AGENCIA / ECONOMÍA
Según una encuesta nacional realizada por 'Isonomía Consultores' que dejó en evidencia las dificultades que afronta la sociedad en materia económica y la cautela con la que transitará este año, el 60% cree que sus ingresos no alcanzan para cubrir los gastos familiares.
El estudio, publicado en 'El Cronista', efectuado a fines del mes pasado entre 918 adultos que residen en diferentes puntos del país, mostró una percepción negativa mayoritaria (58%) de la situación económica de la Argentina, que se traduce en fuente de preocupación a la hora de analizar el futuro personal.
En ese sentido, solo un 49% de los consultados se mostró seguro de mantener el empleo durante los próximos doce meses, mientras que seis de cada diez entrevistados manifestó tener poca confianza en que sus ingresos sean suficientes para pagar los gastos de la casa durante el mismo período.
Esa desconfianza se mantuvo por encima del 60% al menos durante el último año y cruza de manera similar a todas las edades y niveles educativos, aunque es mayor en el caso de las mujeres (67% frente al 57% de los hombres), los encuestados que tienen entre 30 y 49 años (66%) y quienes cursaron enseñanza media (64%).
Así, los problemas económicos en general (22%), sumados a la inflación (11%), la desocupación (10%), los bajos salarios (6%) y la pobreza (1%) conforman un combo que se posiciona al frente del listado de los principales problemas personales y familiares, en el que la inseguridad aparece con un 33% de las menciones y en el que la corrupción política, la salud y la situación de los jubilados surgen en menor medida.
Juan Germano, director de 'Isonomía Consultores', dice que a la sociedad "hay algo que no le cierra, que da desconfianza". El especialista indicó que "los niveles de confianza asociados a los gastos personales están directamente relacionados con los niveles de apoyo estructural del Gobierno" y sostuvo que, "pasada la primera parte del 2014, que fue bastante mala por la devaluación, desde entonces el nivel se estancó en niveles que para la Argentina son aceptables".
Al respecto, afirmó que "en los últimos cuatro meses creció la expectativa de cambio de rumbo. Muchos piensan que van a estar mejor dentro de un año, algunos porque el Gobierno termina su mandato y otros porque el tema económico salió de agenda.
Fue tapado por el judicial primero y ahora por el electoral".
"En este momento, existe un voto duro (oficialista) de entre 30% y 35% que se cristaliza en la variable relevada", agregó, al analizar la escena política.
Para Germano "los problemas económicos personales aparecen como un factor gravitante en una economía que se presenta con determinados inconvenientes estructurales que requieren solución de cara al próximo gobierno".
Pero el efecto que tendrán en las urnas aún es un interrogante, porque "los argentinos tenemos tendencia a acostumbrarnos a las situaciones económicas difíciles".
Lo que cambia el humor de la opinión pública, según el analista, es el término "devaluación", palabra que alimenta la desconfianza de un electorado que, más allá de costumbres argentinas y la apuesta a un futuro mejor, sufre los desequilibrios de la economía presente.
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