Nilda Núñez |
Una situación inédita se vivió ayer durante el juicio oral contra Aldo Núñez, acusado de matar y descuartizar a su exmujer embarazada hace un año en Tierra del Fuego, cuando su abogado admitió ante el tribunal que ya no tenía argumentos para defenderlo.
Después de una larguísima trayectoria Gustavo Ariznabarreta tuvo que reconocer que no encontró "cómo explicar qué hacía una pierna de la víctima debajo de la cama de mi defendido".
También le faltaron razones para justificar la existencia de dos pares de guantes usados por él, que estaban en la escena del crimen empapados en sangre y uno de ellos con ADN de Núñez.
Todas las pruebas eran demasiado contundentes pero lo que terminó de cerrar el círculo definitivamente fue el testimonio del hijo de cinco años del acusado.
"Mucho menos podía explicar cómo su propio hijo pudo declarar que vio el momento en que su papá lastimaba a su mamá en el baño", dijo Ariznabarreta a Télam y manifestó que espera que no le pase nunca más.
La imputación que pesa sobre Núñez es por el delito de "homicidio doblemente agravado", por haber sido cometido con alevosía.
Tanto la fiscalía como la querella coincidieron en solicitar una pena de prisión perpetua para el acusado, que sólo se declaró inocente ante la prensa en el momento del hecho. Nunca más quiso declarar.
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