COLÓN EMPATÓ CON BANFIELD Y MANTIENE SU INVICTO

FÚTBOL / SUPERLIGA 

Foto: FOTOBAIRES

Por PATRICIO INSÚA/ LA NACION 

Uno consiguió neutralizar la desventaja en la que había caído por un mal inicio del encuentro, pero se fue con la preocupación de acumular tres partidos sin victorias. Al otro le quedó una mueca de desencanto al no capitalizar un buen arranque, aunque le quedó la satisfacción de mantener su invicto en el torneo. 


El empate 1-1 con Banfield le dio a Colón un punto que, al menos en la primera jornada de la séptima fecha, lo dejó como único escolta de Boca.

Banfield carece de la efervescencia que lo diferenció en el torneo anterior y Colón comienza a ganar madurez, esa que reflejó desde el comienzo en el estadio Florencio Sola con la criteriosa circulación de la pelota entre Marcelo Estigarribia, Cristian Guanca y Tomás Chancalay.

El Taladro, que no encontraba referencias, presagió un mal augurio a los 10 minutos, cuando Darío Cvitanich se desprendió la cinta de capitán y salió de la cancha por un problema en el gemelo de su pierna derecha.

El lugar del experimentado goleador lo ocupó el juvenil Michael López, que en el complemento volvió a ser protagonista de un cambio al ser reemplazado.

Paulatinamente, la profundidad del equipo de Eduardo Domínguez comenzó a quedar diluida al no generar peligro concreto. Banfield se dio cuenta de esa señal y emparejó el trámite, aunque no lograba que la proyección que tejía por los contados se canalice en la fase de definición. Hasta que a los 33 minutos Colón se encaramó en la entrada del área local y Matías Fritzler quedó delante de Facundo Altamirano, quien no pudo capturar la pelota y la dejó en los pies de Diego Vera para el gol del uruguayo.

El equipo de Julio Falcioni, que había marcado el primer tanto en cada una de sus seis presentaciones anteriores en la Superliga, entró con más determinación al segundo tiempo. Decidido a jugar en el terreno de su rival, sea por prosperar con pases o por empuje, llegó al empate por un penal sobre Nicolás Bertolo (el tercero que le cometen en el torneo) que convirtió Mauricio Sperdutti.

Desde entonces, sin demasiada lucidez de todas maneras logró arrinconar a su rival con los embates de Bertolo, Pablo Mouche y Sperdutti. Chocaba uno y no prosperaba el otro.

El partido se escurrió con intentos fallidos de los dos lados. Una muestra de la ambición de ambos, aunque insuficiente para romper el equilibrio.