OPINIÓN / PARANOIA ARGENTINA
Por RAÚL 'BIGOTE' ACOSTA: Periodista, conductor radial y televisivo, poeta, dramaturgo y ensayista santafecino, afincado en Rosario.
(U24) - Cualquiera que piense en el 'caso Nisman' en cualquier lugar de la República Argentina, de América, del mundo; cualquiera que tenga información que especifica que un fiscal va a denunciar a un país terrorista como Irán, que puso bombas en la Argentina y que está incluida, en esa denuncia, la Presidente en ejercicio y que tiene pruebas contundentes y 4 días antes de presentar la denuncia muere sólo en su casa, sospecha que hubo un asesinato.
Cualquiera está convencido del asesinato.
Estoy incluido en los cualquiera, en cualquier lugar del mundo, entre quienes están íntimamente convencidos que a Nissman lo mataron; pienso lo mismo como quiera que me quieran llamar y donde quiera que esté viviendo y siempre diré lo mismo: señoras y señores, a Nissman lo asesinaron.
Tengo la íntima convicción que Nisman fue asesinado. Aquí, allá y todas partes esa es la voz más fácilmente autorizada por las circunstancias.
Como todo paranoico -vivo en la Argentina, debo, necesito serlo- tengo gente a la que acuso en mi cabeza de ser los culpables de ese asesinato.
Como la Presidente (la compañera Cristina) es a quien estaba acusando el fiscal en su expediente, tengo que pensar que la compañera Cristina no está lejos de lo que pasó con Nisman.
En todo caso, ella tiene que estar enterada de lo que pasó con Nisman y para que se encuentre enterada (de lo que pasó con Nisman) basta con el testimonio de Sergio Berni, quien entró con borceguíes llenos de barro y bosta a una escena del crimen, y todos los otros espías que, por si no lo saben, dependen de la Presidencia de la República.
Dependen de Cristina. Dependían.
La Presidente de la República era Cristina.
A Nisman lo mataron y Cristina era Presidente; en el medio, ponga lo que quiera. Nada cambiará esas dos circunstancias. Nisman iba a denunciarla y muere pocos días antes. Horas antes. En su casa, una casa custodiada. Y todo el mundo pone en el medio de lo inatajable lo que quiere, porque todos somos paranoicos. Todos tenemos un complot y alguien nos está persiguiendo. Nisman murió. Punto. Lo asesinaron.
Ahora se ha incorporado a esa paranoia Lilita Carrió. Ella es una especie de Walkiria que siempre amenazaba con cataclismos y que dijo que nos iba salvar. Ella solita estaba y está salvando la República. Siempre. Es su tarea.
Ahora ni Dios nos salva, porque para Lilita la culpa la tiene Cristina. Antes estaba por perderse la República, pero la teníamos a Lilita como suprema jueza del bien y el mal. Ahora está por perderse la República porque existe Cristina como problema electoral y la Reina, que tantos líos tiene por haber entrado con $6 y retirarse con $6.000, es la asesina de Nisman.
Lilita entró en la paranoia y bajó de categoría, porque si Lilita acusa de todo mal a Cristina
¿Dónde quedamos nosotros? Nosotros somos los paranoicos, Lilita no puede serlo, no con Nisman.
Si Lilita era el sostén de la República, la que nos salvaba, la que explicaba que Mauricio Macri no había robado, que los Panamá Papers eran mentira, que su declaración jurada de bienes estaba bien, que Macri no mentía.
La Corte Suprema de Macri era Lilita Carrió y ahora, la misma Lilita Carrió, dice que Cristina es quién tiene que ver con la muerte de Nisman. Lilita no puede arrebatarnos la paranoia con la que vivimos desde ese aciago día de enero.
Yo, señor, que soy un paranoico completo y que nunca creí en Lilita Carrió, como tampoco en Cristina, no tengo refugio, estoy en la intemperie. Porque a Nisman lo asesinaron, porque Cristina era Presidente y había sido acusada por Nisman, y Lilita estaba ocupada en otros menesteres.
Porque en el medio del asesinato de Nisman están todos los mecanismos de los espías del mundo.
Porque a nadie, a ningún paranoico como yo le van a hacer creer que no había espías judíos (del Mosad), que no había espías yankis (del FBI y de la CIA) y cientos de Mustafás, espías de los iraníes.
A mí no me la van a hacer creer porque llevo vistas demasiadas series de espías como para pensar que en Argentina no había espías. Todos los problemas de Argentina están en los complots para jodernos la vida. Todos. No olvidemos la sinarquía internacional.
Nuestra paranoia es original.
Por otra razón que no sumamos y a veces olvidamos, los dos más importantes atentados que se hicieron en el comienzo de la sucesión mundial de terroristas de la fe, indicada por el compañero Sammy Huntington en el patapúfete de las civilizaciones, se resolvieron en Argentina -la Embajada y la AMIA- y lo hicieron terroristas de Juan, de Pedro, de José.
Lo hicieron terroristas, porque gente loca por el amor no hace eso.
Nisman estaba investigando eso, por pedido de Néstor Kirchner y lo mataron cuatro días antes de ir a denunciar a esta Presidente que hoy dice que Nisman es una jodita de Tinelli. Que decidió cambiar un Nisman por un Maldonado.
Falta el nueve del Alumni para llenar el álbum.
Esta Presidente (ex princesa) merece que la juzguemos como traidora a la patria porque entregó los secretos y la posibilidad de encontrar a los culpables de un solo saque y en arreglo con los terroristas iraníes.
Pero ahora lo dice Lilita, yo ya no sé, entonces no sé. Lilita no es anti terrorismo, es Pro Macri y muerte al peronismo ¿No tenían a nadie más que tuvieron mandaron al frente a la chaqueña?
Creo –para volver al origen- que Nisman fue asesinado, pero también creo que Lilita es parte de un complot internacional de los rellenitos, de los rubios, de las valkirias y de Richard Wagner.
Y Cristina es parte de otro complot junto con Víctor Hugo y los Redondos de Ricota. Tal vez Jorge Sampaoli.
A Navarro no lo contemos por ahora pero hay algo cierto. Estamos en mitad de un complot eterno que no nos deja volver al Ser Nacional de Juan José Hernández Arregui, de Arturo Jauretche y de Aníbal Fernández.
Si al menos estuviese Fidel Pintos para explicarlo. Resignémonos porque Iúdica, Fantino, Carnota y Lapegüe no lograrán lo imposible. Explicar quién mató a Nisman.
Personalmente me deben, aún me deben la explicación sobre quien se robó el piano al General en Caracas. Berni o los Sofovich seguro que tuvieron algo que ver. Sospecho de casi todos.
Tal vez de Susana no, después del bolonqui con los dinosaurios se dedicó a otras cosas,
Descubran de una buena vez quien mató a Nisman, quien se robó las manos del General, quien quemó a la mina muerta frente a la Estación y la Torre de los Ingleses y cuánto gana una prestigiosa abogada.
Si saben los 6 números del Quini 6 olvídense de todo lo demás. Por privada les paso mi número de teléfono.
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