Gran momento de tensión se vive en el Vaticano luego de las acusaciones que giran en torno de Gorge Pell por abuso sexual. La mano derecha de Francisco y emblema de la reforma a las finanzas de la Santa Sede debió volver a Australia para "limpiar su nombre".
El secretario de Economía arribó este lunes 10 de julio en Melbourne para comparecer ante el tribunal. En simultáneo, vecinos alertaron la semana pasada por ruidos molestos en un departamento ubicado en el edificio de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Al parecer, se estaba desarrollando una orgía gay. Al ingresar la policía encontró gran cantidad de drogas ilícitas. Según trascendidos de última hora, el hecho denunciado habría ocurrido en el departamento del cardenal Francesco Coccopalmerio, mano derecha de Francisco.
Coccopalmerio fue hallado intoxicado, por lo que tuvo que ser trasladado a la clínica Pío XI. En tanto, de acuerdo con el II Fatto Quotidiano, monseñor Luigi Capozzi se paseaba con un BMW con matrícula vaticana, lo que evitó que fuera interceptado por la policía italiana.
Según la prensa internacional, Capozzi se encuentra ahora realizando un retiro espiritual para su desintoxicación, pero hay quienes entienden que en realidad Francisco está tratando de quitar de escena a aquellos hombres de su confianza que está siendo "curiosamente" envueltos en escándalos sensibles para la Iglesia.
A su vez, el Sumo Pontífice echó al cardenal conservador Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, hoy en la mira. Este acto del papa está siendo relacionado con la supuesta orgía.
Müller es conocido por su oposición a las reformas que plantea Bergoglio, quien incluso fue más allá y lo reemplazó por el jesuita Luis Francisco Ladaria, español ex secretario de dicha congregación.
Francisco se reunió el viernes pasado (30/06) con Müller, de 69 años, para comunicarle que su mandato terminaba el lunes 2 de julio, a cinco años de haber sido nombrado por Benedicto XVI.
Müller enfrentó al papa por reformas sensibles y fue quien cuestionó la intención papal de adoptar una actitud más benevolente con los fieles considerados tradicionalmente “pecadora”.
Durante la gestión de Pell, la Doctrina de la Fe fue acusada de obstruir los esfuerzos de Francisco para acabar con los encubrimientos.
"Les pido perdón", exclamó Francisco el pasado miércoles 5 de julio frente a la Plaza San Pedro, por los escándalos sexuales desatados en los últimos tiempos.
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