PROVINCIAS / CÓRDOBA
Por LAURA GONZÁLEZ / www.lavoz.com.ar
Los trabajadores de la Municipalidad de Córdoba son casi los únicos cordobeses que le ganaron a la inflación.
No se trata de un discreto empate: lograron en febrero estar ocho puntos arriba de lo que aumentaron los precios. Con una inflación anualizada, de febrero de 2018 a febrero pasado, de 50,1 por ciento según la Dirección de Estadísticas de la Provincia, los 10.947 trabajadores del palacio 6 de Julio registraron salarios brutos promedio de 96.773 pesos brutos. Hace un año, ganaban 61.396 pesos, según los datos brindados por la Caja de Jubilaciones.
Esto es porque durante 2018 el Ejecutivo municipal les otorgó una cláusula gatillo mensual, sin ningún tipo de restricciones. Con una inflación que explotó por los aires, y sin tope que condicione la suba a la marcha de la recaudación, ese acuerdo se convirtió en un reaseguro para los municipales y en un desafío para las cuentas comunales.
De todos modos, para el electoral 2019 el municipio repitió casi el mismo privilegio: los aumentos, este año, serán gatillo, pero cada dos meses.
Entonces, con el salario de marzo, recibirán la inflación acumulada de enero y febrero, con lo que el anualizado salarial puede ser todavía más alto que el 58 por ciento que marca febrero.
Una salvedad: que el salario promedio esté ocho puntos arriba de la inflación revela que, además de ajuste salarial, están cobrando más por la vía de horas extras, prolongaciones de jornada o bonificaciones.
Los docentes provinciales, en tanto, son los que siguen segundos en la tabla, con casi un empate frente a la suba de precios. En febrero pasado, el salario promedio de los casi 78 mil docentes que trabajan en la provincia estaba en 22.854 pesos en bruto. En febrero de este año, agregándole el cinco por ciento que ayer acaban de firmar las partes que rige desde ese mes, el salario promedio se va a 34.548 pesos.
A esto hay que sumarle los mil pesos no remunerativos y restarle alrededor de 18 por ciento por aportes personales.
Desde ahí para abajo, aun prorrateando el bono que percibieron los estatales, todos pierden frente a una inflación acumulada del 50. Están los que pierden mucho y los que pierden menos, pero hay una constante: los que van a la cola del pelotón están en el sector privado, con excepción este año de Epec.
Los trabajadores de la distribuidora de energía en términos nominales ganan ocho por ciento más que hace un año, lo que implica una pérdida de más de 40 puntos en términos reales.
Esto ocurrió por dos cosas: se suspendieron horas extras, viáticos y el “encalamiento”, que permitía el ascenso de toda la cadena cuando un trabajador tomaba licencia y porque sólo los que están afiliados al gremio de Villa María, que aceptó ciertas flexibilizaciones al convenio colectivo, lograron 25 por ciento de aumento.
Córdoba quedó en el 10 en 2018 y todos, en tanto, tienen 13,6 por ciento desde febrero.
Después de los docentes siguen los legisladores, que están 45 por ciento arriba que hace un año y la administración central en general, con una suba del 41.
El Poder Judicial cobra 40 por ciento más y los magistrados, el 39 por ciento. Salud y bancarios de Bancor y Caja de Jubilaciones están 38 por ciento arriba, mientras que la Policía, con un 33 por ciento de aumento interanual.
Le siguen, siempre dentro del sector público, las autoridades del Poder Ejecutivo, que en el interanual registran una suba del 27 por ciento. Esto viene a representar la mitad de la suba de las autoridades de la capital de Córdoba, que reciben el mismo aumento que sus empleados.
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