VÉLEZ PASÓ CON LO JUSTO
Un penal de Martínez apagó lo que pudo haber sido un incendio
Vélez clasificó a semifinales de la Copa Sudamericana con mucha angustia, gracias a un penal de Martínez sobre la hora cuando todo se había dado para que sea una noche tranquila. Vélez ganaba 2-0 por goles de Franco pero Independiente Santa Fe de Bogotá lo había empatado con goles de Copete y Pérez de penal y le puso mucho suspenso a la noche. CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Agónico y emocionante final de partido protagonizaron Vélez e Independiente Santa Fé, donde los de Bogotá ya celebraban el empate justo que les daba la semifinal; sin embargo un penal al 91' de Martínez revirtió la historia para Vélez que sigue en carrera por la gloria de la Copa Sudamericana. Vélez jugó un buen primer tiempo pero hizo todo mal en el segundo tiempo peor zafó por el penal del final del 'Burrito' que le dio el pase a las semifianles.
El José Amalfitani volvía a vestirse de fiesta para ver a su Vélez. Aquél equipo que está lejos en el torneo local, pero que se posicionaba bien en la Copa Sudamericana, tras igualar 1-1 en Colombia, ante el Independiente Santa Fe, el rival de esta noche.
Ya con ese resultado, el equipo de Gareca pasaba de ronda, pero la idea del entrenador nunca es especular con ese tipo de resultados, menos de local y con el gran poderío ofensivo que tiene Vélez.
Los locales presionaban toda salida del equipo colombiano, que se mostraba ingenuo ante el oficio de Vélez. Así, los locales se hicieron dueños del balón y alcanzaron el primer gol del partido a los 7' de juego. Un pase en cortada habilitó a Ramírez, que estrelló un tiro en el palo, que Franco supo empujar a la red, con un cabezazo. Tempraneramente, Veléz pisaba fuerte en el partido.
La visita armaba juego solamente cuando aparecía Omar Pérez. El argentino era el único que se rebelaba ante la presión asfixiante de la mitad de la cancha velezana. La búsqueda constante era Rodas, que intentaba luchar en soledad contra los defensores, ya que Copete no podía entrar en el sistema de juego.
El vertiginoso juego de los locales continuó, metiendo a Santa Fe en su área. Y en el segundo destello iba a aparecer: El burrito Martínez habilitó en el área a Franco, con un soberbio taco hacia atrás, y el goleador infló la red, para la locura en Liniers. Ya con ese resultado parecía todo definido, y la gente rompía en aplausos.
Dichos espectadores despidieron a su equipo como en el Teatro Colón. Orgullosos, haciendo nacer el fragor de los aplausos. Pero en segunda parte, ese ímpetu en la recuperación de Vélez desapareció. Santa Fe creció en juego y consiguió el descuento: Copete se filtró en el área y venció a Barovero.
En principio pareció un mero susto, pero el equipo rojo comenzó a dominar las acciones, con un Copete encendido, y un Omar Pérez muy astuto. Los colombianos tuvieron un par de ocasiones, que fastidiaron a Gareca y el público, hasta que llegó la fatalidad: Barovero toca a Copete en el mano a mano, y el árbitro cobra penal.
Omar Pérez lo cambió por gol – en el que quizás sea el día más triste de su vida, luego del fallecimiento de su abuelo en un accidente- y le daba parcialmente la clasificación a Independiente Santa Fe.
Los de Gareca no encontraron las ideas para conseguir el gol de la victoria y la clasificación. Vélez pasó de dar show a ser una tragicomedia. De candidato al título a eliminado. Pero, siempre hay un pero. Llegó el minuto 87 y Augusto Fernández es derribado en el área. Martínez ejecutó, con la furia del sufrimiento, y puso el gol que salvó a Vélez. Volvió el equipo de Gareca a ser un candidato, pero que también sabe y suele sufrir.
El José Amalfitani volvía a vestirse de fiesta para ver a su Vélez. Aquél equipo que está lejos en el torneo local, pero que se posicionaba bien en la Copa Sudamericana, tras igualar 1-1 en Colombia, ante el Independiente Santa Fe, el rival de esta noche.
Ya con ese resultado, el equipo de Gareca pasaba de ronda, pero la idea del entrenador nunca es especular con ese tipo de resultados, menos de local y con el gran poderío ofensivo que tiene Vélez.
Los locales presionaban toda salida del equipo colombiano, que se mostraba ingenuo ante el oficio de Vélez. Así, los locales se hicieron dueños del balón y alcanzaron el primer gol del partido a los 7' de juego. Un pase en cortada habilitó a Ramírez, que estrelló un tiro en el palo, que Franco supo empujar a la red, con un cabezazo. Tempraneramente, Veléz pisaba fuerte en el partido.
La visita armaba juego solamente cuando aparecía Omar Pérez. El argentino era el único que se rebelaba ante la presión asfixiante de la mitad de la cancha velezana. La búsqueda constante era Rodas, que intentaba luchar en soledad contra los defensores, ya que Copete no podía entrar en el sistema de juego.
El vertiginoso juego de los locales continuó, metiendo a Santa Fe en su área. Y en el segundo destello iba a aparecer: El burrito Martínez habilitó en el área a Franco, con un soberbio taco hacia atrás, y el goleador infló la red, para la locura en Liniers. Ya con ese resultado parecía todo definido, y la gente rompía en aplausos.
Dichos espectadores despidieron a su equipo como en el Teatro Colón. Orgullosos, haciendo nacer el fragor de los aplausos. Pero en segunda parte, ese ímpetu en la recuperación de Vélez desapareció. Santa Fe creció en juego y consiguió el descuento: Copete se filtró en el área y venció a Barovero.
En principio pareció un mero susto, pero el equipo rojo comenzó a dominar las acciones, con un Copete encendido, y un Omar Pérez muy astuto. Los colombianos tuvieron un par de ocasiones, que fastidiaron a Gareca y el público, hasta que llegó la fatalidad: Barovero toca a Copete en el mano a mano, y el árbitro cobra penal.
Omar Pérez lo cambió por gol – en el que quizás sea el día más triste de su vida, luego del fallecimiento de su abuelo en un accidente- y le daba parcialmente la clasificación a Independiente Santa Fe.
Los de Gareca no encontraron las ideas para conseguir el gol de la victoria y la clasificación. Vélez pasó de dar show a ser una tragicomedia. De candidato al título a eliminado. Pero, siempre hay un pero. Llegó el minuto 87 y Augusto Fernández es derribado en el área. Martínez ejecutó, con la furia del sufrimiento, y puso el gol que salvó a Vélez. Volvió el equipo de Gareca a ser un candidato, pero que también sabe y suele sufrir.
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