Foto: Archivo / D. Popular |
(DP) - El resumen de la visita al estadio de Huracán diría que Boca, con un mix de titulares y suplentes, jugó mal y recogió un pálido empate sin goles.
¿Perdió frescura el bicampeón del fútbol argentino? ¿Será capaz de modificar ya mismo la imagen opaca que dejó en los recientes compromisos?
Hoy, en el espacio que más lo seduce actualmente -la Copa Libertadores-, el equipo de Guillermo Barros Schelotto tratará de ofrecer respuestas alentadoras.
A partir de las 19.30 -arbitraje de -enfrentará a Libertad en Paraguay, con una ventaja muy valiosa que logró en el choque de ida (2 a 0) y, por lo tanto, con las mejores chances de clasificarse a los cuartos de final.
Boca siempre ha sido una gigantesca caja de resonancia, que multiplica la alegría cuando las cosas salen bien y que agiganta los cuestionamientos cuando salen mal.
Para despejar dudas y nubarrones, Boca precisa confirmar a corto plazo (hoy, si es posible) que cuenta con argumentos de primer nivel y que no hay razones para que la desconfianza y el pesimismo surjan en el análisis de su presente.
El 0-2 parcial carga de obligaciones a Libertad e incluso le recomienda evitar que Boca le convierta y le genere más inconvenientes.
El diagnóstico es complicado, aunque el conjunto paraguayo llega al desquite impulsado por una racha de tres triunfos consecutivos en el certamen de su país.
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