POLICIALES / QUILMES
(TN) - La casa de la localidad bonaerense de Ezpeleta en la que vivían el matrimonio Caramez y sus seis hijos estaba ambientada como un boliche. Tenían una barra de tragos y los fines de semana hasta un DJ y una persona de seguridad en la puerta.
El motivo, que se descubrió en las últimas horas, era que mientras encerraban a los chicos en una de las habitaciones la vivienda funcionaba como un prostíbulo.
La pareja, de 31 y 43 años, le impedía a sus hijos que salieran del cuarto para que "no molestaran".
A todos, excepto a la hija mayor, que tenía 13 años y la hacían trabajar como "mesera sexy" en el lugar para repartir los tragos.
Los vecinos de la familia fueron la clave para que saliera a la luz el verdadero "negocio" que escondían los Caramez dentro de su propiedad, ya que muchos de ellos advirtieron que observaban como llegaban las chicas en remises para prostituirse.
Durante el allanamiento de la Policía Bonaerense, del que además participó Infantería, personal de Migraciones y de Trata de Personas a nivel provincial, identificaron a once hombres, que serían clientes del lugar, cinco mujeres víctimas y los seis chicos, hijos del matrimonio detenido.
También se secuestró gran cantidad de bebidas alcohólicas, camas, colchones, sábanas y preservativos. La casa fue clausurada y los menores fueron puestos a disposición de la Justicia.
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