INTERNET / CONFLICTO EN LA RED SOCIAL PREFERIDA DEL PRO
Más de 1 millón de veces se compartió en Facebook la noticia, falsa, de que el papa Francico apoyaba a Donald Trump como candidato presidencial. La mentira se originó en una oscura web imposible de considerar como fuente confiable, pero Facebook la legitimó.
Otra noticia falsa que legitimó Facebook: “Un agente del FBI involucrado en la investigación de los mails de Clinton se suicida después de matar a su mujer”.
El diario The Washington Post localizó a Paul Horner, un activista de ultraderecha que tuvo éxito con algunas de sus noticias falsas, y él respondió: "Creo que Donald Trump está en la Casa Blanca gracias a mí. Los seguidores de Trump no verifican nada. Ellos comparten cualquier cosa y creen cualquier cosa. Su jefa de campaña posteó una noticia que me había inventado”.
La Administración Macri prioriza como soporte de comunicación las redes sociales, en especial Facebook, Twitter y Snapchat.
Esto no sólo es en el momento de la difusión sino también del pago por el servicio, afirman fuentes de los medios de comunicación más importantes del país.
Pero con Facebook hay problemas porque ha difundido "noticias falsas", provocándose una gran polémica desde el triunfo electoral de Donald Trump.
Según la web Quarz, la campaña de Donald Trump destinó US$ 56 millones a la publicidad en Facebook, casi tanto como a la televisión (US$ 68 millones).
Según publicó The New York Times, Trump pagó por anuncios destinados a aquellos perfiles que en Facebook aparecen con la etiqueta de “politícamente moderado”, etiqueta que la red social aplica de forma aleatoria, inclusive, si un usuario no declara sus preferencias políticas en su perfil.
La clasificación es polémica pero a Trump le sirvió para impulsar lo que quería comunicar.
Según una investigación de BuzzFeed, las falsedades colocadas en Facebook por la campaña del candidato ganador fueron el 38% del total de mensajes emitidos a través de la red social, mientras que en la campaña de Clinton eran el 20% del total.
Es evidente que las redes sociales son mucho más vulnerables que los medios de comunicación profesionales a la hora de identificar y descartar noticias falsas. Y el público de redes sociales es más permeable a aceptar esas noticias falsas, probablemente porque le llegan legitimadas por la propia red social.
Steve Bannon, recién designado consejero principal del Presidente electo, es el dueño de la web Breibart, y le dijo a Bloomberg que no se hubiera subido a la campaña de Trump “si no hubiera sabido que estaba organizando un enorme tinglado en Facebook. Facebook es lo que llevó a Breitbart a un público masivo. Conocemos su poder”.
Según BuzzFeed, cuando en Facebook se descubrió que los editores de los trending topics pasaban por alto aquellos temas vinculados a los conservadores (¿incluyendo noticias falsas?), la compañía los despidió para calmar los ánimos de la gente de la campaña de Trump.
“Y de inmediato, noticias falsas -todas ellas conservadoras- empezaron a aparecer”.
En el caso de Marcos Peña eligiendo a Facebook como el medio de comunicación preferido de Mauricio Macri, ¿qué ocurrirá si Macri fuese víctima de noticias falsas?
El asunto ha derivado en que Mark Zuckerberg, el CEO co-fundador de Facebook, omitiendo el concepto "noticia falsa", anunció en su muro en la red social: “Nos tomamos la desinformación en serio. Nuestra meta es conectar a las personas con las historias que tienen más sentido para ellos y sabemos que quieren información certera. Llevamos bastante tiempo trabajando en este problema”.
Sin embargo, la figura del editor de contenido es relativamente reciente en Facebook. Pero no han exhibido mucha voluntad porque lo que les importa es la viralización de los contenidos. De lo contrario el propio Zuckerberg no habría afirmado: “Al igual que no nos gustan los titulares engañosos con gancho, el spam o los timos, en el News Feed [el lugar donde aparecen las noticias], penalizamos este contenido para que no se difunda tanto”.
La palabra "tanto" es lo que provoca escepticismo.
Las noticias falsas fue un problema que tuvo que enfrentar en su momento Wikipedia, y requirió que incrementara sus mecanismos de auditoría porque afectaba su credibilidad.
Vivek Wadhwa, emprendedor y profesor en la Universidad Carnegie Mellon, insiste en que no se trata de algoritmos ni de humanos controlando, sino qué se quiere detectar y atajar exactamente.
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