Aún sabiendo que difícilmente hoy, por ayer, (12/02) se arribe a un acuerdo, de todos modos el gobierno de María Eugenia Vidal y los sindicatos de Frente Gremial Docente se reúnen "para cumplir con la agenda", pero -calculadora en mano- no para debatir porcentajes sino, para hablar concretamente, de plata contante y sonante.
Los negociadores oficiales presenta una "propuesta mejorada" con un aumento retroactivo a enero, con ajustes en marzo y en agosto, que llevan el "piso salarial" a los 9.000 pesos, es decir mil pesos menos que los 10.000 que reclaman los gremios.
Hoy por hoy para las arcas provinciales esos mil pesos son un escollo insalvable, pero en la "letra chica" aparece como tabla de salvación el incentivo docente que pagará la Nación por fuera de paritarias y cláusula de revisión del salario a fines de junio, conforme a la evolución de los índices de precios.
La idea de la "paritaria corta" tiene consenso en ambos bandos negociadores y aquí, ya al margen de debates porcentuales, lo concreto es cuanto es "en plata" el retroactivo a enero y el ajuste de marzo venidero.
Si las cifras son tentadoras como para "empezar a recomponer el poder adquisitivo de los salarios", los gremios bajarían la propuesta a las asambleas distritales y regionales, en busca del aval político a la firma del posible acuerdo.
Por el contrario, si los sindicatos vuelven a considerarla oferta de Vidal como "insuficiente" habrá que esperar a la ronda de la semana venidera, ya con el aliento de la fecha del inicio de clases soplando la nuca de los negociadores.
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