FÚTBOL / EL SUPER - CLÁSICO
Marcelo Gallardo nunca le había ganado a Boca por torneos locales. Y no pudo encontrar un mejor momento para hacerlo por primera vez. En un Superclásico inolvidable, River derrotó 3-1 al Xeneize en La Bombonera y dejó el campeonato más al rojo vivo que nunca: con un partido menos, el Millonario quedó a cuatro puntos del Xeneize y sueña con dar la vuelta olímpica.
Todo durante la primera parte fue para el visitante. Con un Gonzalo Martínez decisivo, que abrió el marcador a los 15 minutos de juego con una volea inapelable, el equipo de Marcelo Gallardo complicó cada vez que encaró a la dubitativa defensa del Xeneize.
El tanto de Lucas Alario a los 24 no hizo más que potenciar el dominio de un visitante que parecía tener todo encaminado para conseguir una cómoda victoria en la casa de su máximo rival.
Sin embargo, en la última jugada antes del entretiempo, un tiro libre frontal para el local que no debía generar mayores sobresaltos encontró una muy floja respuesta de Augusto Batalla tras el anunciado centro de Fernando Gago y el conjunto de Guillermo Barros Schelotto se fue al vestuario mucho más cerca desde el resultado que lo que se había visto dentro del campo de juego. E
l panorama para la segunda parte, entonces, asomaba completamente incierto.
No supo aprovechar Boca el impulso del descuento en el arranque del complemento.
El empuje desordenado del equipo del Mellizo se encontró con un River bien plantado y dispuesto a defender la ventaja lejos de su área. Así, el juego se volvió trabado en la zona media y las situaciones de gol se repartieron a cuentagotas.
Recién en los 15 minutos finales, el Xeneize se plantó definitivamente en campo visitante y empujó en busca del empate, contra un Millonario que se paró de contra.
Tuvo el 2-2 Benedetto en un cabezazo que se fue alto y pudo liquidarlo el conjunto del Muñeco en una definición de Auzqui se fue junto al palo.
Sobre el final, el partido se rompió y estuvo muy cerca de la igualdad el local, pero Batalla tapó por duplicado en la misma jugada.
Y un minuto después, una mala entrega de Gago le permitió a Nacho Fernández dejar mano a mano a Sebastián Driussi, que no falló y liquidó la historia, en un partido de altísimo nivel. (http://www.goal.com)
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