viernes, 7 de julio de 2017

CRISIS EN LA DICTADURA DE LOS ÓMNIBUS DE LARGA DISTANCIA

OPINIÓN / EL PROGRESO ES INMUTABLE 



SAN CARLOS DE BARILOCHE (Río Negro). Tenemos una nueva crisis entre manos. Ahora, las compañías de ómnibus de larga distancia no pueden pagar los salarios de los conductores debido a la competencia de las aerolíneas. 


Otra vez el remanido verso de la insensibilidad social, el pedido de subsidios y todas las yerbas a las que los pseudo empresarios nos tienen acostumbrados desde siempre. Y como pasa permanentemente, el derecho de la persona que debe viajar está en último término dentro de las prioridades, tanto de funcionarios, como de empresarios.

En consecuencia me pregunto: ¿Cómo hacían estas empresas para sobrevivir en el año 2000?

Hagamos algo de historia. En el año 2000, si no estoy mal informado, las transportistas de larga distancia no contaban con subsidios de ningún tipo. El gasoil costaba algo menos de 80 centavos de dólar y los chassis y carrocerías andaban más o menos en los valores de hoy.

En ese entonces, un pasaje en Coche Cama entre Ciudad de Buenos Aires y San Carlos de Bariloche (1.620 Km) costaba $ 55, en una paridad US$ 1 = $1. O sea, US$ 55.

Hoy, el mismo servicio cuesta $ 1.905. 1 Dólar= $17. O Sea US$112. Un 103% de incremento en dólares estadounidenses.

¿Qué pasó? ¿Negociaciones sindicales? ¿Aumentaron los neumáticos? ¿Qué pasó? No quisiera insinuar nada pero, creo recordar 2 cosas:

< los transportes de pasajeros estaban exentos de IVA; y

< uno sacaba un pasaje en boletería y las ubicaciones eran escasas. 5 o 6 a lo sumo, pero los ómnibus salían vacíos. 10 o 12 pasajeros como mucho.

¿No será que el transporte de larga distancia se financiaba con el blanqueo de dinero sucio y que eso se cortó cuando la CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte) determinó que se debía identificar con número de documento a los pasajeros?

Es sólo una pregunta de las muchas que tengo, visto el crecimiento exponencial de empresas que, como una muy conocida en la Patagonia y en el Litoral, ha absorbido a diez o más empresas menores, monopolizado el transporte interregional y abierto su juego a negocios invernales e inmobiliarios.

U otra, propiedad de un conocido ex-senador litoraleño del PJ que se fagocitó a varias empresas de conocida antigüedad y reconocimiento público.

Es sólo un pensamiento, pero es muy llamativo que desde la exigibilidad de los DNI las tarifas se duplicaran en dólares. Y si consideramos que en el área de transportes mandaba el Sr. Ricardo Jaime, las sospechas se tornan realmente muy verosímiles. Ahora, nada es más sólido que los datos de la realidad.

Las guerras tarifarias por venir en el transporte aerocomercial van a obligar a redefinir por completo el sentido del transporte terrestre de pasajeros. Las largas distancias, necesariamente, van a desaparecer. Los aviones van a definir los hubs de distribución de los pasajeros y el transporte terrestre estará condenado a la distribución sub-regional, en tramos no mayores a 500 Km/600 Km.

Si los neardentales hubiesen tenido capacidad sindical y estructura como para acometer presiones empresarias, lobbyes, bah, seguramente nosotros, los cromagnones no existiríamos y la humanidad estaría recién inventando la rueda.

El progreso, para bien o para mal, tiene una línea de tiempo inmutable. Se va para un solo lado. Cualquier cosa que quiera torcer esa línea está condenada al fracaso.

Ruego a Dios que las autoridades no caigan en el juego de estos sectores a los que les tocó perder en ésta, luego de haber ganado, y mucho, en la otra. Cualquier empresa de transportes multi marca grande, cuenta con, al menos, 1.200 unidades con valores no menores a US$ 400.000, más estructuras administrativas, más plantas de cátering, más esto y lo otro.

Hablamos de patrimonios que superan los US$ 600 millones y que, en general, fueron construidos en menos de 20 años. 'Too much', muchachos.

No creo que resistan una investigación a fondo sobre su crecimiento patrimonial. Excluyo de este comentario a esas empresas regionales que explotaron rutas secundarias (Las que les dejaban las empresas grandes) a las que, confío, no les costará reacomodarse a este nuevo esquema de distancias medias, a las que las megaempresas las habían condenado. Y Jaime también.

(*) - Empresario de la electrónica y las telecomunicaciones radicado en San Carlos de Bariloche (Río Negro).

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