El jefe de Gabinete, Marcos Peña, reafirmó este martes la posición del Gobierno Nacional de que Venezuela es gobernada por una dictadura e insinuó una comparación con gobiernos de facto que tuvo la Argentina. Peña hizo esa sugerencia al pedir en el Senado, donde presenta su informe gestión, al pedir para el país caribeño "la misma solidaridad" que éste tuvo "con Argentina en momentos dictatoriales".
Cabe recordar que Venezuela se transformó en receptor de exiliados tras la instauración de gobiernos de facto. El más ilustre tal vez sea Juan Domingo Perón, quien tras su derrocamiento en 1955 estuvo hasta 1958 en Caracas, una de las paradas de su exilio que comenzó en Paraguay y terminó en Madrid.
Pero los perseguidos por el peronismo también encontraron refugio en Venezuela. Tales fueron los casos de Horacio Guarany y del periodista Tomás Eloy Martínez, que se refugiaron en el país caribeño en 1974 tras recibir amenazas por parte de la Triple A.
No está claro si el jefe de Gabinete se refería también a este período como un "momento dictatorial" en la historia de la Argentina. La última dictadura, por su parte, empujó al exilio en Caracas al filósofo León Rozitchner.
La comparación de Peña resulta además un disparo contra el kirchnerismo por partida doble: por un lado, porque siempre ha intentado emparentar a sus adversarios con la última dictadura; y por el otro, porque los seguidores de Cristina Fernández siguen defendiendo al régimen de Nicolás Maduro, que se cobró sólo en el último mes 26 vidas en distintas manifestaciones, según fue confirmado por la fiscal general venezolana, Luisa Ortega.
La insinuación del jefe de Gabinete deja a los K en una posición incómoda, no sólo puertas adentro sino también ante la comunidad internacional que ya ha expresado su preocupación por la situación en Venezuela.
Al inicio de la sesión informativa de este martes, Peña señaló que el momento que atraviesa el pueblo venezolano es “angustiante y preocupante”. “Es claramente una situación de alta irregularidad institucional, con violación de los derechos humanos”, enfatizó.
Dijo que desde el Gobierno se realiza un “seguimiento permanente” de lo que sucede allí y repudió las muertes que se produjeron en distintas jornadas. El ministro coordinador contó que habló con el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges, quien le solicitó que “transmita a esta Cámara la enorme preocupación que ellos tienen por sus vidas”.
“El pedido como Gobierno es que tengamos la misma solidaridad que la República de Venezuela tuvo con Argentina en momentos dictatoriales”, resaltó y expresó que la “solución” a la crisis del país “surge a través de elecciones libres, de la liberación de los presos políticos, del respeto a la independencia de los poderes”.
En esta línea, agregó: “Pero creemos también que la comunidad internacional, y particularmente nuestra región, debe alzar la voz y debe poder plantearle al régimen de (Nicolás) Maduro que debe parar con la violencia y la necesidad de normalizar la situación democrática”.
“Queremos que sea un tema de debate en el Senado”, sentenció y reiteró así la exhortación que hizo días atrás el presidente Mauricio Macri.
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