Imagen: Revista NATURE |
Un estudio del University College londinense publicado la semana pasada en la revista Nature sugiere que el precursor de una proteína anormal que dispara el mal de Alzheimer podría transmitirse de una persona a otra durante las transferencias de tejido en algunos tipos de transplante, por el uso en el pasado de medicamentos contaminados y en ciertos tratamientos quirúrgicos que involucraran instrumental mal esterilizado.
De ahí que dicen que el Alzheimer podría ser "contagioso", aunque los investigadores destacan que no hay ninguna razón para alarmarse, puesto que en realidad se trata de una transferencia, esto es, no se da como si se tratara de un virus, sino bajo circunstancias muy particulares.
Algunas proteínas tienen la propiedad de multiplicarse libremente en el tejido cerebral. Lo que puede suceder es la transferencia de estas proteínas anormales de un cerebro a otro. El estudio se inició en realidad sobre otra enfermedad, el mal de Creutzfeldt-Jakob, una afección neurodegenerativa que destruye tejido cerebral.
Esta enfermedad afectó en el pasado a gente que había recibido en la infancia tratamientos de hormonas de crecimiento manufacturadas con extractos de tejidos de glándulas pituitarias de cadáveres contaminados. Al examinar los cerebros de estos pacientes, se descubrieron depósitos de amyloid beta, la proteína que dispara al Alzheimer.
Los tratamientos con hormonas de origen cadavérico dejaron de utilizarse en 1985, reemplazándolos con hormonas sintéticas. Pero los plazos extendidos de incubación del mal de Creutzfeldt-Jakob hizo que solo pudieran estudiarse años –a veces, décadas– más tarde.
El equipo concluyó que la proteína había llegado hasta ahí junto con las hormonas contaminadas y de allí derivaron la idea de que podía transferirse también por otros medios. La comunidad científica ha tomado con cautela estos resultados, destacando que la transferencia de proteínas no es una forma de contagio que deba generar pánico entre la gente.
Lo hizo por caso la Sociedad Española de neurología, que según 'ABC.es' dejó en claro que "trasmisión y contagio son palabras totalmente distintas en el campo de la medicina". Que el estudio dirigido por los investigadores John Collinge y Sebastian Brandner, del Departamento de Enfermedades Neurodegenerativas del Instituto de Neurología de Londres y la Clínica Nacional de Priones en Reino Unido, hace referencia a la posibilidad de que se pudiera transmitir una proteína tóxica que podría desencadenar alzhéimer: una proteína "beta-amiloide plegada de forma anómala".
En todo caso, la Sociedad de Neurología recuerda que tener esta proteína alterada "no es sinónimo de tener una Enfermedad de Alzheimer, pues existen otras enfermedades en las que también está alterada" como en la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, a la que hacía referencia el estudio.
Por eso, "aunque el artículo publicado es muy interesante porque habla de la posibilidad (teórica) de que la introducción de proteína beta-amiloide en un cerebro sano pueda generar una amiloidosis, tampoco es definitivo" y recuerdan que los datos deben ser tomados "con cautela".
Por último, advierte sobre una mala interpretación de los titulares que puede "generar mucho temor e incertidumbre entre pacientes y familiares".
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