lunes, 23 de mayo de 2016

CRIMEN DE LA ESTUDIANTE DE ABOGACÍA: UN CELULAR COMPLICA AL TAXISTA

POLICIALES / PUERTO MADRYN 

Sospechoso Dante DONNINI



Así lo resolvió el juez de esa ciudad de Chubut, Marcelo Orlando, en la audiencia de control de detención del sospechoso Dante Donnini (50) que terminó el sábado a la medianoche.

 “La figura de ‘homicidio en ocasión de robo’ es porque desapareció la cartera de la chica y el celular, aunque es una figura que puede cambiar con el tiempo para lo cual será central la prueba de ADN que esperemos esté en unos diez días”, explicó a Télam el fiscal de la causa, Daniel Báez.

Hoy comenzarán los cotejos de ADN entre las muestras tomadas del cuerpo de Rojas (25) y las del taxista detenido.

Donnini declaró en la audiencia ante el juez Orlando que la mañana del martes pasado él trasladó a la víctima hasta la esquina de Lewis Jones y Alvear de Puerto Madryn y que allí la dejó para luego continuar con su rutina. Y dijo que le vendió el celular de la estudiante entrerriana a un compañero de trabajo porque lo encontró en el taxi y no sabía de quién era.

Sin embargo, el propio compañero de trabajo del taxista declaró ante la Justicia que Donnini le pidió que le borrase la memoria del celular porque era un teléfono “sucio”, que se lo había vendido un “pibe chorro” y no que “lo había olvidado un cliente” suyo.

La investigación, en un principio,se orientó hacia el taxista después que se conoció que la muerte de Diana se produjo entre las 16.30 y las 23 del martes pasado y no en las primeras horas de ese día como se creyó en un principio.

El taxista reportó un viaje hacia la calle Libertad al 300 donde se encuentra el departamento que habitaba la estudiante. Pero aparentemente, nunca bajó del vehículo. Además, por los dichos del propietario del taxi, el chofer hizo lavar el vehículo cuando no le correspondía hacerlo.

La joven recibió al menos seis puñaladas. Una de ellas, la que le provocó la muerte, fue en el cuello. Diana bajó de un auto y fue alcanzada por su acompañante quien la tomó de la espalda para acuchillarla.

Después arrastró su cuerpo para esconderlo entre los matorrales, a cuatro kilómetros de la ciudad, en dirección a Rawson. La chica era de Nogoyá, Entre Ríos. Y hacía apenas seis meses que residía en Madryn, en un coqueto departamento de la zona sur. Diana no tenía pareja. Vivía sola.

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