INTERNACIONAL

VERANO EUROPEO

El ritmo no para

 Aguda mirada del ajuste español y su impacto en el gasto de salud pública de una periodista argentina radicada en el País Vasco.

por MARÍA PAZ GIAMBASTIANI

BILBAO (La mano viene pesada). Durante el verano España está de fiesta. A pesar de la crisis y de la excesiva deuda y gasto público los presupuestos de las celebraciones de los ayuntamientos fueron reducidas pero no anuladas. El ocio hay que mantenerlo, aunque sea a costa del gasto sanitario-farmaceútico, un estandarte en declive. Los medicamentos de una población cada vez más envejecida y la posibilidad de copago asechan a la sociedad, pero que no falten ni los fuegos artificiales ni el recital de turno.

Después de tanto recorte, aumento del paro y situación económica -riesgo pais incluida- la población no aguantaría una medida antipopular más porque tienen derecho a su fiesta y menos a semanas del inicio de la campaña electoral. Nada más y nada menos que para la presidencia. Los próximos 4 años de gobernabilidad están en juego y el futuro de España cada vez más en rojo.

Mientras tanto el miedo, la confusión y la volatilidad están a la orden del dia. La confianza está deteriorada a causa del descrédito político. Y ante este paupérrimo panorama, un empobrecimiento que explica otro fenómeno decepcionante: la pérdida de expectativas, la desesperanza de buena parte de los ciudadanos, que piensan que el año venidero será peor. Las alternativas de diagnóstico y acción no abundan, complicando la visión sobre la salida de la crisis.

Es entonces cuando miramos hacia atrás buscando en nuestros recuerdos precendentes similares, sin embargo no encontramos ninguno ante este fenómeno de empobrecimiento exponencial. La actual es la recesión más intensa, más profunda y más extensa en el tiempo de la historia reciente de España.

La solución más inmediata es la reducción del gasto farmacéutico ante el incremento de deuda con el sector. Entretanto que el ritmo no pare. Tócala de nuevo Sam.