MEMORIA / 94 AÑOS DE LA PELEA DEL SIGLO 20
Luis Ángel Firpo nació en Junín, Provincia de Buenos Aires, el 11/10/1894, fue "el toro de las Pampas" aunque nació con dolencias en los oídos que marcaron su infancia y hasta forzó que fuese exceptuado del Servicio Militar Obligatorio.
En Wikipedia aparecen 2 anécdotas sobre la fortaleza física de Firpo:
< Luis trabajaba como cobrador en una fábrica de ladrillos refractarios, y en una oportunidad fue asaltado por 3 personas mientras caminaba por la calle con una suma de dinero. Los sujetos lo amenazaron para que entregara el dinero. Sin mediar palabra, Firpo dejó 2 ladrones nocaut y el otro tuvo que huir para no seguir la misma suerte.
< Al llegar un día a su casa observó que su padre era increpado por otro hombre. Firpo juzgó que el honor de su padre había sido injuriado y tomó al molesto visitante con una mano por la nuca y la otra por las asentaderas, lo levantó, lo llevó hasta el cerco que daba a la calle y lo arrojó.
Félix Bunge era el dueño de la fábrica de ladrillos refractarios y ayudó a que Firpo pudiera iniciar su carrera como boxeador, el 10/12/1917 en Ciudad de Buenos Aires.
A USA llegó en 1922, con 2 peleas en Newark y 1 en Nueva York: sus rivales fueron Tom Maxted, Joe McCann y Jack Herman, respectivamente.
Aquel 14/09/1923, en el estadio Polo Grounds, de Nueva York, ante 80.000 espectadores, fue el momento máximo de la carrera, ante el campeón, Jack Dempsey, de los mejores peso-pesados de la historia.
En Argentina, nadie podía perderse la pelea, amantes o indiferentes del boxeo, no era Firpo vs Dempsey, era Argentina vs. USA. No había TV por cable en HD sino cables telegráficos que permitían actualizar las pizarras informativas.
Sin embargo, para la ocasión ocurrió la 1ra. transmisión deportiva en vivo por radio de la historia argentina.
Una señal analógica era emitida desde el interior del Polo Ground, viajaba kilómetros y kilómetros hasta llegar a Radio Cultura, que la difundía.
Amigos y familiares se reunían en la casa del afortunado que tenía una radio. De lo contrario se podía ir al Luna Park y pagar $0,50 para escucharla mezclado en la multitud.
También los diarios La Nación y Crítica habilitaron altavoces.
Una multitud se congregó en la puerta del Palacio Barolo, sede de Crítica: se había convenido que, en caso de que ganase Firpo, se encendería una sirena azul, y si el triunfo era de Dempsey la sirena sería roja.
El diario La Razón contó que hubo comercios que, en sus escaparates, colocaron muñecos con las figuras de los 2 boxeadores, anunciando que se toleraría la rotura de las vidrieras si el ganador resultaba ser el argentino.
La pelea tenía como premio US$ 475.000 para el estadounidense y US$ 156.000 para el argentino, eran otros dólares y otros tiempos.
Jack Dempsey, "El Matador de Manassa", era el campeón del mundo, con 71 peleas, 59 ganadas (49 KO), 4 perdidas y 8 empatadas.
"El toro de las Pampas" ("Wild Bull" en inglés, apodo que le puso el periodista neoyorquino Damon Runyon), tenía 28 peleas, 26 ganadas (22 KO) y 2 perdidas.
Las apuestas iban todas dirigidas a favor de Dempsey, aunque en 15 combates en USA Firpo nunca había defraudado.
Se dijo que Firpo llegó a USA con el húmero del brazo izquierdo fracturado o, por lo menos, fisurado.
Aun así, cuando llegó a Nueva York, lo primero que preguntó fue si el combate sería filmado. Cuando le contestaron que no, insistió en que fuera registrado, ya que pensaba vender los derechos de su triunfo para que se emitiera en los cines argentinos.
El banquero John Pierpont Morgan, el periodista Joseph Pulitzer y el luego presidente Franklin Delano Roosevelt estuvieron junto al ring-side.
Cuando sonó el timbre para comenzar la pelea, "Kid Blackie" (Dempsey), conectó varios golpes y parecía que todo iba a terminar rápido.
Firpo cayó 7 veces en ese 1er. round, pero de pronto la pelea dió un giro histórico: llegando al final del 1er. asalto, Firpo acorraló a Dempsey contra las cuerdas y con un certero golpe a la barbilla lo arrojó fuera del cuadrilátero.
Dempsey cayó sobre el cronista Jack Lawrence y el operador de Western Union, Perry Grogan. El derechazo de Firpo y el vuelo de Dempsey fuera del ring ocurrieron en cuestión de segundos.
Junto al cronometrista de la pelea, ellos evitaron que el boxeador golpeara su cabeza contra el piso.
Pero él golpeó la cabeza contra una máquina de escribir, sufriendo un corte en la parte posterior de su cabeza.
Dempsey estuvo entre 14 y 17 segundos -según la fuente- fuera del ring, sin embargo el árbitro Johnny Gallagher llegó sólo a la cuenta de 9 cuando Dempsey logró regresar, ayudado por los periodistas.
Esta cuenta increíblemente lenta, sumado al hecho que Dempsey no volvió al ring por sus propios medios, hizo que muchos reclamaran que Firpo debía declararse ganador por nocaut.
En el 2do. round, y luego de varios golpes ilegales, un gancho de Dempsey provocó la caída de Firpo, y el árbitro se apresuró a dar por terminado el combate.
Firpo perdió, pero todos recordamos que Dempsey voló.
En la Argentina, casi al final del 1er round, los operadores del telégrafo recibieron la información que Firpo había sacado del ring a Dempsey.
Esperaron unos segundos y, sin más noticias al respecto, la sirena azul explotó en el cielo porteño, mientras el público arrojaba los sombreros al aire.
Pero minutos más tarde, llegó otro cable: el estadounidense volvió al ring y noqueó a Firpo a los 57 segundos del 2do. round.
La sirena que se encendió, entonces, fue la roja.
La multitud se decepcionó, pero Firpo ya era un ídolo popular.
Con el correr de los días, la información que trajeron los enviados a USA reconstruyó la hazaña de Firpo.
Tal cual afirmó el escritor Julio Cortazar, 15 millones de argentinos querían declararle la guerra a USA por el robo a Firpo, quien sin embargo renunció a cualquier queja posterior sobre lo ocurrido.
Después de aquel 14/09/1923 el boxeo fue popular, y un decreto del presidente Marcelo Torcuato de Alvear levantó la proscripción que pesaba sobre el deporte.
Firpo, quien tenía 28 años, se hizo millonario pero no quedó documento fílmico de la contienda porque la borrosa película que se realizó fue editada para eliminar la caída del noqueador estadounidense.
Firpo murió en 1960. Dempsey vino al país, exclusivamente para el sepelio. La por entonces dominante publicación deportiva El Gráfico lo despidió con honores: “Se marchó el poseedor de la más honda emoción deportiva que alguna vez haya vivido este suelo. Nunca un triunfo nacional llenó tanto de orgullo a los argentinos como aquella derrota”.
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