lunes, 13 de abril de 2015

EL NINJA CORDOBÉS YA TIENE SU PROPIO VIDEOJUEGO

AGENCIA / SOCIEDAD 



 El videojuego se llama "Kekuliao" 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).-El hombre que se defendió de los ladrones con una espada samurái nunca pensó que ese hecho tuviera tanta repercusión.



Un vecino de Córdoba capital fue atacado por tres delincuentes que intentaron robarle el auto y, como respuesta, la víctima se defendió con una espada y les provocó profundas heridas a los malvivientes, que fueron detenidos, la noticia rápidamente se viralizó y recogió adhesiones y rechazos por parte de la sociedad.

La noticia dio qué hablar y, como sucedió ya en varias oportunidades con hechos de actualidad, el "samurái" ya tiene videojuego propio, llamado KekuLiao, donde lo único que hay que hacer es presionar el botón izquierdo del mouse para atacar a aquellos que quieren robarte.

Desde internet juntan firmas para que no sea detenido o imputado

El hombre, de oficio obrero metalúrgico, que el viernes se defendió de un violento asalto en su casa con una espada tipo "catana", un sable japonés usado por los samuráis, no declaró aún en la Fiscalía que investiga el caso y por ahora se descarta que sea imputado.

En la plataforma Change.org, una petición reúne unas 1.500 firmas para que el hombre no deba enfrentar ninguna causa judicial.

"La legítima defensa de la vida y la propiedad de un ciudadano en caso de agresión por parte de delincuentes, no debe ser cuestionada bajo ningún concepto", señala el petitorio que circula por Internet.

El asalto ocurrió en una casa ubicada en barrio Cerro Norte, (entre la avenida Donato Álvarez y la Bodereau).

Cuando los ladrones golpearon a la mujer del obrero, el hombre reaccionó tomando una espada de adorno y se defendió ante los agresores, provocándoles varios cortes.

Estaba previsto que este lunes declarara el obrero ante la fiscal Jorgelina Gutiez, pero ese trámite aún no se pudo concretar. Por el momento no se ha resuelto ninguna imputación, informaron desde la Justicia provincial.

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