JUSTICIA / ELECCIONES
(U24) - El 25 de agosto pasado, en Urgente24 adelantamos que el Partido Federal, el Frente Patriota Bandera Vecinal y Encuentro Popular por Tierra, Techo y Trabajo eran algunas de las fuerzas electorales participantes de las PASO a las que el Ministerio del Interior le interesaba que la Justicia Electoral revise con alguna precisión la rendición de cuentas a presentarse con fecha tope el 13/09.
La cuestión es la distribución de dinero que hace el Estado a los partidos políticos para la impresión de boletas que luego serían muchas menos que las que se informan, es un acto de corrupción electoral que comentan algunos colaboradores tanto de Adrián Pérez, la autoridad competente en el Ministerio del Interior; como Alejandro Tulio, asesor electoral tanto del Correo Argentino como de José Torello, apoderado del PRO, jefe de asesores de la Presidencia y amigo personal de Mauricio Macri.
De todos modos, es la Justicia Electoral la que revisará las declaraciones juradas y las cuentas pendientes.
Este miércoles 13/9 vence el plazo para la presentación de los informes finales de campaña de las PASO y en los mismo se consumaría la maniobra de defraudación, al presentarse las facturas por impresiones de boletas no realizadas.
El negociado de las boletas electorales representa en cada elección pérdidas por cientos de millones de pesos para el Estado Nacional y las provincias, pero muy poco se sabe de cómo funciona esta trama de corrupción que opera en todos los estados provinciales.
Según relataron a este medio, la maniobra consiste en que muchos partidos le compran a determinadas imprentas que son cómplices facturas por la impresión de millones de boletas, trabajo que nunca se realiza.
Los partidos se embolsan así la mayor parte de los fondos que el Estado les asigna para la impresión de boletas e imprimen solo una cantidad menor.
En la rendición de cuentas de campaña, las agrupaciones que así actúan presentan las dos facturaciones: las que corresponden a las impresiones reales y las inexistentes.
Carlos Tórtora, abogado y periodista director del portal Informadorpublico.com y presidente del Partido El Movimiento de la CABA, se especializa en derecho electoral y fue contratado por el Partido Federal como asesor jurídico para las últimas PASO.
Durante el transcurso de la campaña, Tórtora fue conociendo que el presidente de la entidad, Daniel Madeo y su equipo de trabajo -el exjuez Julio Cruciani es el vicepresidente- planeaban una gigantesca defraudación al estado por alrededor de $20 millones.
Esta cantidad finalmente no le fue pagada al Partido Federal por un sorpresivo fallo de la Cámara Nacional Electoral, originado en el caso Biondini, cuyo partido presentó 6 listas de precandidatos a senadores nacionales por Buenos Aires.
El caso es que Tórtora fue testigo directo del armado del negociado de las boletas y, dado que su situación como asesor jurídico podría comprometerlo como eventual responsable de encubrimiento, decidió entonces denunciar los hechos para que la justicia los investigue, haciéndolo también por vía periodística.
Así es entonces que por primera vez se conoce –a través del caso del Partido Federal- la metodología más usada por muchos partidos para defraudar por cifras millonarias al fisco.
Tórtora fue testigo presencial de gestiones realizadas por Madeo para negociar las facturas en cuestión, como por ejemplo el pedido de este al dueño de Grafica Offset, Guillermo Olazabal, para que junto con la facturación de las boletas que se imprimirían le extendiera otra paralela por las boletas que no se imprimirían, a lo cual este se negó.
El testimonio directo de Tórtora sobre los hechos, más las abundantes pruebas recolectadas, integrarían la denuncia que este presentaría a la brevedad ante la Justicia Federal, deslindando todo tipo de responsabilidades personales y de su partido, sobre esta trama delictiva
Como adelanto de la denuncia y siempre en el caso testigo del Partido Federal, como primer paso Madeo y su grupo evaluaron aproximadamente cuantas boletas imprimirían en realidad para sus distintas listas para cargos nacionales y provinciales y encargaron las mismas a Grafica Offset.
Luego y ante la negativa de esta a vender facturas por trabajos no realizados, empezaron a buscar una imprenta que si entrara en el negocio, por una facturación que superaría los 6 millones de pesos.
Una vez que cerraron el trato, se comprometieron a pagarle a esta imprenta entre un 12 y un 15 por ciento de aquel monto por las facturas de impresión.
Dos semanas antes de las PASO del 13 de agosto, la Dirección Nacional Electoral depósito todos los fondos para boletas en las cuentas partidarias y entonces empezó la parte más delicada de la operación.
A Grafica Offset se le pagaron las boletas impresas con pocos cheques por sumas elevadas. A la otra imprenta se le pagó el precio por la compra de las facturas y empezó entonces a funcionar un mecanismo para blanquear, a través de pagos simulados, una impresión de boletas que en realidad nunca se hizo.
El problema para el grupo del Partido Federal era evitar un riesgo: si depositaban los 6 millones de la falsa impresión en la cuenta de la imprenta , esta podría incautarse de los fondos no devolviéndolos.
Así que el método empleado fue más complejo: Madeo habría hechos pequeños pagos de alrededor de 100.000 pesos , contra los cuales la imprenta le daba cada vez un cheque por la misma suma a cobrar en ventanilla.
De este modo se registraba un ingreso del pago a la imprenta que en realidad era una ficción, porque el dinero habría entrado y salido de la firma.
A los efectos del control de los auditores de la Cámara Nacional Electoral y de la Fiscalía Federal interviniente una vez que se radique la denuncia de Tórtora, esta trama delictiva podría descubrirse con relativa facilidad.
Por ejemplo, se presumiría como altamente sospechoso que la impresión de las boletas que efectivamente se hicieron se haya pagado con pocos cheques y que para la otra impresión se hayan usado numerosos cheques de bajo importe.
No sería menos extraño que ningún candidato ni dirigente del partido conozca la existencia de la segunda impresión, que solo hayan ido a retirar boletas a Grafica Offset y que solo esta enviara boletas al Correo para distribuir en los lugares de votación.
Aparte, la imprenta que no imprimió boletas ¿cómo justificaría la compra de papel para una impresión por varios millones de pesos? ¿Cómo comprobaría la impresión en sus registros y libros internos, la confección de las chapas y de los modelos? ¿Y el testimonio de los jefes y empleados de la firma que deberían mentir acerca de que vieron toneladas de boletas que jamás existieron?
Además ¿quién se llevó las boletas de la imprenta y firmó los correspondientes remitos y que transportes las cargaron? Los puntos débiles son tanto que la maniobra no resistiría una investigación en serio.
Y por último esta la ruta del dinero.
La imprenta que se prestó a la defraudación ingresó el pago ficticio pero luego el dinero volvió a salir .
¿ En concepto de qué Madeo y/o sus amigos habrían cobrado cheques de la imprenta por los mismos importes que acababan de pagarle?
Demás está decir que estos pagos fraccionados no coincidirían en lo más mínimo con el volumen de boletas impresas .
Por ejemplo, contra un millón de boletas se habrían extendidos 5 o 6 cheques, lo que no tendría explicación razonable.
Por último queda el conocimiento de los movimientos bancarios de los eventuales imputados.
El caso es que la denuncia en cuestión podría poner al descubierto la cara oscura de las PASO.
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