martes, 13 de septiembre de 2011

INFORME DE SITUACIÓN


Números que muestran el déficit habitacional
En la Argentina llegan a tres millones las viviendas deficitarias y el 24% de los hogares habitan en condiciones precarias, dejando en claro que la bonanza económica sólo llegó para unos pocos y no para todos. Las cifras que pocos muestran y los datos que representan el retroceso de la Argentina como Nación

La Argentina se encuentra pasando un período de crisis social muy grande, que queda marcado por los indicadores que pocos dicen y que muchos tratan de ocultar para no poner nerviosos al gobierno nacional. A la delicada situación financiera que vive Europa y al período de duras repercusiones que se acerca para la región, se le suman innumerables dificultades cotidianas que no hacen más que empeorar la situación de los argentinos.
 
Hoy se vive una situación social que dejó de estar entre las mejores, y de aquellos dorados años ’40 y ’50 donde se gozó de un bienestar mayúsculo y la clase trabajadora aportaba el 53 por ciento del PBI, se pasó a este contexto en que los trabajadores apenas si rozan el 20 por ciento su participación en el total del producto bruto nacional y con millones de pobres e indigentes, que lastiman a todos los que quieren una Argentina grande y en crecimiento.

A lo largo de la historia económica nacional, la política de vivienda estuvo condicionada por la insuficiencia de recursos presupuestarios y por los límites que significaron la obtención de créditos internacionales, aplicados a programas específicos de solución parcial del problema de la falta de vivienda.

Datos brindados a través del Índice de Calidad Global de la Vivienda (ICGV), se puede advertir que en la Argentina existen 3 millones de viviendas deficitarias, de las cuales 2,7 millones son recuperables y 300 mil irrecuperables.

Pero otra cifra desalentadora para el futuro social del país, está dado en que el 24% de los hogares habitan en viviendas recuperables o irrecuperables, y que las provincias más pobres, como son el caso de Jujuy, Formosa y San Juan, son los que más sufren esta situación, con 4 cada 10 hogares que tienen serias insuficiencias en su casa.

Según da a conocer la Fundación Mediterránea a través del Ieral (Instituto de Estudios sobre la realidad argentina latinoamericana), en nuestro país hay un déficit total de 820 mil viviendas nuevas y 2,7 millones de viviendas que necesitan mejoras, lo que da un total de 3,5 millones de hogares que necesitan de potencial atención por parte de la política habitacional.

Números de la Subsecretaría de Desarrollo y Urbanismo, del Ministerio de Planificación Federal, Inversión y Obras Públicas de la Nación, marca que entre 2003 y mayo de 2011 fueron terminadas cerca de 609 mil viviendas. En 2010 se terminaron menos de 35 mil viviendas. La distribución geográfica de las viviendas construidas también es testigo de la falta de un criterio objetivo en la política habitacional: en Misiones se terminaron 79 viviendas cada 1.000 habitantes desde 2003, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires, 1 vivienda y media cada 1.000 habitantes.

La ausencia de vivienda o las condiciones habitacionales precarias deben ser las prioridades en la política habitacional. Sin embargo, debe reconocerse que es cada vez más difícil para sectores de ingresos medios acceder a una vivienda propia, principalmente por falta de financiamiento a largo plazo (el crédito hipotecario ha perdido participación en el PIB, pasando de cerca de 3,4% a inicios de 2003 a 1,2% en la actualidad). Las medidas más usuales tendientes a solucionar este aspecto incluyen la apertura de líneas de créditos hipotecarios con condiciones especiales.

La falta de políticas activas por parte del gobierno para permitir el acceso a miles de argentinos a una vivienda digna, los altos precios de los alquileres que se ven diariamente en nuestro país, la falta de un trabajo con remuneraciones que permitan ahorrar para la compra de una vivienda, entre otras cuestiones, son las que han llevado a que este cuadro de situación de endurezca en vez de amainar.

Sin dudas que la vivienda es algo central para que las personas se sientan gratificadas y puedan ver  el futuro con mejores perspectivas. Al no tener una vivienda propia y al tener que alquilar a precios exorbitantes casas y departamentos muchas veces inhabitables, lo único que se hace es que con el correr de la crisis económica, cientos de miles de argentinos vean que la posibilidad de no tener donde vivir sea más cercana que nunca.

Como puede verse, un problema que en vez de amainar tiende a agravarse, debido en gran causa a la falta de políticas activas por parte de los sucesivos gobiernos para acabar con la falta de oportunidades para alcanzar el sueño de la vivienda propia. La incapacidad mostrada por los sucesivos gobiernos para llevar adelante un plan de viviendas populares que pueda acabar con este flagelo, ha llevado a que millones de personas tengan un miedo creciente de perder lo poco que tiene.

Los datos mostrados con anterioridad dan cuenta de una realidad injusta que vive la mayor parte de la población de nuestro país, con las clases acomodadas que sufren menos estos coletazos de la crisis financiera internacional, y con una clase media, media baja y baja que siente enormemente los efectos de la misma, necesitando la mano de un Estado fuerte que sirva para paliar los efectos y empezar a crecer nuevamente como en años anteriores.

Es vital que se atiendan las causas y no que atienda los hechos consumados, sólo así la Argentina podrá volver a recuperar la excelencia que supo tener en una época, y evitar que se siga cayendo en el desgaste y deterioro de las últimas décadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario