio lugar posteriormente a un pedido de captura meses después de uno de los agresores identificados por fiscales que investigaron el hecho.
Como en un caso se apunta al gremio neuquino ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) y en otro a organizaciones de derechos humanos, daría la impresión que atentar contra la investidura presidencial se justifica a la hora de una reivindicación o sea que termina siendo legitimada aún cuando sea contra un Presidente democrático: así comenzaron los Montoneros y el ERP en 1973.
El diario español El País publica bien arriba, en su portada, que Cristina Kirchner se presenta como víctima de una dictadura en respuesta al procesamiento por asociación ilícita dictado por el juez Ercolini.
Milagro Sala se victimiza y encuadra políticamente su juzgamiento, con lo cual abre la instancia de que cualquier cambio en los ventisqueros del poder la liberen.
La duda del ciudadano común termina siendo: ¿son, los hacen o se hacen?
En lugar del crimen perfecto, en Argentina se fue perfeccionando el know how de la corrupción perfecta.
Y si no, hay que ver lo que sucede en el vecindario: el Obedrecht que destapó la olla de las coimas repartidas en Argentina hace 18 meses que está preso, en el marco de un Java Lato que tiene tras las rejas a buena parte del mosaico de poder brasileño.
Nuestro Ricardo Jaime se aburre en la cárcel por falta de compañeros del palo para alternar y matiza el tiempo estudiando abogacía.
Amado Boudou era, al menos, candidato a armar con él una pareja de truco a la hora de amenizar en el penal, pero logró lavarse las manos como Poncio Pilatos por las causas que le imputan, cubre esos menesteres higiénicos concurriendo con el piquetero Luis D´Elía y el quebrachero Fernando Esteche a meter los pies en la fuente de Plaza de Mayo.
Blandir las 2 caras de una misma moneda es una especialidad que se ganó un espacio en el acervo nacional.
El diario Clarín lo pone en práctica, cuando en la tapa del matutino que sigue siendo la nave insignia del grupo que lidera Magnetto resaltan el tránsito violento que caracteriza a la Ciudad, donde se produce un choque por hora, mientras su diario gratuito La Razón magnifica la “baja de los accidentes mortales en la Ciudad”.
Al cierre de esta edición, el jefe de gobierno de CABA, Horacio Rodríguez Larreta, se sacaba con cara de pocos amigos el casco amarillo con que protege su rasurada calva de las destrucciones en serie que ordena en las principales arterias de la Ciudad para instalar metrobuses, y meditaba con ambas portadas del Grupo Clarín desplegadas en el vivac en el que se siente una especie de Nerón si cabía o no pagar y/o renovar la pauta publicitaria ante tales contradictorias contraprestaciones.
Por suerte para los comisarios de institucionales de la calle Tacuarí no hay un buen circuito en la línea entre “Geniol” y Marcos Peña, para que analizaran juntos la optimización de las inversiones en comunicación externa.
Los medios gráficos especializados en economía repiquetean las primeras planas con la palabra déficit y la asocian al recambio en el Palacio de Hacienda.
Para El Cronista Comercial arrancó la transición Prat-Gay/Dujovne. En el caso del primo de Nicky Caputo, Luis, ascendido a ministro en esta voltereta, nadie repara demasiado, uno porque él no hará nada distinto de lo que venía haciendo, al contrario, por ahí un poco menos, por el endurecimiento de los mercados, y dos, porque la salida de Prat-Gay le dio más espacio ejecutivo a Federico Sturzenegger, quien por fin se saca de encima la tasa de Lebacs como referencia y se apoya en los pases, que forman un menú de guía con los mercados a futuro.
La inflación es la mira en este tramo de la gestión, en el que Dujovne deberá controlar los aceleradores fiscales y Sturzenegger hacer equilibrio monetario.
Francisco “Pancho” Cabrera y su Ministerio de la Producción deberían en este reparto ocuparse decididamente del jueguito entre el cambio que ya está atrasado en casi 20%, las importaciones a las que abre paso a riesgo de afectar empleos y las exportaciones, que mal que le pese son el termómetro de la competitividad.
Para sacarse la responsabilidad de encima y tal vez influido por los efluvios que dejara un ex hombre fuerte K de la casa, Guillermo Moreno, pretende modificar ese indicador reemplazándolo por otro de ponderación pura, que mediría la inclusión argentina en el mundo.
Cabría en ese caso añadir a la Organización Mundial del Comercio y otros foros internacionales de integración, inclusive Davos. Pancho no tiene puesto aún en el equipo antiinflacionario que concibió Macri, quien al menos despide el año con un diciembre que hasta el opositor BAE Negocios reconoce que mejorará la meta oficial del 1,5%.
El platillo importador de la balanza comercial ya alteró el perfil cultural de intercambio compensado que traía la industria automotriz, previo a la arremetida nacionalista del kirchnerismo el año pasado, y El Cronista Comercial saca a relucir que por las compras online al exterior puerta a puerta se hacen 4500 operaciones diarias, aunque se retiren menos del 50%.
Ámbito Financiero tiene dueños con algo más que el corazoncito K, pero sabe que depende de vender y que su clientela amerita de los humores de la City, donde el resultado del blanqueo, las mieles del cepo liberado y las expectativas de que el mercado de capitales penetre a pleno en la diaria insuflan optimismo.
Por eso elige destacar que, aunque la industria sigue en baja, se desacelera la caída, una pincelada de esperanza en vísperas del festejo de fin de año. El gran desafío será el dólar, desfasado para la economía real, acotado su acomodamiento por desactualizados cálculos presupuestarios de Prat-Gay, sujeto a los vaivenes de los instrumentos monetarios para pilotear el déficit, presionado por la política de fortalecimiento que comenzó a aplicar la Reserva Federal y todo indica que Donald Trump profundizará y finalmente por este circunstancial oleaje cambiario que ocasiona el blanqueo aún en curso.
Los $16 asumen el papel de paridad testigo de ese mejunje que se mueve en el medio de un piso cercano a los $15,50 y un techo de $18 que consta en la ley de leyes para 2017 aprobada. El problema es que para completar el año falta tanto, que ni siquiera empezó.
Para la despedida de un 2016 que el gobierno de Macri vive como interminable por su ansiedad para dar vuelta la página, los delincuentes ya no se conforman con su ascenso cotidiano sino que saltaron a roles estelares.
Roban en los exclusivos barrios cerrados de Nordelta y Pilar, y aprovechan las ausencias de prominentes vecinos del jet set del deporte, como Ramón Díaz y Carlos Tévez, para entrar a sus casas y desvalijarlas.
El ídolo boquense, entre su excéntrico festejo de casamiento y la monumental obra en marcha en La Horqueta de San Isidro, salió a mostrarse con la camiseta del Shanghai Greenland Shenhua, club al que irá a ganar un sueldo de 110 mil dólares diarios, US$ 3,3 millones al mes, que seguramente lo harían ser un conspicuo contribuyente del nuevo impuesto a las Ganancias en el país.
Va a cobrar el 50% más que Messi y Ronaldo. Pero se va sin decir públicamente adiós, sino un virtual hasta pronto a la grey xeneize, mensaje que, a falta de comunicación oficial de Carlitos, se encargó de tuitear el empresario del juego y presidente de la institución, Daniel Angelici, eufórico por el pleno que acertó con este pase: US$ 20 millones.
Carlos Tévez se despidió fastuosamente de familiares y amigos, en ocasión de su casamiento, y justificó de algún modo su decisión de irse a vivir más tranquilo con su esposa e hijas coincidentemente con el ultraje a su propiedad privada que hicieron mientras no había nadie en la casa porque estaban en pleno festejo en Carmelo, Uruguay.
Y si nadie mató a los 3 empresarios cuyos cuerpos aparecieron en General Rodríguez, ni nadie mató a la esposa de Carrascosa, ni a Nora Dalmaso, y las firmas continúan, ¿por qué Tévez se arriesgaría a esclarecer el hecho de inseguridad tras el cual la crónica será la encargada de informar que se fue del país y de Boca?
No hay comentarios:
Publicar un comentario