por ALBERTO MENDOZA
MADRID (El Confidencial). La expropiación de YPF ha hecho saltar
por los aires el Plan de Asociación Estratégica (PAE) entre Argentina y España,
firmado entre Néstor Kirchner y José Luis Rodríguez Zapatero, y continuado
después por Cristina Fernández. Y es que el actual clima de tensión entre ambos
países poco tiene que ver con la luna de miel que protagonizó el Gobierno
socialista con los Kirchner. Entonces Argentina se adhirió a la Alianza de Civilizaciones
y se otorgó el derecho a voto en comicios municipales a los argentinos
residentes en España.
El PAE data de junio de 2006, pero recibió un nuevo impulso
en febrero de 2009 con motivo de la visita de Fernández a Madrid. Ambos países
reforzaron sus lazos de cooperación en todas las materias fundamentales:
economía, energía, defensa, educación e investigación. Asimismo, Zapatero
disfrutó del apoyo argentino al proyecto internacional que lleva su sello.
El acuerdo subraya que “ambos países, como miembros del
Grupo de Amigos de la Alianza
de Civilizaciones, continuarán colaborando en los proyectos vinculados con la
iniciativa, siguiendo la estela del I Foro de la Alianza , celebrado en
Madrid en enero de 2008, y del seminario regional ‘La Mujer y la Alianza de Civilizaciones’
que tuvo lugar en Buenos Aires en abril de ese mismo año”. Asimismo, refleja
que “ambos países continuarán definiendo e implementando sus respectivos Planes
Nacionales” de la Alianza.
Otra muestra de las fluidas relaciones fue el acuerdo para
que los nacionales argentinos pudieran votar en las elecciones municipales de
España, así como los españoles en los comicios de Argentina. En el plano
económico, también destacan los ambiciosos compromisos para fortalecer las
relaciones entre ambas naciones. “Se intensificará la cooperación bilateral en
materia energética”, recoge el Plan, “muy especialmente en el área de las
energías renovables, constituyéndose para ello un grupo de trabajo específico”.
Un acuerdo que poco tiene que ver con la nacionalización de
YPF, o con los propósitos para “desarrollar la relación económica bilateral,
siendo necesario trabajar para lograr una mayor diversificación de la corriente
de intercambio y el incremento de la inversión en sectores productivos”.
“Continuaremos, por tanto, impulsando las relaciones económicas y comerciales,
los encuentros entre empresas de ambos países y la corriente de inversiones en
ambos sentidos”, prosigue el Plan.
En junio de 2011, el Secretario de Estado de Asuntos
Exteriores e Iberoamericanos, Juan Antonio Yañez-Barnuevo, y el Vicecanciller
argentino, Alberto D´Alotto, suscribieron un nuevo documento que profundizaba
el PAE para el bienio 2011-2012. En el texto, se vuelve a incidir en la
necesidad de “una mayor interacción entre los sectores públicos y privados de
nuestros dos países propiciando las condiciones y el entorno para el incremento
de la inversión en sectores de especial interés recíproco”. En este sentido, se
establece la próxima creación de una “Comisión Mixta Económica” y se celebra la
puesta en marcha de la
Cámara Empresarial de Argentina en España.
Un “marco comercial estable”
Y para evitar fricciones entre ambos países, el pacto recoge
el compromiso de “continuar con el diálogo permanente para asegurar el
cumplimiento de los objetivos señalados, así como el mantenimiento de un marco
comercial estable para las iniciativas públicas y privadas”. Por ello, España
apuesta también por impulsar las relaciones entre la Unión Europea y
Mercosur. Un conjunto de buenas palabras que ahora ha quedado en papel mojado.
En otros ámbitos, España y Argentina acuerdan llevar a cabo
programas conjuntos de investigación, como el Centro Binacional de Genómica
Vegetal en Rosario o el Convenio de Cooperación para la Investigación
Científico-Marina. También coinciden en la necesidad de
luchar contra el cambio climático o en trabajar juntos en los sectores
agrícola, ganadero y de la alimentación. La buena relación alcanza a las
políticas de Defensa, incluyendo la cooperación técnico-militar e industrial.
Por otra parte, España ha dedicado una parte importante de
sus políticas de cooperación a Argentina, comprometiendo 1.500 millones en
créditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo en la última década. El propio Plan
de Asociación Estratégica señala que la Agencia Española
de la
Cooperación Internacional para el Desarrollo incrementó su
inversión desde la crisis que padeció el país suramericano en 2002, destinando,
entre otras sumas, tres millones al mejoramiento del sistema educativo.
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