domingo, 22 de octubre de 2017

ADMINISTRAR LA ANSIEDAD, DESCONFIAR DE LOS MEDIOS Y LOS ANALISTAS

OPINIÓN / DECODIFICANDO 



Por RAFAEL GUERSCHANIK Ex funcionario, consultor y periodista de investigación. 

(U24) - Nunca antes como ahora estas elecciones deberán ser examinadas, e interpretadas, con una mirada aguda. Los números serán el factor clave para interpretar, no sólo quien gana sino porqué gana. 


Los cambios internacionales sobre el rol de los medios es un nuevo dato que deberemos tener en cuenta, que se hacen obvios en los titulares matutinos y en las principales cadenas televisivas desde EEUU y Europa a la Argentina.

Un ejemplo es el enfrentamiento editorial de CNN vs FOX. También la penetración de las redes sociales, otro elemento influyente a tener en cuenta, y dejar afuera los 'troll' saturantes.

Si bien las encuestas han perdido su valor histórico -considerando los grandes errores cometidos en las previsiones sobre el Brexit o la elección estadounidense-, es positivo el avance en la transparencia de algunas encuestadoras que ya admiten abiertamente para medios las contrató. No ayudaron a nivel local los últimos festejos a destiempo y su influencia en la portadas de los diarios el día siguiente,

Tampoco el clima sobre los acontecimientos patagónicos. Hoy todo vale en los análisis.

Algunos apuestan a superar la cantidad de electores. Sólo en las presidenciales se llegó al 80% de votación sobre el total de los electores. En las dos más recientes elecciones legislativas no llegaron al 75% sobre aproximadamente 33 millones de electores, y un número no menor de votos en blanco e inválidos que, sumados, pueden superar al partido de alcance nacional con el menor caudal de votos.

De mantenerse estos mismos números de electores, deberemos analizar comparativamente los porcentajes obtenidos en agosto 2017, y también podremos ver la influencia de las campañas publicitarias y la proporción de la cantidad de sufragios conseguidos y la inversión económico-financiera de cada partido.

Una vez obtenidos estos datos podremos conocer la nueva integración del Parlamento y la evolución del oficialismo, así como también la división del peronismo.

No son auspiciosos los antecedentes de las elecciones PASO de agosto 2017, cuando se difundieron datos prematuros equivocados ya desde el mediodía de la jornada electoral cuando algunos informantes daban un triunfo del oficialismo cercano al 40% promedio-país cuando al otro día ese número era del 36% (diferencia llamativa), y luego del recuento definitivo fue 35%.

Dadas las particularidades de estos comicios, esta vez deberemos administrar la ansiedad que produce la intriga por conocer los resultados, y priorizar un sereno análisis, para que cada ciudadano inquieto pueda interpretar por sí mismo el resultado y alcanzar conclusiones, objetivas, no limitarse a intentar convalidar el deseo propio.

También es menester desconfiar de aquellos analistas que han dejado de lado su objetividad para devenir en un instrumento más de la publicidad electoral. Y tener en cuenta que la votación en una república nos categoriza como ciudadanos y eso, mirando qué sucede hoy en el mundo, no es poca cosa.

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