El día que su hija soñó que ella estaba muerta porque le había visto la cara destrozada fue la bisagra para que Gloria Villalba, una mujer de 31 años de la provincia de Misiones, decidiera a hacer la primera denuncia contra su expareja por violencia de género. Fue la primera de muchas pero el hombre sigue libre.
Pese al miedo, no se queda callada. “Me encerraba en mi propia casa, me sacaba el celular, me golpeaba y me sometía. El viernes me pegó una patada en el pecho y el sábado me dio un cabezazo que me rompió la nariz. La verdad que tengo mucho miedo por la seguridad de mi hija y la mía”, dijo Gloria en una entrevista con el diario local El Territorio.
En los diez meses que duró la relación varias veces la tuvo encerrada dentro de su casa. El nivel de manipulación al que la sometía iba de la mano con la violencia.
“Después de que me pegaba, me decía ‘Te amo tanto, que mi forma de amar la canalizo así. No sé qué hacer con tanto amor que siento por vos’". Ella lo denunciaba y entonces él le pegaba más y no la dejaba salir "por el bien de la relación". Para que no se fuera.
Hasta ahora la policía allanó el negocio del acusado, que además tendría antecedentes por drogas, y la casa de su padre. No lo encontraron todavía.
"Los conocidos me dicen que está en la casa de su mamá y que todo el tiempo está en línea en el WhatsApp. Así que no sé por qué tardan tanto en atraparlo. Yo no busco venganza, sólo Justicia y tranquilidad para mi hija y para mí”, sostuvo la mujer.
El sábado, después de la última denuncia que hizo en su contra, alguien golpeó la puerta de su departamento y trató de forzarla dos veces. Ella no tiene dudas de que era él. "Anda merodeando mi casa", afirmó. (TN)
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