ARGENTINA
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Gobernadores
como Jorge Sapag (Neuquén) y Juan Manuel Urtubey (Salta) lo han
expresado en el pasado pero el Ejecutivo Nacional nunca los consideró:
para atraer inversiones en hidrocarburos hay que mejorar los precios.
Aparentemente, ahora podrían hacerlo. Los funcionarios todavía no
se atreven a romper con lo que fue una directiva antiinflacionaria de
Néstor Kirchner pero tampoco tienen una alternativa, y solo es cuestión
de tiempo más que de oportunidad.
Raúl Dellatorre en el diario Página/12 lo expresó así:
"A pocos días de haber accedido al control de la petrolera YPF,
el gobierno nacional analiza ofrecerles a las compañías productoras de
gas una mejora en los valores que reciben por la entrega al sistema
regulado (consumo residencial, uso en centrales térmicas y GNC para
automóviles), a cambio de inversiones que incrementen la extracción.
Al menos, esto es lo que se deduce de lo que el presidente de
la petrolera Medanito, Emilio Carosio, transmitió un día después de la
reunión que mantuvo con el ministro e interventor de YPF, Julio De Vido.
Según Carosio, fue el secretario de Energía, Daniel Cameron, el que
antes de la reunión le deslizó que el Gobierno estudia establecer un
“nuevo sendero de precios” que mejore la retribución de las empresas e
incentive la producción.
Carosio indicó que “el actual precio del petróleo es
remunerativo y alienta inversiones, pero le hicimos saber al Gobierno
que es necesario que se actualice la retribución del gas”.
La respuesta la tuvo el mismo lunes. “Antes de verlo al
ministro, tuve la oportunidad de dialogar con el secretario de Energía y
él nos dijo que establecerán un sendero de precios que incremente el
valor del gas y lo vaya acercando a los precios en la región”, contó
Carosio durante una entrevista para Radio El Mundo.
Las conversaciones sobre un mejor precio para el gas ya se
habrían planteado en la reunión que mantuvo la semana anterior De Vido
con autoridades de la petrolera Total, la principal productora de gas
del país.
La firma francesa opera y extrae en la Cuenca Austral, frente a
las costas de Tierra del Fuego, pero al igual que otros productores en
esa provincia afronta dos problemas:
> el gas que extrae es el peor remunerado del país (porque
se le descuenta al productor el costo del transporte hasta el área
metropolitana) y
> no puede trabajar al 100% de su potencial porque no hay
capacidad de transporte para el traslado entre Río Gallegos (Santa Cruz)
y Comodoro Rivadavia (Chubut).
La merma de bombeo es de casi 10 millones de metros cúbicos diarios, aproximadamente un 8% de la producción nacional. (...)
(...) El precio argentino es muy inferior al que se paga por el
gas de Bolivia o Ecuador (entre US$ 8 y US$ 10 el millón de BTU), pero
no respecto al del mercado estadounidense (US$ 2). La particularidad del
gas es que no existe un mercado mundial como en el petróleo, por las
dificultades de transporte a grandes distancias. La conversión a gas
licuado para transportarlo por barco y regasificarlo en el país de
destino encarece varias veces el precio, como se verá luego.
Como al productor se le descuenta el precio del transporte, al
mismo gas que a Neuquén se le paga US$ 3,50 el millón de BTU, a Tierra
del Fuego se le abona US$ 2.
Según técnicos y operadores del sector, un precio de US$ 3,50 a
US$ 5 es remunerativo para pozos en producción y atractivo para
invertir en pozos nuevos. Un precio de US$ 2, según las mismas fuentes,
cubre apenas los costos de extraer e inyectar el gas en gasoducto.
(...) El gas licuado que se importa por barcos, para
regasificarlo antes de inyectarlo al sistema, se paga entre US$ 15 y US$
17 el millón de BTU. El principal proveedor es Repsol y el segundo,
Pdvsa.
(...) La diferencia entre lo que le cuesta al Estado el gas
importado y lo que le abona al productor da margen para mejorar este
último precio, siempre que la contrapartida sea un aumento de la
producción que efectivamente sustituya importaciones. De ese modo, la
mejora en el precio al productor no tendría que afectar el precio final
del gas al consumidor, en tanto reemplace el gas importado más caro.
De allí que lo más razonable sea que la mejora en la retribución vaya atada a un aumento en las inversiones y en la producción. (...)".
Importado
Sin embargo, todo eso va para más adelante. En la coyuntura, se
sigue importando. El buque 'Catalunya Spirit' amarró en Bahía Blanca, en
el muelle de Mega, compañía donde la petrolera YPF, a punto de ser
expropiada, posee mayoría accionaria, con el 38%, 34% son de Petrobras y
28% de Dow Argentina.
Precisamente el diario La Nueva Provincia, de Bahía Blanca, lo relató así:
"Ajeno al conflicto entre nuestro país y España por YPF, y
desmostrando que negocios son negocios, ayer (martes 24/04) amarró en el
muelle local de Mega, cuyo accionista mayoritario es, precisamente, la
petrolera a punto de ser nacionalizada, el metanero de bandera ibérica
'Catalunya Spirit'.
La nave arribó al muelle local a las 8:45 y ya comenzó la
descarga al regasificador 'Express', de 55.000 toneladas de gas natural
licuado (GNL), desde donde, luego de adquirir estado gaseoso, son
destinadas a abastecer la red nacional.
Si bien para mayo próximo está previsto el arribo de 3
metaneros al puerto local ('Golar Artic', 'Excel' y 'Excelsior'),
difícilmente se cumplan las previsiones que daban cuenta del arribo de
45 buques de este tipo durante 2012.
Al faltante de dólares en las arcas oficiales se sumó el
elevado precio del gas natural licuado en el mercado internacional y la
crisis desatada con YPF.
A esto se sumó también la salida del negocio con Argentina de
la British Petrolium, como consecuencia de la escalada diplomática por
las Malvinas.
Habrá que ver los resultados de la nueva licitación de GNL
dispuesta por la empresa estatal Enarsa para hacer frente a la demanda
récord prevista para este año y qué aceptación tiene la propuesta de
pagar con biodiesel de producción local en lugar de dólares en efectivo.
(...)".
El 'Catalunya Spirit' fue el primero de una serie de 6 buques
gemelos de 138.000 m3 de capacidad destinados al transporte de gas
licuado y construido por la empresa española Izar (actualmente Navantia)
(...) Tiene 284,4 metros de eslora (largo) y 42,5 de manga (ancho) y su
contrato de su construcción se firmó en julio de 2000. (...)
Este tipo de barcos cumplen con requisitos de seguridad muy
exigentes debido al tipo de carga que transportan, como por ejemplo el
doble casco, el doble fondo en la zona de carga y los cuatro tanques
criogénicos de doble membrana lisa.
Además de estos requisitos, son capaces de cargar y descargar en un tiempo máximo de 12 horas. (...)".
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