El jeque Tamim bin Hamad Al Thani -dueño del París Saint-Germain- se ríe porque sabe que más que clúbes, quienes están luchando por sus intereses son empresas y, en definitiva, el dinero arregla todas las diferencias.
Al diablo con las pasiones y el cariño por el club (el padre de Neymar lo demostró en las últimas horas).
La traba que surgió por estas horas resulta un tanto insólita, porque La Liga acaba de rechazar el depósito de 222 millones de euros por la cláusula de rescisión impuesta por el Barça. Al parecer, esto ocurre por el posible incumplimiento del 'fair play' financiero que supondría el pago de la cláusula de Neymar.
"Ya en su momento se lo advertimos al presidente del París Saint-Germain de que lo ibamos a hacer y vemos que la política del PSG sigue en la misma línea. No pueden hacer unos números en los que sus derechos comerciales superen a los de Real Madrid o Barcelona. Eso no se lo cree nadie", explicó Tebas, según el portal Sport.
El medio asegura además que antes de liberar al jugador, la Liga solicitaría a las partes los comprobantes, tanto del estado de los pagos entre jugador y club como del justificante financiero del PSG de que no se está incumpliendo ninguna normativa al realizar el pago de la cláusula.
De todas maneras, todas las miradas se posan sobre el galo Dembélé y el argentino Paulo Dybala. Quien prefiere a Dybala es la junta directiva. En tanto, la dirección deportiva, que excede a Ernesto Valverde, se decanta por Bembélé, una carpeta que siempre estuvo merodeando las oficinas del Camp Nou.
Por tal motivo, el Barça puso en marcha el operativo para contactar al Dortmund y así llegar a una idea de los números que necesita para que el delantero aterrice en pleno agosto europeo.
El punto está en que los más cautos advierten que el galo "se queda sin nafta" a la hora de definir, cuyos registros lo dejan muy lejos del atrevimiento de Neymar.
Por eso, desde la dirección técnica apuestan a Dybala o a seguir mirando el mercado.
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