GLOBAL / GRAVES DESACUERDOS
Mikel Ayestaran había escrito desde Alepo para el ABC madrileño:
"(...) Alepo es una ciudad rota, partida en dos tras sufrir en sus calles toda la intensidad del conflicto de Siria durante los últimos cuatro años. El anuncio del acuerdo entre los opositores y Rusia para la salida de civiles y combatientes significa que el Gobierno del presidente Bashar al Assad retoma el control de toda la ciudad, pero la herida es demasiado profunda. Es momento para la cautela, pero en las primeras horas tras hacerse público el acuerdo se silenciaron las armas.
Después de una jornada de duros combates, como las últimas cuatro semanas, y que discurrió bajo las explosiones constantes de la artillería, solo el ronroneo de los grupos electrógenos rompía la noche en Alepo después de que rusos, turcos y sirios, del Gobierno y la oposición, anunciaran el pacto. Es el momento único que separa la muerte de la vida, ese instante en el que la población toma aire y cruza los dedos para que esta vez sea la definitiva y la guerra se aleje de las calles. (...)".
Pero luego se rompió la tregua.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos y un periodista local de la agencia AFP confirmaron la reanudación de los enfrentamientos entre ambos contendientes después de casi una jornada de calma.
Un portavoz insurgente declaró que el alto el fuego quedaba suspendido ante las nuevas exigencias planteadas por el Ejército y sus aliados chiíes.
El Gobierno del presidente Bachar el Asad ha reclamado a las milicias de la oposición que entreguen una lista con el nombre de las 15.000 personas que van a ser evacuadas para identificar a eventuales rehenes y prisioneros.
También pide que los insurgentes levanten el asedio a dos localidades gubernamentales en la provincia rebelde de Idlib.
Es una ruptura del alto el fuego, denunció una fuente opositora. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos precisa que los proyectiles contra la zona controlada por los efectivos gubernamentales han impactado en los distritos de Bustán al Qasr, Al Mokambo, Al Hamdaniya, Al Azamiya y el calle Nilo.
El embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, había dicho que el ejército sirio había detenido sus operaciones en Alepo y que se había alcanzado un pacto para la salida de los insurgentes. Estaba previsto que la evacuación comenzara a las 05:00 hora local pero no se ha llevado a cabo.
Según el Observatorio, las autoridades sirias impiden la aplicación del pacto forjado entre Rusia y Turquía para una evacuación por no haber sido consultadas, mientras que los opositores acusan a Irán, porque quiere inclu ir en el acuerdo algún punto referido a los pueblos de mayoría chií de Fua y Kefraya.
Dichas localidades están ubicadas en la vecina provincia de Idleb y está cercadas por el Frente de la Conquista del Levante (exfilial siria de Al Qaeda) y otros grupos.
El Observatorio apuntó que otro de los motivos es que entre los rebeldes hay unos 250 guerrilleros extranjeros que las autoridades sirias querían detener e investigar; y el hecho de que el ejército considere que no recibe nada a cambio en este pacto, ya que estaba a punto de tomar totalmente el área insurgente.
¿Qué queda de las viviendas y las calles que en su momento bullían de vida? El video grabado por un dron menos de 24 horas después de que el Ejército sirio hiciera públicos sus últimos éxitos deja al descubierto la devastación que ha dejado la larga batalla por la ciudad.
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