Por Francisco Faragó / Télam
En un partido vibrante, Rafael Nadal venció a Juan Martín Del Potro y accedió a la final del último Grand Slam del año, donde se enfrentará a Kevin Anderson.
El argentino comenzó agresivo con su saque, su derecha y su revés, y se llevó el primer parcial por 6-4. Sin embargo, el mallorquín levantó considerablemente su nivel y se llevó el segundo, tercer y cuarto set, ganándolos por 6-0, 6-3 y 6-2.
Del Potro pareció quedarse sin “combustible” a lo largo del partido y su rendimiento fue de mayor a menor.
Nadal aguantó todos los embates del argentino y terminó imponiéndose de forma clara y, por momentos, apabullante. En cada intento del tandilense por volver al encuentro, el mallorquín se encargaba de dejarlos truncos.
Al finalizar el encuentro, el español aseguró que, luego de perder el primer set, la táctica fue “dejarle de jugar tanto al revés, porque Del Potro estaba esperando esa estrategia”.
Y agregó que “sin dudas, fue mi mejor partido en el torneo”.
Más allá de la derrota, el argentino se queda con un balance ampliamente positivo en este US Open. De andar irregular en gran parte de la temporada, Del Potro se reencontró con sus golpes a lo largo su torneo favorito, sobre todo con su revés a dos manos, golpe que le costó muchísimo tiempo que “volviera a lastimar a los rivales”.
Y fue justamente esa confianza la que le permitió vencer –enfermo con un virus– a dos top ten: a Dominic Thiem en octavos de final y a Roger Federer en cuartos de final.
El domingo será la gran final entre Nadal, máximo favorito, contra una de las sorpresas del torneo, el sudafricano Kevin Anderson, quien accedió por primera vez a una final de un Grand Slam.
El historial entre ellos favorece ampliamente al mallorquín. En cuatro encuentros jugados, el español ganó todos (3-0 en superficies duras).
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