SALUD / INFORME
La carne roja es una de las protagonistas en la dieta de la mayoría de los argentinos. Sin embargo, distintos estudios demostraron que el consumo excesivo de este alimento puede impactar de manera nociva en la salud del corazón.
Uno de los estudios fue realizado por la Asociación Nacional del Cáncer de Estados Unidos que, en 2009, explicó que el consumo excesivo de carnes rojas en personas que tienen una enfermedad cardiovascular también puede acortar la vida.
Afirmó que el riesgo de muerte para los hombres es del 27%, mientras que para las mujeres del 50%.
Además, una investigación llevada a cabo por la escuela de Salud Pública de Harvard (USA) concluyó que el riesgo de sufrir enfermedades del corazón y diabetes es más alto cuando se consumen carnes rojas procesadas, que cuando se comen carnes rojas no procesadas.
En concreto, consumir una vez al día alimentos como jamón, panceta, mortadela, salame y salchichas, entre otros, contribuyen a que el riesgo de sufrir problemas en el corazón aumente en un 42% y la diabetes en un 19%.
La carne roja procesada incluye a las ahumadas, curadas, saladas y que además contienen preservativos químicos como los nitratos.
A diferencia de las no procesadas, contienen casi 4 veces más sodio y 50% más de preservativos de nitrato que las carnes no procesadas.
Sin embargo, las 2 tienen cantidades similares de grasa y colesterol, que también es perjudicial para la salud del corazón.
Para bajar el colesterol malo hay que eliminar de la dieta las grasas hidrogenadas, que se encuentran en alimentos ultraprocesados como carnes rojas y embutidos, quesos curados o de untar. Por el contrario, hay que reemplazarlas por grasas como las del pescado azul, las nueces, el aceite de oliva y los frutos secos.
La carne roja también aumenta los triglicéridos, la forma de grasa más común en el cuerpo, que sirve para proporcionar energía al organismo.
Cuando la cantidad de triglicéridos es elevada, se almacenan en los tejidos adiposos (tejidos grasosos) por si son necesarios en un futuro. Si una persona es sedentaria, acumula el exceso de triglicéridos en el músculo y esta condición genera alteraciones metabólicas.
Cuando el valor de los triglicéridos sanguíneos se encuentra por encima de los parámetros normales, aumentan las probabilidades de tener un infarto o un accidente cerebrovascular (ACV).
Los triglicéridos aumentan por un consumo excesivo de calorías, sobre todo cuando se sigue una dieta rica en carbohidratos y azúcares simples (miel, golosinas, azúcar, bebidas y jugos azucarados), harinas refinadas y alcohol.
El exceso de calorías y una vida sedentaria provocan sobrepeso con una acumulación de grasa en el abdomen.
Para disminuir los triglicéridos, se recomienda consumir algunos alimentos como:
-Frutas y verduras:
Son alimentos ricos en fibras, que ayudan a disminuir los valores de triglicéridos y colesterol, ya que aumentan su excreción a nivel intestinal.
-Frutos secos y semillas: Son ricos en fibras y ácidos grasos omega 3, los cuales protegen el sistema cardiovascular porque reducen los valores de colesterol y triglicéridos en sangre.
-Carnes magras y pescados de mar: Las carnes magras como la vacuna, de cerdo y pollo contienen menos grasas saturadas, y el pescado de mar, es rico en omega 3.
-Alimentos integrales o con salvado (de trigo o avena): Su gran contenido de fibras ayuda a reducir los niveles de triglicéridos.
Se puede consumir carnes rojas sin descuidar el corazón unas 3 o 4 veces por semana en cantidades que no superen los 100-125 gramos. Por eso, para evitar problemas cardiovascuales, es fundamental llevar una dieta equilibrada y realizar actividad física de manera regular, ya que los problemas del corazón y las arterias son un grave factor de riesgo para enfermedades crónicas que aumentan el riesgo de mortalidad.
Las enfermedades cardiovasculares son la 1ra. causa de muertes a nivel mundial.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, en 2012 murieron por esta causa 17,5 millones de personas, lo cual representa un 31% de todas las muertes registradas en el mundo.
De estas muertes, 7,4 millones se debieron a la cardiopatía coronaria, y 6,7 millones, a los AVC.
No hay comentarios:
Publicar un comentario