Un dirigente del PRO, denunciado |
(U24) - Un video de la actriz Thelma Fardín revelando que fue abusada por Juan Darthés cuando tenía 16 años marcó un antes y un después en la Argentina, y es que a raíz de la denuncia de la chica, cientos de mujeres han decidido hablar sobre el acoso, abuso y maltrato que han sufrido por parte de hombres.
En la política, por ejemplo, un primer caso también desató la ola de demandas contra los abusadores, la primera: hacia el senador Juan Carlos Marino. La denunciante, una politóloga que tiene una larga trayectoria como trabajadora en el Senado, aseguró que Marino le mandaba mensajes "alusivos al sexo" y que además "le tocó los pechos mientras le decía que quería ser Gobernador de La Pampa".
Pero este fin de semana siguieron revelándose casos de abuso e incluso maltrato y acoso laboral por parte de algunas figuras políticas del país. Annabella Beltrachini, una extrabajadora municipal de La Plata, denunció por intento de abuso al presidente del Concejo Deliberante de esa ciudad, Fernando Ponce, de Cambiemos.
La mujer había hecho primero una acusación pública contra el dirigente macrista, que se viralizó en las redes, pero el 13/12 formalizó la denuncia contra Ponce por “coacción contra la libertad y la integridad sexual”. El concejal, por su parte, presentó un escrito en Tribunales para negar la acusación.
Beltrachini contó en su Facebook que el edil intentó abusar de ella en abril de 2017. “No me callo más”, fue el título de su posteo. Relató que Ponce, por entonces su jefe, la convocó a su oficina. “Cuando entré me revoleó el celular, se bajó los pantalones y me quiso obligar, agarrándome la cabeza, para que le practique sexo oral”, puntualizó. Un mes después, Ponce escribió en su Twitter: “La erradicación de la violencia de género es Política de Estado”.
Ponce se presenta como “el hombre de Jorge Macri en La Plata” y es una figura clave en el armado político del intendente platense, Julio Garro. También aportó numerosos militantes a la Juventud del PRO. Antes de su incursión en la política, era relacionista público de bares y boliches platenses.
La denuncia de Beltrachini contra Ponce es la tercera de ese tipo en su contra. La concejal Victoria Tolosa Paz le inició una causa por “maltrato” y “violencia de género” a raíz de las agresiones verbales que recibió por parte de Ponce durante las sesiones del Concejo Deliberante.
En octubre pasado, otra empleada municipal, Sofía Montirón, lo denunció públicamente por acoso a través de Instagram.
TAMBIÉN A UN EMBAJADOR:
El embajador argentino en Alemania, Edgardo Malaroda, y su esposa Verónica Albanesi fueron denunciados por corrupción y maltrato laboral por parte de un chofer, una mucama y un mozo de la sede diplomática.
El embajador argentino en Alemania, Edgardo Malaroda |
"Esta es mi casa, y acá se hace lo que yo diga", le habría advertido a los empleados la mujer, acusada de "hostigamiento psicológico".
"Por la presente me gustaría dejar en claro los actos no propios de una relación laboral que estoy sufriendo desde la asunción de funciones del nuevo Embajador Edgardo Mario Malaroda, específicamente desde la llegada de su señora esposa a la Residencia Oficial, cuyas acciones han creado repetidas complicaciones cotidianas y dificultan y hasta imposibilitan mi normal desempeño", señala unas de las denuncias a la que accedió el portal Infobae, que fue presentada por el chofer Darío Rabilero Campos, que trabaja desde hace 14 años en la embajada.
La denuncia del chofer tiene varios ejemplos concretos del supuesto hostigamiento, que se podrían dividir en dos: corrupción y maltrato. Con respecto al primero, además del uso del vehículo oficial para llevar a los hijos del embajador al colegio, el escrito asegura que Rabilero Campos fue obligado "en reiteradas oportunidades a cargar el auto particular del Embajador con la tarjeta de cuenta corriente de la empresa Shell de la Embajada".
El texto también sugiere que podría haber irregularidades en los gastos por comida. "Ningún miembro del personal de servicio tenemos la oportunidad de recibir algún tipo de comida o alimento durante nuestra jornada laboral. Llegaron a prohibirnos hasta recoger una manzana del árbol del parque de la casa. Eso no coincide con los cientos de euros que he oído se contabilizan mensualmente en la administración bajo el rubro 'Comida exclusivamente para el personal de servicio'. Si ninguno de nosotros recibe esa comida, ¿quién se beneficia usando nuestros nombres?", preguntó el chofer.
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