FRANCISCO / MADURO (Archivo) |
El enviado especial del Vaticano para la mesa de diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, Claudio Maria Celli, canceló su visita prevista para los próximos días a Venezuela. Y aunque la Santa Sede no cancela definitivamente su participación en la búsqueda de una respuesta pacífica a la crisis política y social de dicho país, cada vez se aleja más la posibilidad de encontrar una salida.
En una carta enviada por el nuncio apostólico en Caracas, Aldo Giordano, a la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), se anunció que el ex presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales “no participará a las posibles reuniones previstas para estos días”.
¿Se trata del primer efecto Trump?
Como mínimo, puede interpretarse como una readecuación a los nuevos tiempos. Cabe destacar que esta noticia se conoció horas antes de la asunción del Donald Trump a la presidencia de USA.
Urgente24 ya había informado que la diplomacia vaticana estaba trabajando en establecer puntos de contacto con el nuevo mandatario estadounidense en medio de las muchas diferencias. Es inevitable que el vínculo que Francisco alcanzó con Barack Obama resulte difícil de repetir, al menos en el comienzo, con Trump Presidente.
De todos modos, la desde el Vaticano buscarían establecer puntos de contacto. Además, hay sectores católicos estadounidenses conservadores muy críticos del papa Francisco y que simpatizan con Trump, que probablemente intenten obtener su tajada en todo esto.
Por ese motivo es muy importante para Francisco cómo enfoca el cambio de época. El texto de la misiva enviada por Giordano, difundido en Venezuela y también en Roma por el blog especializado en asuntos vaticanos “Il Sismógrafo”, agregó que la Santa Sede designó al propio Giordano como su representante para los “eventuales encuentros” que podrían haber como seguimiento a la mesa, que desde diciembre se declaró en “fase de revisión” por el incumplimiento de acuerdos entre las partes.
Celli fue nombrado por el Papa Francisco como garante de las negociaciones entre el gobierno del presidente Maduro y la MUD, con el objetivo de aplacar la crisis política y económica que sacude el país. Los dos primeros encuentros de diálogo tuvieron lugar el 30 de octubre y el 6 de diciembre pasados, en medio de un clima de desconfianza mutua y con críticas de parte de varios líderes opositores emblemáticos, como el ex candidato presidencial Henrique Capriles.
Ante el escaso avance en las conversaciones tras la primera ronda, el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, escribió una carta a todas las partes, en la que dejó claras las condiciones vaticanas para continuar con su mediación, solicitada formalmente sea por el gobierno o por la oposición.
El texto incluyó cuatro requerimientos completos: “implementación urgente de medidas para aliviar la grave crisis de abastecimiento de comida y medicinas”; que “las partes concuerden el calendario electoral que permita a los venezolanos decidir, sin dilaciones, su futuro”; que se restablezca “cuánto antes” el rol constitucional de la Asamblea Nacional (en manos de la oposición) y que “se apliquen los instrumentos legales para acelerar el proceso de liberación de los detenidos” (presos políticos).
El documento pidió explícitamente que en el segundo encuentro, previsto para el 6 de diciembre, se presentasen propuestas concretas para avanzar en al menos tres de esas solicitudes. Y aunque era reservada, concluyó advirtiendo a los destinatarios que el Vaticano se reservaba el derecho de hace rla pública de considerarlo necesario.
Finalmente su contenido se filtró a los medios. En respuesta a la carta de Giordano, el secretario de la alianza MUD, Jesús Torrealba, respondió con otra misiva en la cual agradeció la participación de Celli en la mesa de diálogo y calificó de “comprensibles” las razones que llevaron a la Santa Sede “a no enviar (a su delegado), en las presentes circunstancias”, según publica Vatican Insider.
“En diplomacia la ausencia puede ser una forma de ejercer presencia, y el silencio puede llegar a ser el más elocuente discurso. Hacemos votos porque este significativo gesto del Papa Francisco haga reflexionar a quienes, en el gobierno nacional, hicieron colapsar el mecanismo de diálogo con su sistemático incumplimiento de los acuerdos, los oriente a desandar la escalada de represión y acentuada intolerancia desatada desde el poder en las últimas semanas, con el conocido saldo de nuevos presos políticos y otras agresiones igualmente inaceptables”, apuntó.
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