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Por ELISABETTA PIQUÉ / LA NACION
Tres chicos de la Villa 31 le cantaron hoy al Papa un rap, a través una videoconferencia organizada por la fundación Scholas Occurrentes, que construirá en ese terreno cedido por la Nación su sede de Buenos Aires.
"¡Se ve que tienen capacidad de improvisar!", dijo Francisco, al felicitar a los tres chicos que, en un rap justamente improvisado, con mucho ritmo, resumieron su difícil vivencia en la villa y su deseo de paz.
"Ustedes hablan del corazón y es el corazón el que cambia la historia: un corazón libre, no un corazón esclavo", también dijo Francisco, que les advirtió del peligro de caer "esclavo de la droga".
"Por favor, no se dejen engañar, la droga no soluciona nada, la droga son vidrios de colores que les hacen creer que son piedras preciosas, la droga es una promesa de una o dos horas, pero después es la muerte", les recordó.
"Defiendan el corazón, es lo mejor que tienen", les dijo.
Acto seguido, bendijo el primer ladrillo -realizado por trabajadores de movimientos populares-, de la obra que se transformará en la oficina de Scholas en la Villa 31.
En un evento en el que participó el flamante senador Esteban Bullrich, como parte del gobierno de Mauricio Macri, que está apoyando a la red educativa que impulsa Francisco, presente en más de 190 países, el Papa también pudo hablar con Nahuel y Sandra, dos chicos que viajaron desde San Antonio de los Cobres, Salta.
Ellos también participaron de un programa que hizo Scholas en su pueblo de 5000 almas, que se levanta en la Puna, a 4000 metros altura. Este culminó con la realización de un colorido mural, que fue colocado sobre un puente famoso allí por los suicidios de adolescentes.
Muy emocionados, Nahuel y Sandra le contaron al Papa cómo fue su lucha para realizar ese simbólico mural y le donaron uno de los pinceles que utilizaron.
"Para cambiar al mundo hace falta muy poco, un pincel fue capaz de dar vida a un puente de la muerte", los felicitó Francisco, que también los llamó a "cuidar el corazón" y "a seguir adelante construyendo puentes".
Durante el evento, que duró una hora y tuvo lugar en la oficina que Scholas inauguró en junio pasado en el Palazzo San Calisto -propiedad del Vaticano-, en el barrio de Trastevere, Francisco también se comunicó con chicos que trabajan en las sedes de Scholas de México y de Paraguay.
Acompañado por los directores de la fundación, José María del Corral y Enrique Palmeyro, en otro momento emotivo del evento el Papa se comunicó con presas de una cárcel mexicana que, gracias a Scholas, ayudarán en la reconstrucción del país, golpeado por un fuerte terremoto el mes último. Para ellas también tuvo palabras de aliento y esperanza.
"Miren siempre adelante. Lo que viven ahora es un paso en el camino de la vida. Sigan adelante por ese camino. Sean corajudas, como decimos en la Argentina. No tengan miedo de construir caminos de paz, de entendimiento", les dijo.
"La pelea no lleva a ninguna parte. Como dice un poema argentino, cuando nos peleamos entre nosotros nos comen los de afuera. La unidad es superior al conflicto", agregó, citando el Martín Fierro. En un fiel refeljo de cómo ha credico Scholas, hubo también conexiones una con un pueblo de Puerto Rico, así como con la ciudad de Huston, Estados Unidos, lugares golpeados por terribles huracanes.
"Sigan adelante, no aflojen", también alentó. Cuando Pedro García, un chico de nueve años que perdió su casa por culpa del huracán Harvey le preguntó por qué "Dios había hecho lluvias tan fuertes, si nos ama a todos", el Papa fue sincero.
"Hay preguntas que no tienen respuesta, sólo se responden con solidaridad, con un abrazo y estando junto a la gente que está sufriendo", dijo.
Y recordó que cuando suelen hacerle este tipo de preguntas siempre recurre a la imagen de Cristo crucificado y explica que "Jesús en la cruz no se olvidó que el Padre lo amaba". Además, se preguntó si los huracanes, los terremotos y demás desastres naturales no eran, acaso, también, consecuencias del hecho de que "nosotros no cuidamos el ambiente", llamando, una vez más, al respeto de la Tierra.
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