CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- La situación de la empresa Canale es desesperante. Tiene 200 empleados suspendidos, debe 2 meses de sueldos, tiene cheques rebotados y los productores estiman materia prima impaga por $ 32 millones.
Con este panorama, sólo puede salvarlos una ayuda de $150 millones provenientes de la Nación que fue prometida por la diputada nacional kirchnerista Anabel Fernández Sagasti, pero que sigue sin concretarse, poniendo en peligro 1400 puestos de trabajo.
La situación del Grupo afecta al ciclo agroindustrial 2015-2016. En Mendoza, Canale controla las plantas de Alco en Tunuyán, Tupungato y San Rafael.
Según recuerda el diario Los Andes, Canale entró en convocatoria de acreedores en 2010, y recién lo homologó a inicios de 2015. Estimaciones extraoficiales señalan que entre fruta, principalmente durazno, y tomate, y denuncias de cheques “rebotados”, Alco adeuda unos $ 32 millones.
Según Arturo Ovalles, presidente de la Asociación Tomate 2000, “desde Alco nos dicen que esperan un crédito para pagar porque hoy no cuentan con los recursos. El compromiso es seguir con la nueva campaña, pero por ahora no hay mucho por hacer”.
Un detonante de la situación fue la caída de las exportaciones (su fuerte) y lo insuficiente del mercado interno (aún con marcas blancas que provee a algunas cadenas). Sin dudas, la inflación en costos que los precios no compensan agudizan la crisis, explicó Los Andes.
Canale es actualmente propiedad del grupo Alco, cuyo presidente es Camilo Carballo, titular de la Cámara de Industriales de Productos Alimenticios (CIPA); vicepresidente de Copal y miembro de la Unión Industrial Argentina (UIA).
En el directorio de la compañía también figura como asesor el ex presidente del Banco Central (BCRA), Aldo Pignanelli, aporta el diario El Cronista este miércoles (11/11).
Canale supo ser líder en la producción e industrialización de frutas y hortalizas de la Argentina. Las gestiones para que Canale pueda obtener recursos del Fondo para el Desarrollo Económico Argentino (Fondear), provino de la diputada Fernández Sagasti pero sigue sin concretarse y acerca cada vez más al abismo a la compañía junto con sus cientos de trabajadores.
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