POLÍTICA / DECLARACIONES
El ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, advirtió sobre la pérdida de competitividad de las exportaciones y el atraso del tipo de cambio actual.
"Si no se elimina el cepo" a partir del próximo 10 de diciembre, "la devaluación, a lo largo del año 2016, puede llegar a ser tan grande como lo fue en el año 2002", señaló en una columna publicada en su blog.
El ex funcionario de Carlos Menem y Fernando de la Rúa indicó que, para recuperar competitividad, bastaría una "devaluación monetaria nominal no muy superior al 40% en el mercado oficial y remarcó que debe realizarse "decidiendo la flotación del peso en un mercado libre y único de cambios".
Sin embargo, una devaluación y el levantamiento del cepo al dólar no son las únicas medidas que deberían ser implementadas por el próximo Presidente, sino que también se debe "corregir el sesgo anti-exportador de la estructura impositiva y anunciar un plan consistente con la estabilización macro-económica".
"De hecho, una devaluación del peso en el mercado oficial de esta magnitud, significaría al mismo tiempo una apreciación del orden del 20% en el mercado paralelo, dado que hoy la brecha cambiaria se ubica en alrededor de 60%", razonó.
Según el economista, los riesgos de no implementar esta serie de políticas económicas es quedar en una situación similar a la que atravesó el país en 1975, el "Rodrigazo".
"Si se hacen las cosas", analizó Cavallo, 2016 puede vivir una crisis similar a la fuerte debacle de 2002.
"Hacer las cosas mal significa mantener el cepo y dejar que siga operando el mercado paralelo como un mercado ilegal, seguir cobrando los impuestos que desalientan las exportaciones y pretender ajustar el tipo de cambio nominal en el mercado oficial al 2% o 3% mensual", apuntó contra las microdevaluaciones de la actual gestión de Axel Kicillof en Economía y de Alejandro Vanoli en el Banco Central.
"Mientras tanto se sigue emitiendo mucho dinero para financiar un déficit fiscal que no logra ni reducirse ni financiarse con endeudamiento a tasas moderadas", señaló.
"Los optimistas sostendrán que en el peor de los casos esta devaluación extrema no provocará una explosión inflacionaria como la de 2002", aseguró y remarcó las diferencias que tiene la economía argentina de hoy con la de la época del gobierno de Eduardo Duhalde.
"Hoy la economía no tiene capacidad instalada sub-utilizada sino que enfrenta cuellos de botella por falta de inversión; -explicó- no existe fuerte desocupación, al menos por el momento; las tarifas de servicios públicos están muy desactualizadas y el déficit fiscal es enorme, aún sin contar con los intereses sobre la deuda".
Todo este panorama actual es exactamente el contrario que en el 2001, aunque similar a la que atravesaba el país en 1975, y de allí se concluye que de no tomar medidas el próximo presidente electo, se vendrá un "Rodrigazo".
Por último, el ex titular de la cartera de Hacienda concluyó que "quienes sostienen que no debe eliminarse el cepo cambiario y, por el contrario, se deben mantener las políticas actuales con pequeños cambios graduales en el tipo de cambio y en otros precios relativos, sin cambios significativos en las políticas monetaria y fiscal, lejos de garantizarle al próximo Presidente que se evitará un deterioro de los salarios reales, le están dando un pésimo asesoramiento que hará que su gobierno sufra un desgaste extremo antes de la elección de medio término en 2017 y el país asista a un agravamiento trágico de la situación de pobreza de los argentinos".
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